Image: Cine español: la vanguardia que viene

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Cine

Cine español: la vanguardia que viene

7 mayo, 2015 02:00

Las altas presiones, de Ángel Santos

Reunimos, en el marco del Festival Cinema d'Autor de Barcelona, a los directores de Las altas presiones, que se estrena este viernes, No todo es vigilia, el viernes 15, y Les amigues de l'Agata

Antesala de la vanguardia que viene, el Festival Cinema d'Autor reunió en Barcelona a algunos de los jóvenes directores que están transformando el panorama audiovisual de nuestro país. De Galicia, Ángel Santos (Marín, 1976) estrena este fin de semana su poética Las altas presiones, un hermoso retrato de esos treintañeros a la deriva; el Hermes Paralluelo (Barcelona, 1981) convierte a sus abuelos en protagonistas de No todo es vigilia, una emocionante historia de amor y decrepitud, mientras cuatro jovencísimas directoras de Barcelona sorprenden con Les amigues de l'Agata, conmovedor retrato de una amistad femenina.

No hay lugar para la desesperanza, el panorama no es el más fácil pero los debutantes juegan a por todas. Reunidos en torno a una mesa en Barcelona, las chicas ganan pero juegan con algo de ventaja, son cuatro las directoras de Les amigues de l'Agata. Son también las más jóvenes y más novatas en el mundo del cine y comparecen tres, Marta Verheyen, Laura Rius y Alba Cros. Ángel Santos estrena en pocos días su segundo largo, Las altas presiones, y a finales de mes le sigue Hermes Paralluelo con No todo es vigilia. Comparten referentes en un cine de autor comprometido con la realidad francesa, de Agnès Varda a Rohmer, que citan las cineastas, así como clásicos venerables como el Ozu de Paralluelo ("por su trato de la familia y cómo teje las relaciones entre personajes y cosas") o el acento que pone Santos en Rohmer ("por su ligereza y solidez"), y Maurice Pialat y el cine de la post nouvelle vague así como autores de rabiosa actualidad como Hong Sang So.

En estos nuevos cineastas españoles conviven referentes y una inquietud por realizar un cine vivo que plantee interrogantes y se salga de los caminos trillados del cine comercial. No viven contra la industria sino al margen de ella y no parecen tener ningún interés en pertenecer al conglomerado audiovisual-televisivo del cine español. Irreductibles, cuentan historias cercanas y personales. Es fácil reconocer al propio Santos en ese treintañero despistado que encarna Andrés Gertrudix y es obvia la conexión emocional entre Paralluello y la historia de amor de sus abuelos. Las jóvenes cuentan una historia que les toca muy de cerca creándose casi una simbiosis entre lo que cuenta la pantalla y la propia gestación del filme al ser cuatro amigas hablando de cuatro amigas y la crisis de su relación cuando entran en la universidad.

La vanguardia del cine español también pasa, como defiende Santos, por el clasicismo de su propio filme: "Las altas presiones tan clásica que empieza con un viaje y tiene que ver con la vuelta a casa y a un lugar propio. Se relaciona con este momento actual de crisis y la dificultad de desarrollar un trabajo creativo, a sumar las frustraciones y el paso del tiempo". Sobre No todo es vigilia, Hermes nos cuenta que surge de sus visitas a sus abuelos en el hospital: "Tuve ocasión de pasar mucho tiempo con ellos y esa necesidad que tenía desde hace tiempo de capturarlos con la cámara tomó forma. Hay un deseo de ficción y jugar con los elementos cinematográficos así como con todos los que participan en la película. Lo más satisfactorio es cuando mis abuelos entienden lo que estás haciendo y son ellos mismos quienes te piden que repitas la toma".

Fotograma de No todo es vigilia de Hermes Paralluelo

Sobre Les amigues de l'Agata, un proyecto universitario que ha acabado tomando mayor relevancia en festivales, nos explica Laura: "Escogimos el tema de la amistad y trata el cambio de etapa en la relación de cuatro amigas desde la adolescencia hasta la edad adulta. Y la hicimos no solo nosotras cuatro, también las actrices porque aportaron muchísimo por ejemplo con los diálogos. El hecho de disponer de un equipo pequeño nos permitía esa intimidad necesaria con las actrices, no la podríamos haber hecho de otra manera".

No todos han trabajado en las mismas condiciones. Las barcelonesas hicieron su película gracias a los recursos de su universidad y mediante crowdfunding. Dice Laura que "ha sido todo muy espontáneo, teníamos dos cámaras de la universidad y algún día tuvimos que alquilar sonido pero eso nos ha ayudado mucho. Estuvimos rodando desde febrero hasta mayo, con dos semanas concentradas y luego a salto de mata". La posproducción la terminaron con un premio que ganaron en Albacete. Hermes comenzó su proyecto como "una cosa descabellada que no era película ni nada y apareció un productor de Barcelona, El dedo en el ojo, con el que estaba trabajando en otra historia que cambiamos por ésta. Mi abuelo estaba en el hospital y había una urgencia. Fue un rodaje barato con un equipo de seis personas. La película está muy dividida entre una parte en la casa que rodamos apenas cuatro y la parte del hospital donde ya éramos unos doce. Al final, se terminó sumando TVE y acabó siendo una coproducción con Colombia". Con una producción mayor y más convencional, Santos rodó su película gracias a unas ayudas en Galicia y la televisión. El director alaba el sistema de apoyo al cine de su comunidad y reivindica su lucha para que "se mantengan".

