Richard Gere y Kristine Froseth, en un momento del filme de Schrader

Richard Gere y Kristine Froseth, en un momento del filme de Schrader

Cine

'Oh, Canada', los malditos remordimientos según Paul Schrader

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Tras un periodo marcado por un cierto extravío creativo, la última década ha alumbrado el resurgir de Paul Schrader (Grand Rapids, 1946), una segunda juventud –vinculada temáticamente a sus aportaciones al Nuevo Hollywood de los 70– que aparece coronada por la trilogía sobre figuras masculinas atormentadas que conforman El reverendo (2017), El jugador de cartas (2021) y El maestro jardinero (2022).

Ahora, el cineasta de Míchigan busca prolongar su momento de gloria, algo que logra solo a medias, ya que, pese a dar cuenta de una innegable audacia formal y narrativa, Oh, Canada adolece de un guion tan deslavazado como plagado de cabos sueltos.

Basada en la novela Los abandonos de Russell Banks –de quien Schrader ya llevó a la pantalla Aflicción, en 1997–, Oh, Canada se desmarca de la sobriedad de las últimas películas del guionista de Taxi Driver (1976), aunque su protagonista vuelve a ser un hombre abrumado por la culpa.

El antihéroe en cuestión es Leonard Fife, un afamado documentalista que, golpeado por un cáncer terminal, se presta a grabar una última entrevista en la que pretende revelar secretos ocultos. Para construir este acongojado viaje memorístico, que además se presenta desdibujado por la escasa lucidez del protagonista, Schrader juega con una estructura fragmentaria, alejada de la claridad cronológica.

De este modo, el recorrido por la vida de Fife deviene un puzle impresionista que transita entre el blanco y negro y el color, y que ilustra la tendencia del protagonista a rehuir sus responsabilidades para con su descendencia, sus parejas, su vocación literaria y sus “deberes patrióticos” durante Vietnam.

Este episódico estudio biográfico trae a la memoria el trabajo del propio Schrader en Mishima: Una vida en cuatro capítulos (1985), aunque Oh, Canada remite de forma más directa a los experimentos estructurales del cine de Atom Egoyan –cabe recordar la magnífica adaptación que el canadiense realizó de la novela El dulce porvenir, escrita también por Banks–.

A la postre, la arriesgada propuesta perfila un conjunto desigual, mermado por unos arrítmicos flashbacks a la juventud del protagonista –Jacob Elordi nunca parece del todo cómodo en la piel de un joven con ínfulas intelectuales y poca determinación–. Sin embargo, los pasajes protagonizados por Richard Gere (que se reencuentra con Schrader 44 años después de American Gigolo) resultan estimulantes por la crudeza con la que retratan la agonía del personaje.

Jacob Elordi, en 'Oh, Canada'

Jacob Elordi, en 'Oh, Canada'

El viacrucis que se autoinflige Leonard Fife es filmado por Schrader con una frontalidad estremecedora. Y no solo eso, sino que la cercanía de la cámara al personaje traza un conjunto de primeros planos en los que resuena la iconografía expresionista de La pasión de Juana de Arco (1928) de Carl Theodor Dreyer, uno de los cineastas de cabecera de Schrader.

Así, Oh, Canada acaba proponiendo un osado cara a cara con la muerte, una mirada al abismo de la existencia tan desprovista de épica como colmada de una humanidad temblorosa y vibrante.

Oh, Canada

Dirección y guion: Paul Schrader.

Intérpretes: Richard Gere, Uma Thurman, Jacob Elordi, Michael Imperioli, Kristine Froseth.

Año: 2024.

Estreno: 25 de diciembre