El pacto con el diablo de David Victori
El cineasta catalán debuta en las pantallas con El pacto, una película en la que aborda el mito de Fausto desde el thriller y el cine fantástico
17 agosto, 2018 02:00David Victori
Fue en 2012 cuando David Victori (Barcelona, 1982) ganó el Festival Internacional de YouTube, convocado por nada menos que Michael Fassbender y Ridley Scott, con el corto La culpa, en el que exploraba la idea de la venganza. Después de la serie Zero, producida por Scott y Fassbender como premio del certamen, el cineasta catalán debuta en las pantallas con El pacto, protagonizada por Belén Rueda y Darío Grandinetti, en la que aborda el mito de Fausto desde el thriller y el cine fantástico. Con tono operístico cuenta la historia de una abogada penalista (Rueda) que hace literalmente un pacto con el diablo para salvar de la muerte a su hija diabética. El problema es que a cambio de la supervivencia de su retoña, la abogada, y su ex marido policía (Grandinetti), tendrán que pagar un precio muy elevado: el asesinato de otra persona, llevando aquello del "ojo por ojo" hasta una nueva dimensión. En una Barcelona oscura y dramática, el director define El pacto como un "thriller psicológico" en el que los sufridos protagonistas harán todo lo posible para salvar a su hija al tiempo que se enfrentan a dramáticos y rotundos dilemas morales.Pregunta.- Antes de ir a El pacto, ¿cómo llegó a ganar el concurso internacional de cortos por YouTube organizado por Ridley Scott?
Respuesta.- Yo había dirigido un corto, La culpa, y llevaba dos años moviéndolo por festivales. Yo insistía en que había que ponerlo online porque su recorrido había terminado. Cuando salió el certamen de Scott era la excusa perfecta para colgarlo en YouTube. A partir de presentarnos fuimos pasando de fase en fase hasta que llegó ese momento final de locura en el que Fassbender dijo mi nombre como ganador y resultó que fui escogido entre quince mil trabajos, lo cual es impensable. El premio era que te producían una serie y cuando llegué hasta los diez finalistas entonces había que presentar el proyecto de lo que harías y eso me lo curré mucho. Entre una cosa y otra les convencí.
P.- ¿Diría que es un película fantástica?
R.- Nosotros lo calificábamos como un thriller de terror psicológico pero obviamente hay elementos fantásticos.
P.- ¿Quería hacer una nueva versión del mito de Fausto?
R.- Totalmente, es una clásica historia de pacto con el diablo, que es un mito literario. En este caso parece que el propósito es más lícito porque no se trata de la juventud eterna sino de salvar la vida a una persona que quieres. El filme parte de un lugar común pero creo que llega a un sitio más interesante y original. En realidad, casi a mitad de película se resuelve lo que parece el enigma principal y vamos a otra cosa. Todo se vuelve más intenso cuando no se trata de saber si es capaz o no de matar como de si es capaz de resistir la tentación de volver a usar ese poder.
P.- ¿De dónde parte la idea?
R.- De unas pesadillas que tenía mi padre. En mi familia tuvimos la desgracia de que mi hermana murió muy joven y desde entonces mi padre tenía unos malos sueños recurrentes. Yo le animé a que escribiera sobre lo que soñaba y cogió una libretita y se puso a escribir. De repente, allí surgió un material apasionante que dio pie a esta película.
P.- Los protagonistas se plantean si vale la pena cometer un crimen por salvar a un ser amado, ¿en una escala menos dramática todos debemos contrarrestar nuestros principios para sobrevivir?
R.- Lo que me gusta mucho de esta historia es que habla de que lo que hacemos constantemente es negociar porque siempre hay una negociación entre lo que creemos que debe ser la vida y lo que está siendo. Y ese pacto entre nuestros principios y nuestros intereses que debemos conjugar constantemente provoca un gran desgaste psicológico.
P.- ¿Es muy difícil también saber perder?
R.- Cuando estás intentando mirar hacia otro lado y no afrontas las situaciones de frente no puedes tener relaciones auténticas. Quería hablar de cómo este mundo que nos construimos nos aísla de lo que nos rodea. Es una película de liberación, de catarsis, muy oscura y agobiante pero con un final muy luminoso. Hay un viaje a la luz.
P.- Es cine intenso, ¿buscaba un tono operístico?
R.- Yo soy intenso y mi cine también lo es. Quería que cada paso tuviera contundencia y que cumpliera su función. Me gusta contar las cosas de la forma más poderosa posible.
P.- ¿Cómo llega a Belén Rueda, la madre sufridora por excelencia?
R.- Estaba escrito para un hombre y fue el productor quien planteó que el viaje lo hiciera una mujer. Yo estuve de acuerdo en que ganábamos en todos los sentidos y el nombre de Belén surgió a los cuatro segundos. Lo más sorprendente es que es como trabajar con una actriz que acaba de salir de la escuela, la pasión y la ilusión con la que trabaja te dejan alucinado.
@juansarda