Jaume Balagueró: "En España se puede hacer cine a lo grande"
El director aparca el terror para estrenar 'Way Down', una película de atracos en la que un grupo de ladrones intenta colarse en el Banco de España durante la final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica
12 noviembre, 2021 14:42A dos semana de comenzar a rodar con Ester Expósito Venus, película del sello The Fear Collection de Álex de la Iglesia en el que vuelve a la senda del terror que ha marcado su carrera, Jaume Balagueró (Lérida, 1968) plantea en Way Down una ambiciosa película de atracos que pretende reactivar la taquilla con una mezcla de acción y aventura apta para toda la familia. Actores internacionales como Freddie Highmore (protagonista de la serie The Good Doctor), Liam Cummingham (Juego de Tronos), Àstrid Bergès-Frisbey (Piratas del caribe: En mareas misteriosas) y Sam Riley (Control), a los que se suma Luis Tosar y un José Coronado al otro lado de la ley, interpretan a un grupo de ladrones que intenta colarse en la cámara acorazada del Banco de España aprovechando las aglomeraciones que se produjeron en la Plaza de Cibeles durante la final del Mundial de Sudáfrica. Hablamos con el director sobre la película, su proyecto más ambicioso hasta la fecha.
Pregunta. ¿Qué fue lo que le atrajo del proyecto para meterse en él de cabeza?
Respuesta. Los dos productores del filme me llamaron e insistieron en quedar conmigo. Me contaron la historia y lo que me flipó desde el principio fue la idea de hacer una heist movie, una película de robos, con el añadido de que todo transcurría durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Miles de personas veían los partidos en la Plaza de Cibeles en pantallas gigantes, lo que podía servir a los ladrones para desviar la atención de su robo en el Banco de España. Me pareció una idea genial y me enamoré de ese concepto de dos partidos simultáneos: el que conocemos de la final con el gol de Iniesta y el que no conocemos, pero que podría haber sucedido.
P. Las películas de atracos son todo un género. ¿Cuáles son las que más le han marcado?
R. Tengo muy presentes películas como Ocean’s Eleven (Steven Soderbergh, 2001) o The Italian Job (Peter Collinson, 1969), que todos hemos visto y disfrutado. También un clásico de la Nouvelle Vague como Ascensor para el cadalso, una película de Louis Malle que no es exactamente una heist movie, pero que sí que juega un poco con ese concepto del suspense, con unos infiltrados en el peor momento posible que tienen que escapar… En esa película hay algo que me fascina y parte de su clasicismo lo que hemos querido incluir en Way Down.
P. ¿Se ha sentido cómodo en este género tan aventurero, algo alejado de sus películas anteriores?
R. Muy cómodo. Al final, además de director, soy también espectador y me gustan todo tipo de películas. Way Down pertenece a un género que siempre he disfrutado y que además implica el manejo del suspense y de la tensión. Es un aspecto de la dirección que me encanta y que además está muy presente también en el terror. Una película como ésta te brinda la posibilidad de manejar, disfrutar y jugar con esos códigos.
P. ¿Qué ideas o qué acercamiento cinematográfico quiso darle al guion?
R. Buscamos un tono bastante blanco, que era el que ya tenía el proyecto en un principio. Es una película que pueden ver públicos de muy diversa índole, incluidos los niños, por lo que puede chocar si atendemos a mi filmografía, en la que hay algunas películas muy violentas. Aquí, sin embargo, queríamos jugar con lo cerebral y con el ingenio. Las resoluciones de las situaciones nunca vienen dadas por tiroteos, sino que se resuelven como un rompecabezas. Aunque el tono blanco puede tener a veces una connotación negativa, queríamos que no hubiera violencia. Es una película con mucha luz a pesar de que sea la historia de un robo, de introducirse en un lugar secreto.
P. Madrid es un personaje muy importante de la película. ¿Qué imagen de Madrid querían capturar?
R. Un Madrid moderno, que fuese esa gran capital que vemos normalmente en este tipo de películas y que, de hecho, es. Pero también un Madrid reconocible, con toda su deslumbrante monumentalidad y su personalidad.
P. ¿Fue posible rodar en el Banco de España?
R. Rodamos una escena con el personaje de José Coronado llegando a una zona de aparcamiento, pero hasta ahí nos dejaron entrar. Lo que hicimos fue reconstruir los interiores del Banco de España en el Instituto Cervantes, que está justo al lado y tiene una arquitectura más o menos en la misma línea.
P. ¿Cómo fue de complicado recrear ese día de la final del Mundial de Fútbol de Sudafrica?
R. Muy complicado. Necesitábamos que la plaza de Cibeles estuviera a nuestra disposición dos o tres jornadas, pero no nos habrían dejado porque hubiese supuesto paralizar el centro de la ciudad demasiado tiempo. Conseguimos al final 12 horas y la solución consistió en utilizar cinco unidades simultáneas para que capturaran todo el material que necesitábamos. Fue una experiencia brutal, con un montón de figurantes. Después, con la intervención digital logramos multiplicar esos figurantes hasta los cientos de miles que había esa noche.
P. ¿Fue esa secuencia la más complicada del proyecto?
R. Era, sin duda, uno de los grandes retos, porque había que reconstruir una realidad que todos conocemos y que muchos vivieron. Y hacerlo a la escala necesaria. Pero también fue un reto la construcción de la cámara acorazada, que reinventamos porque no tuvimos acceso a la real del Banco de España. Con sentido de la aventura, introdujimos agua y abismos y fue complicado a nivel de construcción y de rodaje con los actores. Pero también fue muy disfrutable.
P. ¿Cómo ha sido el trabajo con Freddie Highmore?
R. Maravilloso. Es una persona encantadora, apasionada, que se lanza de lleno a los proyectos. Además, había vivido en España, es un país que adora e incluso habla español perfectamente. Enseguida surgió una amistad, con él y con todos los actores. Éramos como un grupo de colegas haciendo una película y eso hace que disfrutes mucho y que sea una experiencia inolvidable. Freddie, además, es una persona de una cercanía sorprendente.
P. ¿Qué opinión cree que se han llevado los actores foráneos del trabajo que se realiza en España en la industria del cine?
R. Creo que se dieron cuenta de que en España hay unos profesionales que son capaces de hacer cualquier cosa, que es algo que sabemos aquí desde hace tiempo. Además, es una industria que cada vez va a más, tanto en lo meramente cinematográfico como en el mundo de las series para plataformas. Cada vez hay más películas y series que están traspasando fronteras y convirtiéndose en éxitos internacionales, lo que demuestra que en España se puede hacer cine a lo grande.
P. En un proyecto de esta envergadura, la posproducción sería muy complicada…
R. Necesitábamos mucha intervención digital y había que hacerlo bien, para que estuviese a la altura del proyecto. Fue un trabajo difícil, pero contábamos con una empresa muy potente que trabaja a nivel internacional, El Ranchito. Ellos son responsables de algunos de los grandes méritos del filme.