Harold Pinter, escenas desde el filo
Harold Pinter
"Han olvidado cómo morir/y de ese modo prolongan su vida asesina./ Mi tumor y yo luchamos con todas nuestras fuerzas./Una doble muerte está, espero, descartada".La enfermedad inspiró estos versos escritos por Harold Pinter hace un año y publicados en El Cultural (10/3/2002), en plena lucha contra el cáncer, cuando entraba en tierras de difícil retorno donde la escritura y la lucha son sinónimos de esperanza. Es uno de los dramaturgos más destacados del siglo XX, el enfant terrible de la generación denominada Jóvenes Airados, toda una institución en el teatro inglés. Tiene una personalidad arrolladora: se opuso al gobierno de Margaret Thatcher, rechazó el título de "sir" porque le parecía "sórdido" y el cáncer de garganta contra el que lucha no ha silenciado su voz oponiéndose a la guerra, en general, y contra Irak, en particular.
Harold Pinter nació en el número 19 de Thistlewaite Road, Londres, el 10 de octubre de 1930, en una casa humilde llena de alfileres, bobinas de hilo, entre los patrones de su padre, un sastre judío de Hackney. Estudió en el Hackney Downs Grammar School, donde había asistido Steven Berkoff siete años antes, aunque pronto encaminó sus pasos al teatro, y se matriculó en la Royal Academy of Dramatic Arts y en la Central School of Speech and Drama. éxito a pesar de la crítica. Es entonces cuando bajo el pesudónimo de David Baron se "alista" en una compañía de repertorio clásico, la Anew McMaster Company, con la que recorre Irlanda entre 1951 y 1952. Pronto empieza a compaginar su trabajo de actor con la escritura de comedias y guiones de cine. En 1957 escribe The Room, su primera obra, que estrena ese mismo año cuando aún actuaba en teatros ingleses y en el Ulster. Un año más tarde con La fiesta de cumpleaños, adquiere notoriedad a pesar de que la crítica la califica de "incomprensible". Consigue sobrevivir gracias a sus trabajos para la televisión y la radio. Sin embargo, los mismos que menospreciaron aquella obra ensalzaron su siguiente trabajo, El conserje, en 1960. Cuatro años más tarde, su Tea Party es seleccionada por Eurovisión para ser transmitida a 18 países simultáneamente. Dos años antes había escrito la famosa El amante (1962).
A partir de estas piezas comienza una imparable carrera en la que, con obras como Viejos tiempos, Tierra de nadie y Traición va forjando su propio estilo, deudor de la crueldad de Artaud, del absurdo de Beckett e Ionesco, y caracterizada por un dominio de la gramática teatral. Sus textos rezuman suspense, ambigöedad y un alto contenido de inquietud social. En 1985 escribe una serie de piezas cortas (La penúltima, El lenguaje de la montaña, Cenizas a las cenizas) en las que recoge su preocupación por el atropello de los derechos humanos.
Una voz política difícil de silenciar
Pinter se ha convertido en una voz contra la guerra, como ya se manifestó respecto a la moralidad de la guerra del Golfo o al bombardeo de Kosovo. Su airado temperamento le llevó en 1974 a manifestarse delante del "Teatro di Roma" por "las graves y espantosas distorsiones", que dijo le había causado Luchino Visconti en el montaje de su obra Los viejos tiempos. En la década de los setenta adopta una postura anti-americana en lo referente a su política exterior, criticando su actuación en el golpe militar que derrocó a Allende en Chile, y no duca en criticar al gobierno británico por su apoyo a la política estadounidense. En 1988, Pinter y su mujer Antonia Fraser crearon el "Grupo 20 de junio", formado por intelectuales de izquierdas, y con un claro objetivo: derrocar al gobierno conservador de Margaret Thacher. Se reunían en la casa de Pinter y pronto estos concilios se hicieron famosos y fueron bautizados por la prensa como "los socialistas del Champán".Además de autor de piezas teatrales, Pinter también ha firmado más de veinte guiones cinematográficos como El placer de los extraños, El proceso, La mujer del teniente francés, Reunión y su ambicioso proyecto de En busca del tiempo perdido, y ha dirigido para el Channel 4 Tiempo de fiesta, The Rear Column para la BBC y Cenizas a las cenizas para la RAI italiana. Ha colaborado con el director Joseph Losey en El sirviente, Accidente, y El mensajero. Como director teatral ha presentado montajes con las mejores compañías europeas y en los principales escenarios del mundo como el Gate Theatre de Dublín y el Royal National Theatre.
En sus últimas piezas, Pinter aborda la relación entre verdugo y víctima en One for the Road y Ashes to Ashes (1996). Una muestra de su teatro político, comprometido con la paz y los derechos humanos, son las piezas Exactamente (1983) y El nuevo orden mundial (1991). Ha sido galardonado con todos los premios teatrales habidos y por haber: El Premio Shakespeare, Premio Especial Laurence Olivier y El Premio Austriaco de Literatura Europea, entre otros, además de haber sido nombrado director de la Asociación de Teatro Nacional en Inglaterra y doctor Honoris causa por las universidades de Reading, Glasgow y Stirling. En 2005 recibe el premio Nobel de Literatura, que por motivos de salud no puede recoger en la ceremonia de entrega, aunque sí acude tres días antes a Estocolmo a leer el tradicional discurso. En él, Pinter aprovecha para acusar a los Estados Unidos de haber cometido crímenes sistemáticos con cientos de miles de muertos en todo el mundo y de haber sometido brutalmente a numerosos estados. El autor reclamó además en sus palabras un juicio contra el presidente estadounidense, George W. Bush, y contra el primer ministro británico, Tony Blair, ante la Corte Penal Internacional en La Haya por crímenes de guerra en la invasión a Irak.