Image: De los veteranos al empuje hispano

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Cine

De los veteranos al empuje hispano

30 enero, 2015 01:00

Knights of Cups de Terrence Malick

La 65 edición del Festival de Berlín deja de lado el cine europeo (aunque con alta presencia alemana) para poner el foco en creaciones hispanoamericanas, anglosajonas y asiáticas. Leyendas como Terrence Malick, Werner Herzog, Wim Wenders o Peter Greenaway competirán por el galardón.

La 65 edición del Festival de Berlín apuesta por grandes veteranos del cine mundial. Leyendas como Terrence Malick, Werner Herzog, Wim Wenders o Peter Greenaway encabezan una edición en la que autores de sólido prestigio como Kenneth Branagh, Benoit Jacquot, Bill Condon o el ya habitual Jafar Panahi completan un cartel que este año tiene un marcado acento suramericano. El chileno Pablo Larraín, quien convenció al mundo con aquel No (2012) sobre la campaña del referéndum de Pinochet, presenta su nueva trabajo, El club, que encierra a varios curas en crisis en un retiro espiritual. Cuenta Larraín que el filme está basado en sus propias experiencias en un colegio de curas. También de Chile, Patricio Guzmán proyecta el documental El botón de nácar, continuación de Nostalgia de la luz (2010), en el que sigue explorando las resonancias de la tragedia de los desaparecidos de la dictadura con la milenaria historia del país. El guatemalteco Jayro Bustamante debuta a lo grande en sección oficial con su primera película, Ixcanul, que narra las desventuras de una indígena que sueña con vivir en la gran ciudad y trata de resignarse a un matrimonio concertado. Como es habitual, la Berlinale se sigue fijando en historias protagonizadas por culturas exóticas y periféricas.

Olvidada vieja europa

Queen of the desert de Werner Herzog

Berlín llega este año con mucho cine estadounidense y británico, con varias superproducciones altamente ambiciosas que recrean grandes episodios históricos del siglo XX. El gran "olvidado" es el cine de la vieja Europa, aunque inaugura Isabel Coixet con su Nadie quiere la noche y veremos lo nuevo del francés Benoit Jacquot, tres películas alemanas y cuatro de los países del Este. Pero la mirada se dirige sobre todo al mundo anglosajón. Malick, el más impredecible de los grandes maestros contemporáneos, concursa con Knight of Cups, prolongando su ensoñadora reflexión en torno el sentimiento amoroso y la búsqueda de la pasión emprendida en To the Wonder. En esta ocasión, se adentra en las pasiones de un triángulo formado por Christian Bale, Natalie Portman e Imogen Poots. Werner Herzog presenta Queen of the Desert con Nicole Kidman y James Franco como protagonistas, recreando la vida de la británica Gertrude Bell, legendaria viajera, escritora, arqueóloga y cartógrafa de principios del siglo XX. Es el filme de producción más ambiciosa del cineasta en años y en él retoma el asunto del colonialismo que ya trató en aquella mítica Fitzcarraldo. Bill Condon resucita con Mr. Watson al muy vivo personaje de Conan Doyle, retratado en su vejez, tratando de resolver un antiguo caso en la piel Ian McKellen.

Wim Wenders lleva casi una década entregado al documental y regresa a la ficción con otra superproducción, Everything Will Be Fine, con Rachel McAdams, Charlotte Gainsbourg y, de nuevo, el hiperactivo James Franco, interpretando a un escritor traumatizado por un accidente de coche en el que muere un niño. El siempre excéntrico y original Peter Greenaway homenajea a un grande del cine con Eisenstein en Guajanato, donde refleja el impacto que tuvo la sensualidad mexicana en el aclamado cineasta de El acorazado Potemkin durante la errática segunda parte de su filmografía, cuando recaló en América del Sur tras ser rechazado por Hollywood. Kenneth Branagh sigue instalado precisamente en Hollywood y después de Thor o Jack Ryan: Operación sombra estrena Cenicienta, película de Disney con Cate Blanchett que revive con personas de carne y hueso el famoso cuento infantil. Otro británico, Andrew Haigh, obtuvo un enorme éxito con la pequeña producción Weekend y ahora nos cuenta, en connviencia con Charlotte Rampling, la historia de un matrimonio aparentemente idílico.

En una Berlinale muy poco francesa (como si Cannes agotara todos los cartuchos del cine galo), el veterano Benoit Jaquot (Villa Amalia) concursa con Diary of a Chambermaid, nueva versión de una novela que ya adaptaron Renoir y Buñuel en la que vemos las peripecias de una ambiciosa sirvienta que trabaja en una casa burguesa a finales del siglo XIX, con Léa Seydoux y Vincent Lindon como protagonistas. Además de los proyectos americanos de Herzog y Wenders, la Berlinale se convierte en escaparate de la vibrante cinematografía del país y apuesta por Elser de Olivier Hirschbiegel, sobre el carpintero que trató de asesinar a Hitler y fue ejecutado pocos días antes de la liberación. Otro clásico germano, Andreas Dresen, concursa con As We Were Dreaming, donde retrata las ilusiones de jóvenes del lado comunista tras la caída del muro. Y habrá presencia española en Victoria, de Sebastian Schipper, donde la actriz Laia Costa protagoniza un filme que muestra en tiempo real dos horas trascendentales en la vida de una joven en el barrio berlinés de Kreutzberg.

Everything Will Be Fine de Win Wenders

No falta una película rumana, Aferim!, de Rady Jude, y la polaca Malgorzata Szumowska, quien tras el éxito de Amarás al prójimo presenta Body, sobre la posibilidad de comunicarse con los muertos. Después del triunfo asiático del año pasado, la Berlinale proyecta la superproducción china Gone With the Bullets, de Wen Jiang, una historia ambientada en el Shangai de los años 20. Y el cyber punk japonés Sabu presenta Chasuke's Journey, en la que un ángel baja a la tierra para ayudar a una chica descarriada. Un año más, la Berlinale proyectará con todos los honores la nueva película del iraní Jafar Panahi, que sigue haciendo cine aunque lo tiene prohibido y no puede salir del país En Taxi logra quitarse la mordaza para mostrarnos, a partir de diversos encuentros con personajes de Teherán, las contradicciones, las miserias y la vitalidad de su ciudad.

España en los márgenes

El cine 'underground' español también aterriza en Berlín. Ion de Sosa (1981) proyecta en Forum Sueñan los androides, alegoría de un presente en crisis ambientada en un Benidorm futurista en el que conviven robots y humanos, y donde los jóvenes han huido. Con la colaboración de Luis López Carrasco, el filme tiene concomitancias con El futuro y será la prueba de fuego del autor de la vanguardista True Love (2011). También en Fórum, participa El complejo del dinero, de Juan Rodrigáñez, adaptación de una novela de la alemana Franziska von Reventlow ambientada en una finca del sur de España en estos tiempos de crisis. Allí, varios jóvenes se enfrentarán a la falta de dinero, con el vino y el amor como telón de fondo. Por último, David Muñoz competirá en la sección de cortos del festival con El juego del escondite.