A estación violenta: desencanto y vanguardia en Galicia
Anxos Fazáns debuta con la adaptación de la novela de Manuel Jabois que retrata la dura resaca de los años del desenfreno del narcotráfico
22 junio, 2018 02:00Fotograma de A estación violenta, de Anxos Fazáns
Ahora que tanto se habla de Fariña y de la época de esplendor del narcotráfico en Galicia, una película como A estación violenta, debut de la joven directora gallega Anxos Fazáns parece servir como contrapunto a lo que también puede calificarse como catástrofe humana. Hubo quien se enriquecía pero también muchísimas víctimas de una epidemia de narcóticos que devastó por completo el panorama social en esa región española. Lo cuenta el escritor y columnista Manuel Jabois en su novela homónima y en la película el protagonista, interpretado por Alberto Rolán, se llama Manuel y se parece físicamente a Jabois, con lo cual las connotaciones autobiográficas parecen obvias.Manuel, en el filme, es un escritor en crisis que malvive de sus no muchas colaboraciones mientras espera que le publiquen una novela. Recién llegado de una mala experiencia en la capital, se recluye en un pueblo de la costa gallega y allí se reencuentra con sus viejos amigos mientras lucha contra su adicción a las drogas. Si el desdichado protagonista sufre, sus allegados están aún peor y la muerte se cierne sobre su círculo más íntimo. La primera secuencia sugiere que lo que estamos viendo es la dura resaca de unos años de desenfreno y noches sin fin que pasan una dura factura. Todo ello contado con un tono grave e "intimista" por momentos excesivo que, al contrario que la prosa de Jabois, no logra contrarrestar con humor la carga trágica del asunto.
Hace cuatro años, la película Las altas presiones, dirigida por Ángel Santos con Andrés Gertrúdix como protagonista, nos proponía un sensible retrato de un treintañero perdido en una Galicia parecida a la que vemos en esta película. En aquel notable filme vemos también un regreso al hogar marcado por la melancolía y la frustración por salir adelante con una profesión creativa. Tanto Santos como Fazáns optan por convertir a sus desdichados protagonistas en personajes "zombi" víctimas de sí mismos y de un contexto endiablado que destruye sus sueños y los arroja a una inquietud abisal. Por momentos excesivamente hermética, a A estación violenta le sobra algo de rigidez pero logra un convincente y sensitivo retrato de la desolación.
@juansarda