Siân Heder da instrucciones en el rodaje de 'CODA'

Siân Heder da instrucciones en el rodaje de 'CODA'

Cine

Siân Heder: “Quería mostrar con autenticidad la cultura sorda”

Tras arrasar en Sundance con cuatro premios, un logro inédito en la historia del festival, y conseguir tres nominaciones a los Óscar, incluida mejor película, Siân Heder estrena  'CODA. Los sonidos del silencio'

18 febrero, 2022 02:00

CODA, el título de la segunda película de Siân Heder (Cambridge, Massachusetts, 1977), se escribe con mayúsculas porque es el acrónimo para Child of Deaf Adults, es decir, ‘hijo de un adulto sordo’. Ruby Rossi (Emilia Jones), la adolescente de 17 años que protagoniza el filme, es una CODA, pero además es la única de su familia que puede oír, ya que tanto sus padres como su hermano son sordos. Por eso, se siente como una pieza imprescindible para que ellos puedan conectar con el mundo y para que el negocio familiar siga funcionando. Sin embargo, Ruby tiene un talento innato para la música que le abre una vía de escape del pueblo de Gloucester que nunca pensó abandonar.

En el dilema entre ser fiel a las personas que queremos y la posibilidad de hacer realidad nuestros sueños se posiciona el filme de Heder, que se convirtió en el más premiado de la historia de Sundance. Aunque no parte como favorita, también estará presente en los Óscar, donde compite por las estatuillas a mejor película, actor de reparto (Troy Kotsur) y guion adaptado, ya que se trata de un remake del filme francés La familia Bélier (Éric Lartigau, 2015).

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de adaptar este filme?

Respuesta. En origen era un proyecto de estudio, de Lionsgate. Ellos habían visto mi primera película, Tallulah (2016), y pensaban que podía darle un tono parecido, además de reinventar la historia. Se me ocurrió ambientarla en Gloucester, en Massachusetts, en donde pasé todos los veranos de mi adolescencia. Allí hay una comunidad de pescadores que en los últimos veinte años se ha ido paulatinamente arruinando por las regulaciones para salvaguardar el medio ambiente, que han favorecido a las grandes empresas. Me parecía un punto de partida interesante y atractivo. Además, el paisaje de la ciudad de Gloucester es muy cinematográfico.

P. ¿Por qué acabó siendo un filme independiente?

R. A pesar de que al estudio le gustó mucho la idea de contar la historia de esta familia italiana de pescadores de Gloucester, creo que no les convenció que quisiera contar con un casting de actores sordos para interpretar los papeles principales. Pero yo quería mostrar con autenticidad la cultura sorda, que fuera real en pantalla.

"El filme acabó siendo independiente porque el estudio no quería un casting de actores sordos”

P. ¿Qué le atrajo de La familia Bélier?

R. El personaje principal, esa hija de adultos sordos, me resultaba muy atractivo por estar en el momento de intentar encontrar su propia identidad. Se debate entre la intensa responsabilidad de ayudar a su familia, a la que está muy conectada, y la posibilidad de alcanzar sus propios sueños y deseos. Y, después, estaba la combinación de humor y emoción, que conecta con el tono de mi trabajo en Orange is the New Black o en mi primera película. Era un proyecto muy adecuado para mi voz.

P. Gran parte del diálogo es en lengua de signos, ¿cómo lo abordó?

R. Siempre escribo tratando de escuchar la voz de los personajes en mi cabeza. Por ejemplo, mientras desarrollaba el guion, era capaz de oír el acento de Boston de Frank, el padre que interpreta Troy Kotsur, y de sentir el ritmo de sus bromas. Pero después me di cuenta de que esta estrategia era absurda porque no iba a escuchar nunca esas palabras. Me puse a estudiar lengua de signos americana y contraté a dos asesoras, Alexandria Wailes y Anna Tomasseti, mujeres sordas que venían del mundo del teatro. Revisamos juntas el guion, línea a línea, e íbamos discutiendo sobre varias opciones que me proponían. Fue un proceso complejo y apasionante porque no existe una traducción literal a la lengua de signos. Es una manera completamente distinta de expresar conceptos, con una sintaxis y una gramática diferente, que depende también de la expresión de la cara o el espacio que empleas alrededor de tu cuerpo.

Emilia Jones en un momento del filme

Emilia Jones en un momento del filme

P. ¿Contribuyeron también los actores?

R. El reparto tiene un talento increíble y les di espacio para improvisar. Por ejemplo, Troy Kotsur era divertidísimo. En la escena en la consulta del doctor, era hilarante ver cómo expandía los diálogos y añadía cosas en cada toma. Ha sido genial descubrir cómo mis palabras podían vivir en un espacio puramente visual. Hay mucho que aprender de la manera en la que la lengua de signos funciona y de la manera en que las ideas son expresadas.

