Beatriz Sanchís: "Vivimos en una sociedad que prima mucho más lo comercial a lo artístico"
La directora estrena Todos están muertos, una fábula indie sobre una extraña familia protagonizada por Elena Anaya
30 mayo, 2014 02:00
Beatriz Sanchís estrena Todos están muertos, una fábula indie sobre una extraña familia compuesta por una madre treintañera ex estrella del rock y amargada por el pasado interpretada por Elena Anaya, un extraño personaje fantasmal con el que comparte un turbio pasado, su madre mexicana y aficionada a la santería y su hijo, un preadolescente con ansias de ser músico atraído por su compañero de grupo, un chico que sueña con ser estrella del rock y gasta pintas de Kurt Cobain. Estamos en los años 90, en plena era del indie, suenan Los Planetas y la directora teje una compleja tela de araña alrededor de una familia marcada por las tragedias del pasado. Película melancólica sobre "el amor, la muerte y la música" en palabras de la propia Sanchís, la dificultad para superar el pasado y los picores de la adolescencia también aparecen en un filme tierno y conmovedor.
- Usted empieza su carrera como directora de largometrajes y retrata a una mujer que siente que lo mejor de su vida artística ya ha pasado. ¿No será usted la sobrina de Alaska?
- Los 80 me pillan un poco lejos pero es una historia muy cercana a mi vida en muchos sentidos, la siento como una historia muy personal. No soy la sobrina de Alaska, hay mucha gente que me pregunta si la madre de Elena es mexicana porque la madre de Alaska lo es, no es así en absoluto. Lo es porque el elemento mexicano me servía de una manera perfecta como desencadenante de la historia.
- ¿Hay mucho de usted en ese niño que comienza a ser mayor confundido?
- Veo la película como una célula en la que cada elemento de esta familia y de esta historia se interralaciona con los demás, provoca cosas. Hay dos puntos de vista, uno es el del narrador, que lo cuenta desde un lugar más inocente y más blanco, pero la película está rodada a nivel de cámara con Elena como protagonista. Pivota entre estos dos personajes.
- Elena vive atrapada por los fantasmas de su pasado, lo vive de forma extrema pero es una situación que todos conocemos.
- Es una historia de fantasmas, a nivel conceptual son aquello que no te deja vivir la vida como deberías, aquello que te tiene atrapado, secuestrado en el miedo y en esta película al final se hace real. En el caso de Elena ella es una creadora que no ha sabido superar ese bloqueo emocional y volcarlo en su música. Hay artistas que logran sacar sus mejores obras del sufrimiento y hay otras que nunca lo superan, la creación es muy emocional. Por otra parte, siempre me han intrigado mucho esos artistas que han sido muy famosos y en cuanto se retiran se esconden del mundo como la protagonista de El crepúsculo de los dioses.
- Sufre porque ha sido olvidada, el drama de perder la fama.
- Me interesaba hablar del asunto del olvido. Vemos a este grupo que en un momento dado fue muy popular y 14 años después nadie se acuerda de ellos. Ese es un gran drama del mundo del arte, todo el mundo busca que su obra trascienda y es terrible ver que todo lo que has hecho ha dejado de existir. Me parecía interesante hablar de ese tema.
- Es una película histórica rara al estar situado en los 90, tan cercanos y tan lejanos.
- Está ambientada en los 90, momento en el que me siento en ese despertar a la vida, a la sexualidad, a un montón de cosas. En los 90 fue cuando explosionó y se creó la palabra indie, ahí fue donde empezó a surgir todo el movimiento que me ha formado como persona y como creadora y es un homenaje que viene desde algo muy personal. También es una película que habla de lo que fueron los 80 sin pasar en los 80 y donde se refleja esa época de esplendor que pasó la música española. Entonces hubo grandiosos temas y ese legado se ha ido perdiendo.
- Sin duda, la música española actual vive un momento mucho más complicado.
- Se ha radicalizado la diferencia entre lo comercial y lo indie. La gente que realmente hace cosas más pequeñas e interesantes tienen mucha menos difusión, menos espacio, y en ese momento se apoyaba más determinado tipo de formas artísticas. Ves programas de la época como La edad de oro, y ahora mismo no hay nada que se le parezca. Ahora estamos en la época de la fragmentación, esos grupos minoritarios se dan a conocer por Facebook o Twitter. Vivimos en una sociedad que prima mucho más lo comercial a lo artístico.