Encajes de bolillos que sirven para realizar un cine totalmente libre: "Nuestro fin no era distribuirla", explican las creadoras de Agata, "es ahora que la película está gustando cuando nos estamos acercando a este mundo sin saber nada sobre él". En las dos próximas semanas, llegarán las películas de Santos y Paralluelo. "No todo es vigilia se estrena el 15 de mayo en varias ciudades", explica su director. "Mis expectativas son nulas", añade. "Siempre pienso que no va a gustar, que va a ir poca gente. Quizá suena un poco pretencioso decir esto pero lo que a mí me gusta dura poco en cartel". El VOD es una opción en alza, pero Hermes se define como un clásico: "A mí me gustaría que se viera en salas y está creada para las salas. Tiene una fotografía muy especial y juega mucho con el silencio y es algo que sobre todo puede apreciarse en cines". Santos estrena este viernes Las altas presiones y también prefiere las salas: "Este tipo de películas son las que más crecen en pantalla grande. Han expulsado a cierto tipo de cine de las salas pero allí se produce esa proyección de espectador, la idea de ida y vuelta es muy interesante". Surge una nueva forma de vida para el cineasta de autor, los bolos. Como muchos cineastas que se mueven en los márgenes, Santos recorrerá España presentando su película.

El año pasado, en el mismo contexto, cuando reunimos a directores noveles en el Cinema d'Autor proliferaron las quejas. Una nueva generación parece tener más asumido que el mundo es muy duro: "La precariedad es nuestra base", dice Paralluelo. "Ya damos por sentado que no hay interés, que no hay apoyo... sabemos que se prima el negocio. El cine tiene mucho poder para vender productos o una idea de vida pero cuando uno tiene necesidades íntimas de retratar ciertas cosas todo eso no importa. Vivo en la cuerda floja desde hace seis o siete años pero ahí estoy. Supongo que eso te hace estar un poco más despierto. Piensas en tus películas, en las imágenes y no piensas tanto en el dinero. Me mantengo con lo poco que gano porque no soy de una familia rica. Tiene un sentido que el cine siempre haya estado relacionado con la burguesía, ahora es otro momento porque rodar es mucho más barato pero los ricos lo tienen mucho más fácil, claro". Santos añade: "Haces estas películas con una necesidad que tiene que ver más con la expresión o con una parte amorosa pero es un equilibrio precario o jodido. Si necesitas otros trabajos pero también un tiempo para poder rodar es complicado que te quieran contratar si vas a desaparecer de vez en cuando. Como creador te pone en una situación muy dura".

Fotograma de Les amigues de l'Agata

Santos pone de relieve un fenómeno ya asentado en el mercado del cine: "Hay una polarización cada vez mayor entre el cine de autor y el cine comercial. Muchas veces tienes que pagar para distribuir tu película. Ahora mismo la brecha es tan clara entre la superproducción que surgen canales alternativos. La producción media de entre un millón y dos millones casi ha desaparecido. Te tienes que buscar la vida, nunca te llama a un productor para trabajar contigo. Pero un cineasta no es un artista plástico, necesita a mucha más gente para hacer sus películas y te encuentras que estás solo para hacerlo todo". Surge un nuevo modelo de artista-propagandista muy lejano a aquel bohemio que no sabe nada de números para convertirse en un experto en ayudas y promocionador primero de sí mismo: "Está todo montado para que los que mejor se venden sean los que consigan hacer sus proyectos, muchas veces sucede que ganan los que venden humo". Marta pone en valor los nuevos mecanismos de los artistas para darse a conocer: "Con las redes sociales tenemos nuevos instrumentos para hacerte propaganda o que te la hagan otros. También asistimos a la caída de los intermediarios, lo cual en parte es malo pero también es bueno".

Paradójicamente, ese cineasta cada vez más solo ante el peligro, también debe luchar contra muchos para lograr mantener la integridad de su proyecto: "Cuando nos enfrentamos a esta segunda fase de la película, nuestra prioridad es proteger a la película", dicen las directoras de Ágata. "No vas a darle el hijo al primero que aparece", dice Paralluelo, "hay una parte oscura del mundo del cine que yo no conocía. Es ese universo de los agentes de ventas y los distribuidores. Hay gente que trabaja con otra lógica pero muchos son negociantes, ven la parte del dinero. Nosotros venimos de otro lugar y a veces no estamos preparados para enfrentarnos a números y porcentajes. Te proponen unos contratos leoninos". El director de No todo es vigilia pone como ejemplo a la Cineteca de México: "Hay diez salas y muchos bares por lo que se crea un ambiente muy concurrido. Hace poco el director me contaba que hubo un robo, ¡a alguien le interesa robar en la Cineteca!. El trato es muy sencillo, Cineteca se lleva un 50% y la productora el otro 50%. Si la película dura, se sigue pasando".

