Fotograma de 'Un sol radiant'.

Fotograma de 'Un sol radiant'.

Cine

'Un sol radiant', un delicado apocalipsis emocional en la Cataluña rural

El filme dirigido por Mònica Cambra y Ariadna Fortuny relata los últimos días de vida de una familia antes de la caída de un meteorito en una casa rural.

17 mayo, 2024 02:14

En los últimos años hemos presenciado un éxodo del cine español de la ciudad al campo, representando los ambientes rurales más allá de su cara amable de desconexión y tranquilidad. As bestas (Rodrigo Sorogoyen, 2023), Suro (Mikel Gurrea, 2022), Un amor (Isabel Coixet, 2023), Els encantats (Elena Trapé, 2023) son solo algunos de los filmes que han encontrado en la naturaleza un elemento discordante para desencadenar los acontecimientos.

Del mismo modo, el filme coral Un sol radiant (2023), dirigido por Mònica Cambra y Ariadna Fortuny, decide contar los últimos días de vida de una familia antes de la caída de un meteorito en una casa rural en el Baix Camp, en Tarragona. Un lugar aparentemente idílico, pero donde el cielo apocalíptico, el sonido distorsionado de los pájaros y el siniestro bosque nos advierten desde el inicio de la cinta que este es un espacio inhóspito y atemorizante. 

La lluvia, los truenos, el sol; a su lado, la humanidad parece insignificante, indefensa, y solo le queda cuestionarse el por qué de la muerte inminente. Aun así, como ocurría en Melancholia (Lars Von Trier, 2011), el filme huye de las multitudes y presenta de forma ambigua el apocalipsis, dotando de belleza a un suceso terrorífico.

La joven Mila (Laia Artigas), su hermana mayor Íngrid (Nunu Sales), su madre (Núria Prims) y su abuelo (Jaume Villalta) intentan continuar con su rutina a pesar del incierto futuro. Entre ellos se respira un ambiente enrarecido, que oscila entre la aparente normalidad y el catastrofismo. Mientras que la casa se presenta como un limbo donde familia y amigos deben enfrentarse a su propia finitud. 

Todos ellos encarnan el concepto "ser para la muerte" en la filosofía de Heidegger: al ser conscientes de la fragilidad de su existencia, buscan vivir de manera todavía más plena el tiempo que les queda. Sobre todo Mila, de apenas 11 años, que se empeña en hacer una fiesta para celebrar el fin del mundo. Lo hace con resignación y rabia, con la misma que decide plantar girasoles, aunque sepa que jamás los verá crecer, y con la que sueña con tatuarse el nombre de sus hijos, aunque sabe que jamás podrá tenerlos. 

Del mismo modo, al final del filme no duda en romper la cuarta pared para interpelar al espectador en busca de respuestas o simplemente despidiéndose. La actuación de Artigas, que ya deslumbró en Verano 1993 (Carla Simón, 2017) es lo más preciado de un filme delicado y sencillo en su puesta en escena, pero ambicioso en sus planteamientos existencialistas.  

Un sol radiant

Mònica Cambra (dirección y montaje), Ariadna Fortuny (guion y dirección), Clàudia Garcia de Dios (guion y dirección de arte), Lucía Herrera (sonido y montaje) y Mònica Tort (ayudante de sonido y banda sonora). 

Intérpretes: Laia Artigas, Nunu Sales, Jaume Villalta, Núria Prims. 

Año: 2023.

Estreno: 17 de mayo.