- No solo la música es indie, la película de estética es muy indie. Y los boy scouts ya nos remiten en seguida al universo Wes Anderson.
- Comencé a escribirla antes de que saliera Moonrise Kingdom, eso tiene su parte positiva y negativa porque ahora la gente ya los conoce. Me interesaban los boy scouts porque yo fui una y tuve vivencias personales muy importantes y también porque se produce esa mezcla extraña de niños mayores con niños pequeños. En los boy scouts siempre hay muchos hijos de familias disfuncionales porque proporcionan una familia y tienen donde ir el fin de semana.
- El personaje de la 'mala madre' que interpreta Elena no es tan habitual del cine español, donde suelen ser entregadas y amantísimas.
- Me interesaba mucho retratar a este tipo de madre que también existe, una madre que es incapaz de hacerse cargo de su hijo y aunque es invisible en el cine, ocurre muchísimo. No es que no quieran a sus hijos, muchas veces no pueden, por sus circunstancias o le que les haya pasado en la vida. De todos modos intento no juzgar a nadie, al revés, quiero que se vean los motivos de todos los personajes. También vemos el caso contrario, la abuela es esa madre que todos querríamos tener.
- Ese apartamento se convierte en la cárcel del personaje de Elena Anaya, es como un búnker en el que aislarse de la realidad.
- Para mi la casa es un lugar muy cálido, muy acogedor, la guarida, donde te puedes sentir protegida, está trabajado desde la dirección artística y por eso los exteriores son muy fríos siempre. Quiero contarlo desde el punto de vista de esta mujer, son cosas muy sutiles: los sonidos de la calefacción, la iluminación desde fuera... para que se sienta como una madriguera donde está refugiada y no quiere salir.
- Esos fantasmas son poco fantasmales.
- Me interesaba mucho hacer el personaje lo más naturalista posible, lugar mucho más cotidiano, relato de ciencia ficción, ámbito más naturalista de lo que es una familia, es como un hermano que se ha tirado quince años fuera, vuelve y todo está de manera diferente, algo de fantasma presente, no trasnparente, algún elemento concreto, preparando una peli, libro de un autor japonés que en Japón se representan de una manera naturalista pero no tienen pies, eso me pareció muy bonito y bello, una manera diferente de contar el fantasma, aparte de la simbología de las botas, para colocarlo en el mundo fantasmagórico y nada más.
- A medio camino entre lo ligero y lo terrible, ¿cómo las ha combinado?
- Es una historia con dos capas. Está la capa que vemos, inocente, donde no pasa nada turbio pero la situación es mucho más complicada, después hay otra capa subterránea turbia, relacionada con cosas en el pasado, que no se ven, pero sí se cuentan en un momento dado y están presentes. Yo veo la película como un bombón de licor, al principio es dulce, sabe a chocolate, pero después llegas al licor y te sabe amargo. Al principio desconcierta pero luego se fusionan los sabores y tiene una entidad. Quería contar esta historia desde un punto de vista más luminoso, no recreándote en lo terrible, me siento más identificada con esta manera de contar.
- El personaje de Patrick Criado, ese adolescente grunge, será quien provoque un cambio en esa familia disecada.
- Me gusta la palabra disecado porque utilizamos ese concepto para crear la textura de la casa y su color, es como un cuadro de flores secas. El personaje de Patrick es raro porque es un ayudante antagonista cuando en las películas o ayudan o son enemigos. En todos los sentidos es quien devuelve la ilusión a Elena. Para mí es importante trabajar con opuestos. Todos están muertos es una alegoría sobre la vida.
- La música es el evento de unión de estos personajes torturados.
- Esta película habla de tres temas que son los que más me han marcado: la muerte, el amor y la música. La música es casi un elemento dramaático más, lo que hace que esta familia se rompa y se vuelva a construir. Hay una recuperación de la ilusión, hay una sanación a lo largo de la película. Estas tres cosas destrozaron su vida y cuando reaparecen permiten que su vida vuelvan a vivirla de una manera más normal. Para mí el amor es muy importante, me interesa mucho explorar, que te rompan el corazón, tu primera experiencia, desamor, me parecía un elemento importante, te rompen el corazón a la hora de madurar y colocarte en la vida, muchas historias hablan de amor, para él es una historia de desamor absoluto. La aceptación está en cada uno de los personajes, todos acaban aceptando qué son o qué les ha pasado, o qué han sido.