Números, porcentajes y trampas de la industria aparte, reina el optimismo: "Aún quedan muchas cosas que contar. Tenemos ansias de contar y lo vamos a hacer. En nuestra generación ya lo hemos tenido siempre súper chungo y nos da igual. Nos quedaremos sin casa o trabajaré en Zara pero ahorraremos todos para comprar una cámara y seguiremos rodando". Marta incluso aventura un retorno del celuloide, un retorno a lo artesanal. "Seguirá habiendo un cine grandioso de superhéroes pero ya decía Truffaut que el cine acabaría hablando de lo íntimo", dice Santos. "Lo que cambia son los formatos y el cine evolucionará en otras direcciones pero lo que no puedes pretender es que se siga haciendo Billy Wilder".

Paralluello reivindica "esa figura de la directora que vende en Zara y hace películas. Sería bonito que pudiera vivir de ello pero me gustaría desmitificar la figura del director y rebajar el oficio a la categoría de cualquier otro, con amor al oficio claro. Estamos perdiendo de vista que este es artesanía: es trabajo, trabajo, trabajo... simplemente. Me encantaría ser un funcionario gris del cine".

Las altas presiones de Ángel Santos

Retrato rabioso y melancólico de una contemporaneidad marcada por la precariedad y el desconcierto, Las altas presiones cuenta la historia de un treintañero (Andrés Gertrudix, el muso definitivo del indie español) que regresa a su Pontevedra natal para buscar localizaciones para una película y enfrentarse a su vacío vital. Montada por Fernando Franco, el director de La herida, Las altas presiones tiene algo de esa película con ese protagonista desconectado de una realidad que es casi como un ruido molesto que le impide ensimismarse del todo en sí mismo. Ambientada en los círculos hipster de la ciudad gallega, es el retrato de una generación de artistas para los que la crisis se ha convertido en algo más que un problema económico para convertirse en un horizonte infinito sin esperanza. A veces, ese treintañero a la deriva resulta demasiado vago, demasiado etéreo y uno echa de menos conocerlo un poco mejor para empatizar más con él, pero Las altas presiones ofrece un reflejo cristalino de la realidad de cientos de miles de personas y está contada con el tono adecuado y la melancolía inherente a un presente que parece robado. Entre los anhelos infinitos y una realidad macabra, el filme ofrece una profunda reflexión sobre la distancia entre los sueños y la realidad.

Las altas presiones se estrena el 8 de mayo.

No todo es vigilia de Hermes Paralluelo

Los propios abuelos del director, Antonio y Felisa, son los protagonistas de este bello filme en el que Hermes Paralluelo se revela como un refinado esteta así como un buen "escuchador" porque es esta una película en la que el director no hace hablar a sus personajes sino que da la impresión de que, al contrario, se para a escucharlos. Historia de amor de dos ancianos de un pueblo de Teruel dan la impresión no solo de ser viejos sino de vivir en otra época y casi se diría en otro milenio. En una de las escenas más hermosas, le dice Felisa a Antonio que "nosotros nos `casemos` para dormir siempre juntos" y lo que el filme muestra es cómo los achaques de la edad pueden separar lo que no fue capaz de separar los malos humores del marido. Con una luz de claroscuros y penumbra y una pericia milimétrica para el encuadre que revela en Paralluelo a un refinado esteta, No todo es vigilia es una puerta abierta a un mundo que desaparece y una estremecedora historia de amor.

No todo es vigilia se estrena el 15 de mayo.

Les amigues de l'Agata de Alba Cros, Laia Alabart, Laura Rius y Marta Verheyen

Dirigida por cuatro estudiantes universitarias de Barcelona, Les amigues de l'Agata sorprende por su vivacidad y su ambición. El filme plantea el declive de la relación entre cuatro amigas del colegio que ven violentada su ancestral amistad cuando comienzan la universidad y la aparición de nuevos amigos y nuevos horizontes ponen en cuestión los viejos ritos. Les amigues de l'Agata tiene trazos de Cinéma verité con ese retrato al natural de las vivencias de cuatro amigas que tratan de mantener su afecto a toda costa sometidas a las tensiones de una nueva vida y las fundamentales relaciones con los chicos. Porque las chicas, resulta, hablan mucho de chicos (como los chicos hablan de chicas) y su distinta manera de aproximarse a ellos (está especialmente logrado el personaje de la chica promiscua) refleja con acierto la tensión entre el anhelo del amor definitivo y el fulgor carnal de la juventud. Tiene momentos magníficos como la escena del ligue en la discoteca o el estallido final de la Agata del título y cierra el filme un bello plano que desprende toda la melancolía y vitalidad de esta estimulante película.

Pendiente de fecha de estreno.