Image: Virus y corrupción también para REC4

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Cine

Virus y corrupción también para REC4

31 octubre, 2014 01:00

Jaume Balagueró dirigiendo REC 4 en un navío a la deriva...

La saga zombi llega a su final. Después de poner el cine de terror en el mapa internacional, Jaume Balagueró y Paco Plaza dan por terminada la serie de franquicias [REC] con su cuarta entrega, sin duda la más oscura de todas.

La saga [REC] es un caso único en el cine español. No solo por ser una de las poquísimas franquicias patrias con una legión de seguidores, también por su enorme éxito internacional con escalas en Francia, Japón o México, donde "es una locura", nos cuenta Jaume Balagueró, director del filme que pone así el broche a una odisea zombi que empezó siete años atrás. Junto a Paco Plaza, con quien codirigió las dos primeras partes y se repartieron las dos últimas (Plaza estuvo tras la cámara en la tercera, donde el humor cobraba protagonismo) [REC] se acaba: "Existe esa voluntad de resolver algunos misterios que se han ido planteando pero no ha sido nada premeditado, hemos ido avanzando sobre la marcha. Nunca hemos querido repetir el primer experimento y cuando decidimos seguir se trataba de reinventarnos en cada película siendo fieles a unos códigos. Cuando empezamos no existía un plan a largo plazo. Al mismo tiempo, no creo que sea obligatorio cerrarlo todo. El hecho de que se queden algunas líneas abiertas no significa que no hayamos terminado. El silencio de los corderos termina con Hannibal Lecter paseando por Florida y en ningún momento ese final se plantea como la puerta abierta a una secuela".

Y para que no haya dudas de esa voluntad de concluir la saga, Balagueró se ha tomado [REC] 4: Apocalipsis como "un final de fiesta y un artefacto de pura diversión, queremos que nuestro público lo pase bien". Y eso que es la más oscura de todas.

[REC] 4 nos sitúa inmediatamente después de la orgía de sangre de la segunda parte. En un navío a la deriva, habitan unos pocos supervivientes entre los que se cuenta Manuela Velasco, que reaparece como protagonista, unos policías al más puro estilo action hero de Hollywood y unos siniestros médicos. Hay una celebración de los placeres del género, por supuesto, pero esta cuarta entrega de la saga es también una pieza de cámara en la que una serie de personajes en una situación límite deben enfrentarse al enemigo exterior, un virus mortal e incontrolable, pero aún más el interior, la propia naturaleza humana. "Es una película opresiva, agónica, casi crepuscular, muy oscura..." En su retrato de unos personajes atrapados en una situación imposible, los actores toman las riendas: "Hay un conflicto moral porque los personajes están enfrentados entre ellos, eso siempre estuvo en la saga y es el verdadero horror, el verdadero peligro..."

Metáforas inevitables

Manuela Velasco en una escena de REC4

"Todos saben que lo más probable es que acaben muertos -explica Balagueró-. Hay desesperanza porque no hay solución y hasta el más noble acaba corrompido". En estos tiempos difíciles ese barco a la deriva en el que el terror saca a relucir lo peor del ser humano no es difícil ver innumerables metáforas: "Son reacciones humanas en situaciones límite. Hay un símil claro con la crisis pero no creo que en España seamos mucho peores. Lo que sí tratamos de captar es la forma de ser y el humor local. Un japonés ve [REC] y la entiende porque son unos personajes específicos". La razón de Estado en oposición a los desvelos de los protagonistas es un clásico de la saga y con el ébola en las primeras planas adquiere especial relevancia: "El espectador no se cuestiona ese totalitarismo y se pone en contra de los médicos porque emocionalmente la película te pone en ese lado. En la vida real mucha gente apoyaría que ese barco no pueda atracar: preferimos sacrificar a unos pocos para salvarnos todos".