- ¿Le molesta que la película de vea como un cuento?
- Me encantan los cuentos. Son historias que han pervivido a lo largo de siglos, transmiten enseñanzas intemporales como la la existencia del mal o la superación, y se siguen contando a o largo de los siglos. Con mi película sucede un poco lo mismo que con los cuentos, hay una lectura más superficial y ligera pero al final trata sobre temas profundos. Con una fábula se habla de muchísimas cosas.
- Usted empieza su carrera como directora de largometrajes y retrata a una mujer que siente que lo mejor de su vida artística ya ha pasado. ¿No será usted la sobrina de Alaska?
- Los 80 me pillan un poco lejos pero es una historia muy cercana a mi vida en muchos sentidos, la siento como una historia muy personal. No soy la sobrina de Alaska, hay mucha gente que me pregunta si la madre de Elena es mexicana porque la madre de Alaska lo es, no es así en absoluto. Lo es porque el elemento mexicano me servía de una manera perfecta como desencadenante de la historia.
- ¿Hay mucho de usted en ese niño que comienza a ser mayor confundido?
- Veo la película como una célula en la que cada elemento de esta familia y de esta historia se interralaciona con los demás, provoca cosas. Hay dos puntos de vista, uno es el del narrador, que lo cuenta desde un lugar más inocente y más blanco, pero la película está rodada a nivel de cámara con Elena como protagonista. Pivota entre estos dos personajes.
- Elena vive atrapada por los fantasmas de su pasado, lo vive de forma extrema pero es una situación que todos conocemos.
- Es una historia de fantasmas, a nivel conceptual son aquello que no te deja vivir la vida como deberías, aquello que te tiene atrapado, secuestrado en el miedo y en esta película al final se hace real. En el caso de Elena ella es una creadora que no ha sabido superar ese bloqueo emocional y volcarlo en su música. Hay artistas que logran sacar sus mejores obras del sufrimiento y hay otras que nunca lo superan, la creación es muy emocional. Por otra parte, siempre me han intrigado mucho esos artistas que han sido muy famosos y en cuanto se retiran se esconden del mundo como la protagonista de El crepúsculo de los dioses.
- Sufre porque ha sido olvidada, el drama de perder la fama.
- Me interesaba hablar del asunto del olvido. Vemos a este grupo que en un momento dado fue muy popular y 14 años después nadie se acuerda de ellos. Ese es un gran drama del mundo del arte, todo el mundo busca que su obra trascienda y es terrible ver que todo lo que has hecho ha dejado de existir. Me parecía interesante hablar de ese tema.
- Es una película histórica rara al estar situado en los 90, tan cercanos y tan lejanos.
- Está ambientada en los 90, momento en el que me siento en ese despertar a la vida, a la sexualidad, a un montón de cosas. En los 90 fue cuando explosionó y se creó la palabra indie, ahí fue donde empezó a surgir todo el movimiento que me ha formado como persona y como creadora y es un homenaje que viene desde algo muy personal. También es una película que habla de lo que fueron los 80 sin pasar en los 80 y donde se refleja esa época de esplendor que pasó la música española. Entonces hubo grandiosos temas y ese legado se ha ido perdiendo.
- Sin duda, la música española actual vive un momento mucho más complicado.
- Se ha radicalizado la diferencia entre lo comercial y lo indie. La gente que realmente hace cosas más pequeñas e interesantes tienen mucha menos difusión, menos espacio, y en ese momento se apoyaba más determinado tipo de formas artísticas. Ves programas de la época como La edad de oro, y ahora mismo no hay nada que se le parezca. Ahora estamos en la época de la fragmentación, esos grupos minoritarios se dan a conocer por Facebook o Twitter. Vivimos en una sociedad que prima mucho más lo comercial a lo artístico.
- No solo la música es indie, la película de estética es muy indie. Y los boy scouts ya nos remiten en seguida al universo Wes Anderson.
- Comencé a escribirla antes de que saliera Moonrise Kingdom, eso tiene su parte positiva y negativa porque ahora la gente ya los conoce. Me interesaban los boy scouts porque yo fui una y tuve vivencias personales muy importantes y también porque se produce esa mezcla extraña de niños mayores con niños pequeños. En los boy scouts siempre hay muchos hijos de familias disfuncionales porque proporcionan una familia y tienen donde ir el fin de semana.
