Image: El festín de los títeres

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Escenarios

El festín de los títeres

Las mejores compañías se citan en Titirimundi

8 mayo, 2009 02:00

Miquel Gallardo en Don Juan, Memoria amarga de mí. Foto: Tercer Polo

Desde este viernes y hasta el día 12 de mayo Segovia celebra la XXIII edición de Titirimundi, el Festival Internacional de Teatro de Títeres. 39 compañías procedentes de 16 países conforman una programación que se ha ido extendiendo a otras ciudades de Castilla y León, Navarra, Madrid e incluso Portugal. Una forma de tejer una red de exhibición para un género habitualmente olvidado.

El de los títeres es uno de los géneros teatrales más experimentales y que mayor profesionalización ha demostrado en los últimos años, pero arrastra un prejuicio del que no acaba de zafarse, suele asociarse al teatro para niños y, por ello, suele ser excluido de los espacios escénicos importantes. Sin embargo, no fue así en el pasado y en la actualidad las compañías pelean porque su trabajo sea entendido como un género dramático más. Del número de compañías dedicadas al teatro de títeres, sombras y objetos da cuenta el Centro de Documentación Teatral, que registra 50, casi tantas como festivales, los cuales han proliferado extraordinariamente hasta llegar a 48.

Entre estos últimos, destaca el que hoy se inaugura en Segovia, Titirimundi, considerado por los profesionales del género como la cita indiscutible en España y que movilizó a 100.000 espectadores el año pasado. La cifra es lo máximo que puede absorber una ciudad como Segovia, por lo que el director del Festival, Julio Michel, ha optado desde hace varias ediciones por extender la programación a otras ciudades de Navarra (Barañáin), Castilla y León (Valladolid, Burgos, ávila, Salamanca, Soria, León, Palencia, Zamora, Miranda de Ebro, Medina del Campo, Peñaranda de Bracamonte y Toro), Madrid y su provincia e incluso a Portugal (Guarda). Una política que ha tejido una red de espacios de exhibición muy atractiva para las compañías, ya que les permite dar más funciones.

Posiblemente las compañías de títeres viajan por todo el mundo mucho más que otras, y la razón no es otra que el lenguaje universal que emplean. Estas giras les permiten entrar en contacto con otros colegas, ampliar e intercambiar conocimientos e investigar en un género que admite un fructífero maridaje con otras artes: "Los títeres integran importantes elementos expresivos de última hora a la vez que se mantienen enraizados en la más firme tradición del teatro popular, directo, espontáneo y callejero. En este sentido constituyen un buen laboratorio de experimentación", señalan Pilar Amorós y Paco Paricio, autores de uno de las escasas publicaciones que hay sobre el tema, Títeres y Titiriteros, y fundadores de la veterana compañía aragonesa Los Titiriteros de Binéfar, que también va a estar presente en el Festival con dos obras: No nos moverán y Pasacalles medieval.


Preservar la tradición.
En este sentido, la internacionalización es otra seña de identidad de Titirimundi. Este año hay presencia de formaciones procedentes de 16 países, algunos tan alejados de nuestra geografía como la República de Benin o Australia. En total, se ofrecerán 407 funciones, la mitad en Segovia. Incluidas las españolas, participan 39 compañías y algunas son invitadas por Julio Michel año tras año por representar una tradición titiritera que hay que preservar. Es el caso de Rod Burnett y su Mr. Punch o Salvattore Gatto y su Pulcinella, dignos artífices de los títeres de cachiporra.

Una apuesta personal del director es el único estreno que va a tener lugar en Titirimundi: Don Juan, memoria amarga de mí. Es también el primer espectáculo de la compañía Pelmànec, de Miquel Gallardo, coautor de excepcionales montajes como Poemas Visuales y El avaro, creados en colaboración con el barcelonés Jordi Bertrán, maestro del género, que también actúa aquí con El aliento de los hilos.
En su espectáculo, Gallardo no es un mero manipulador en la sombra. La particularidad de su montaje es que, al mismo tiempo que manipula el muñeco, de dimensiones casi humanas (1,50m.), interpreta el personaje de un fraile que le da réplica al títere de Don Juan. "Estoy totalmente solo en el escenario, y la obra exige un desdoblamiento de personalidad muy potente. Al principio me resultaba agotador, era por cansancio psicológico. Ahora ya lo he encajado, y es una diversión hacerlo". El texto, inspirado en las obras de Molière, Zorrilla, Tirso y Palau i Fabra, es también una vuelta de tuerca al mito: "Mi Don Juan es imposible porque ha llegado a viejo, vive retirado en un monasterio franciscano y le toca hacer examen de conciencia".

El actor considera que uno de los sambenitos que arrastran los títeres es que se asocie con teatro para niños. "Si yo hiciera esta obra con actores y no con muñecos, sería clasificado como espectáculo de teatro, mi caché se doblaría y también el número de espacios en los que lo exhibiría. Con la excepción de grandes compañías como el Cirque Invisible o Phillippe Genty, los titiriteros estamos condenados al pequeño formato". Aún así, actuará enLa Abadía de Madrid (días 12 y 13), que se ha incorporado a Titirimundi.

Otra de las compañías de gran éxito es la de los Hermanos Oligor y su obra Las tribulaciones de Virginia. De cómo sus autores construyeron este espectáculo se ofrece un documental ha filmado Joan Lopez Lloret y que inaugura una sección en el Festival destinada a presentar filmes sobre el género.

Extranjeros

La presencia de compañías extranjeras es seña de identidad de Titirimundi. Una de las más esperadas es Le Cirque Invisible, de Jean Baptiste Thierré y Victoria Chaplin, quienes han contribuido a introducir el circo en los teatros con espectáculos basados en la magia, la poesía y el humor. El titiritero de Bansfield viene por primera vez procedente de Argentina y son muchos los que confían en sus simpáticos personajes. Para los amantes de los títeres pequeños, una joya procedente de Francia Le Théâtre de Romette. Y de Italia llegan dos compañías de signo distinto: Los fascinantes Teatro del Drago, saga familiar dedicada al títere desde 1820, y Girovago & Rondella, títeres de figura diseñados en latex donde las manos son las que cuentan historias. De los países del Este, con gran tradición titiritera, llega la Academia Nacional de Teatro y Cine de Sofía y el Teatro Estatal de Marionetas de Varna, de Bulgaria.