Emma Villarasau, en 'Casa en llamas'

Emma Villarasau, en 'Casa en llamas'

Cine

'Casa en llamas': catarsis familiar en la Costa Brava en la mejor película de Dani de la Orden

El director, que demuestra que sabe manejar una cámara, no se conforma con entregar un divertimento y revela cómo el dinero puede corroer las relaciones familiares.

28 junio, 2024 01:45

Con 35 años recién cumplidos, Dani de la Orden (Barcelona, 1989) estrena su undécima película, Casa en llamas, una precocidad que es todo un hito en el ecosistema cinematográfico español actual, cuando es tan complicado sacar proyectos adelante.

Que Atresmedia Cine haya confiado en él para varias comedias destinadas al gran público –El pregón (2016), Hasta que la boda nos separe (2020), Mamá o papá (2021) o El test (2022)– indica que De la Orden debe de ser eficaz a la hora de manejar tiempos y presupuestos. Que sabe darle un atractivo acabado visual a sus filmes salta a la vista con asomarse a cualquiera de ellos.

En cambio, sus películas normalmente han flaqueado en materia narrativa, lo que no se le puede achacar exclusivamente al cineasta, ya que casi siempre ha trabajado con guiones ajenos.

Es lo que ocurre en Casa en llamas, que parte de la pluma de Eduard Sola, guionista de sus dos primeros trabajos, Barcelona, nit d’estiu (2013) y Barcelona, nit d’hivern (2015). El reencuentro de director y escritor no podía ser más feliz: es la mejor película de ambos.

Casa en llamas arranca con una escena bastante truculenta: Montse (Emma Vilarasau) va a ver a su anciana madre y se la encuentra muerta en el salón. En vez de llamar a emergencias, la deja allí y se marcha a Cadaqués, pues no quiere que se arruine el fin de semana en el que se reúne con sus hijos.

Enric Auquer y María Rodríguez Soto, a los que hemos visto como pareja este mismo año en Mamífera (Liliana Torres), interpretan aquí a los talluditos vástagos de Montse, ambos con sus propios secretos: él le oculta a su novia (Macarena García), bajo una apariencia relajada, un infantilismo y un romanticismo de lo más tóxicos, y ella esconde a su marido y a sus dos hijas una aventura con un veinteañero. También aparecerá el exmarido de Montse, un narcisista muy divertido interpretado por Alberto San Juan.

Con un ritmo ágil, diálogos afilados (que cambian constantemente entre el catalán y el castellano), un par de escenas descacharrantes (el ataque de ciática o el salto en paracaídas) y, sobre todo, el naturalista trabajo de unos actores entregados y en estado de gracia, a los que el director sabe sacar todo el partido, Casa en llamas es una amena tragicomedia en la que es fácil verse reflejado.

Pero De la Orden, que demuestra una vez más que sabe manejar una cámara (aunque quizá se exceda con el uso de la música), no se conforma con entregar un divertimento. El filme revela como el dinero puede corroer las relaciones familiares y aborda el drama de una mujer que, llegada a los 60, se siente abandonada y perdida en una familia de la que fue el centro.

Casa en llamas

Dirección: Dani de la Orden.

Guion: Eduard Sola.

Intérpretes: Emma Villarasau, Alberto San Juan, María Rodríguez Soto, Enric Auquer, Macarena García.

Año: 2024.

Estreno: 28 de junio