- El personaje de la 'mala madre' que interpreta Elena no es tan habitual del cine español, donde suelen ser entregadas y amantísimas.
- Me interesaba mucho retratar a este tipo de madre que también existe, una madre que es incapaz de hacerse cargo de su hijo y aunque es invisible en el cine, ocurre muchísimo. No es que no quieran a sus hijos, muchas veces no pueden, por sus circunstancias o le que les haya pasado en la vida. De todos modos intento no juzgar a nadie, al revés, quiero que se vean los motivos de todos los personajes. También vemos el caso contrario, la abuela es esa madre que todos querríamos tener.
- Ese apartamento se convierte en la cárcel del personaje de Elena Anaya, es como un búnker en el que aislarse de la realidad.
- Para mi la casa es un lugar muy cálido, muy acogedor, la guarida, donde te puedes sentir protegida, está trabajado desde la dirección artística y por eso los exteriores son muy fríos siempre. Quiero contarlo desde el punto de vista de esta mujer, son cosas muy sutiles: los sonidos de la calefacción, la iluminación desde fuera... para que se sienta como una madriguera donde está refugiada y no quiere salir.
- Esos fantasmas son poco fantasmales.
- Me interesaba mucho hacer el personaje lo más naturalista posible, lugar mucho más cotidiano, relato de ciencia ficción, ámbito más naturalista de lo que es una familia, es como un hermano que se ha tirado quince años fuera, vuelve y todo está de manera diferente, algo de fantasma presente, no trasnparente, algún elemento concreto, preparando una peli, libro de un autor japonés que en Japón se representan de una manera naturalista pero no tienen pies, eso me pareció muy bonito y bello, una manera diferente de contar el fantasma, aparte de la simbología de las botas, para colocarlo en el mundo fantasmagórico y nada más.
- A medio camino entre lo ligero y lo terrible, ¿cómo las ha combinado?
- Es una historia con dos capas. Está la capa que vemos, inocente, donde no pasa nada turbio pero la situación es mucho más complicada, después hay otra capa subterránea turbia, relacionada con cosas en el pasado, que no se ven, pero sí se cuentan en un momento dado y están presentes. Yo veo la película como un bombón de licor, al principio es dulce, sabe a chocolate, pero después llegas al licor y te sabe amargo. Al principio desconcierta pero luego se fusionan los sabores y tiene una entidad. Quería contar esta historia desde un punto de vista más luminoso, no recreándote en lo terrible, me siento más identificada con esta manera de contar.
- El personaje de Patrick Criado, ese adolescente grunge, será quien provoque un cambio en esa familia disecada.
- Me gusta la palabra disecado porque utilizamos ese concepto para crear la textura de la casa y su color, es como un cuadro de flores secas. El personaje de Patrick es raro porque es un ayudante antagonista cuando en las películas o ayudan o son enemigos. En todos los sentidos es quien devuelve la ilusión a Elena. Para mí es importante trabajar con opuestos. Todos están muertos es una alegoría sobre la vida.
- La música es el evento de unión de estos personajes torturados.
- Esta película habla de tres temas que son los que más me han marcado: la muerte, el amor y la música. La música es casi un elemento dramaático más, lo que hace que esta familia se rompa y se vuelva a construir. Hay una recuperación de la ilusión, hay una sanación a lo largo de la película. Estas tres cosas destrozaron su vida y cuando reaparecen permiten que su vida vuelvan a vivirla de una manera más normal. Para mí el amor es muy importante, me interesa mucho explorar, que te rompan el corazón, tu primera experiencia, desamor, me parecía un elemento importante, te rompen el corazón a la hora de madurar y colocarte en la vida, muchas historias hablan de amor, para él es una historia de desamor absoluto. La aceptación está en cada uno de los personajes, todos acaban aceptando qué son o qué les ha pasado, o qué han sido.
- ¿Le molesta que la película de vea como un cuento?
- Me encantan los cuentos. Son historias que han pervivido a lo largo de siglos, transmiten enseñanzas intemporales como la la existencia del mal o la superación, y se siguen contando a o largo de los siglos. Con mi película sucede un poco lo mismo que con los cuentos, hay una lectura más superficial y ligera pero al final trata sobre temas profundos. Con una fábula se habla de muchísimas cosas.