Cine

El rey de la selva

5 septiembre, 2014 02:00

El documental El inventor de la selva, de Jordi Morató, nos descubre a un personaje de leyenda, un señor ya anciano que se ha pasado más de cuarenta años construyendo y reconstuyendo su particular Xanadú en medio de la Garrotxa


Se llama Josep Pujiula y ha vivido media vida en el bosque como el más civilizado de los salvajes. El documental El inventor de la selva, de Jordi Morató, nos descubre a un personaje de leyenda, un señor ya anciano que se ha pasado más de cuarenta años construyendo y reconstuyendo su particular Xanadú en medio de la Garrotxa, un paraíso con el que revivir sus días de infancia en el que en sus sucesivas vidas (lo ha quemado y vuelto a levantar tres veces) ha llegado a tener desde torres de 30 metros a un laberinto intrincado y mágico pasando por cascadas o un rebaño. Pujiula también ha sido actor, y la película rescata unas películas rodadas por un vecino de 14 años en las que se encarna nada menos que en Tarzán, un Tarzán en perpetuo conflicto con una humanidad que se empeña en fastidiarle.

El inventor de la selva, bellamente rodada por el novel Morató, es la historia de una locura sensata, de cómo el ser humano es capaz de crear cosas mágicas y al mismo tiempo también de destruirlas. Como el Ciudadano Kane de Wells o incluso el Neverland de Michael Jackson, Pujiula es un visionario que como todo visionario tiene algo de loco y su rocambolesca trayectoria también nos plantea una metáfora sobre cómo tratamos de reconstruir, o arreglar, o modificar, nuestra infancia. Nos lo cuenta el propio protagonista en la película, al final se trata de eso: de regresar a ese estado de inocencia absoluta de cuando somos niños, un regreso al origen de nuestra vida y también de los mismos tiempos ancestrales.

El conflicto entre Pujiula (un ser absolutamente extraordinario al que la opinión ajena no le importa nada, un verdadero ser humano libre) y la sociedad es inminente, desde los turistas a raudales hasta los gamberros pasando por los edictos del ayuntamiento y la ley misma que coarta sus bellos sueños. El héroe no se rinde y destruye y vuelve a construir su paraíso perdido tratando de recobrar un tiempo lejano. Es un documental que se ve con inevitable curiosidad por la extraña historia que cuenta, a veces fascinante, a veces aterrador. No queda muy claro si se trata de demostrar cómo somos capaces de domesticar la naturaleza o su contrario, pero habla de algo primario y atávico, del animal salvaje que seguimos llevando dentro.