Doble sentido

P. Coda es también la conclusión de una obra musical. ¿Buscaba ese doble sentido?

R. Sí, estaba emocionada con el acrónimo porque, además de hacer referencia a ese concepto musical, también me servía para hablar de ese momento en la vida de un adolescente en el que tienes que poner punto y final a tu infancia y entrar en una nueva fase.

P. En un filme que aborda la cultura sorda y la música, ¿cómo concibió la banda sonora?

R. Hablando con el compositor Marius de Vries me di cuenta de que la música no hubiese funcionado en las escenas en las que los personajes hablan en lengua de signos. El espectador siempre intenta aferrarse al sonido cuando escucha los diálogos y, por eso, lo mejor era dejar esas escenas sin banda sonora, hubiese resultado una interferencia. La música aparece en otros momentos, o al final de esas escenas.

"Ha sido genial descubrir cómo mis palabras podían vivir en un espacio puramente visual”

P. Sin embargo, el momento clave del filme es en absoluto silencio...

R. Sí, en la escena en la que los espectadores están esperando escuchar la canción que ensaya Ruby durante todo el filme. Decidí privar al público de esa satisfacción para que se pusieran en la perspectiva de una persona sorda y experimentaran un silencio tan poderoso como fuera posible.

P. ¿Cómo fue trabajar con Marlee Matlin, la única actriz sorda ganadora de un Óscar?

R. Es un ejemplo para todos. Troy Kotsur pensó que podría ser actor después de verla en Hijos de un dios menor cuando tenía 18 años. La tuve en mi cabeza desde el primer momento para interpretar a la madre y enseguida accedió a hacer la película. Ella tiene cuatro hijos CODA, por lo que sabía perfectamente de lo que hablaba la película.

P. Supongo que no sería fácil encontrar a la actriz para interpretar a Ruby...

R. Fue complicadísimo, vimos a cientos de chicas. No solo necesitábamos una actriz que pudiera manejar la comedia y el drama, con la edad adecuada y que cantara, también tenía que tener fluidez con la lengua de signos. Además, necesitábamos que demostrara cierta dureza, porque el personaje siempre ha ayudado en el pesquero familiar. El director de casting me dijo que estaba buscando un unicornio. Al final, tuvimos la suerte de dar con Emilia Jones, pero como es británica tuvo también que trabajar el acento de Boston. La verdad es que ha hecho un trabajo fantástico.

'Coda: los sonidos del silencio', optimismo y ligereza para tiempos oscuros

Lo primero que llama la atención de CODA. Los sonidos del silencio es su acabado visual, que recuerda más a los filmes europeos de sobremesa que al cine independiente norteamericano. Sin embargo, eso no ha sido ningún inconveniente  para  que  la  película  –que  no  esconde  su humildad– haya protagonizado una trayectoria impresionante en la temporada de premios, con nominaciones importantes en los Globos de Oro, los Bafta y los Óscar, después de haber arrasado hace ya más de un año en el Festival de Sundance.

El secreto de su éxito lo podemos encontrar en cómo saca partido de todas las fórmulas a las que se adhiere, desde el coming of age al drama sobre discapacitados, pasando por la comedia de instituto, el relato del primer amor o la narrativa clásica del patito feo, esa ruda e insegura Ruby que esconde en su interior un diamante en bruto de la sensibilidad musical. Además, su optimismo y ligereza es un revulsivo en estos tiempos tan oscuros.

Lo más destacado del conjunto es, sin duda, el trabajo del reparto, con una convincente Emilia Jones en el papel principal y con los tres actores sordos, Troy Kotsur, Marlee Matlin y Daniel Durant, brillando tanto en la comedia (donde Kotsur, ese padre de familia brutote pero de buen corazón, resulta una fuerza de la naturaleza) como en los momentos más tiernos. El corazón de la película está en las dinámicas de esta familia tan particular.

Dos momentos destacan en especial en el filme, y lo elevan por encima de otras apuestas similares. En primer lugar, esa hilarante escena en la consulta del médico en la que Ruby tiene que traducir a sus padres el diagnóstico de una enfermedad un tanto embarazosa (al menos para ella), y ese momento clave en el que Siân Heder decide privarnos de cualquier sonido para, de manera muy efectiva, ponernos en la piel de una persona sorda.