Image: El Faust de Murnau, en versión de Torres, llega a la Zarzuela

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Escenarios

El Faust de Murnau, en versión de Torres, llega a la Zarzuela

El teatro madrileño estrena un encargo de la ORCAM para restaurar el mito goethiano e invocar a los fantasmas de la eterna juventud con música de hoy

19 mayo, 2009 02:00

Un fotograma de Faust.

Benjamín G. Rosado
Precedido por el reciente y desacomplejado Faust-bal, de Leonardo Balada, el Teatro de la Zarzuela estrena este martes un encargo de la ORCAM, que lidera José Ramón Encinar, al compositor aragonés Jesús Torres. Una iniciativa con la que se pretende restaurar el mito goethiana e invocar los fantasmas de la eterna juventud al ritmo de la música de hoy y amén de la sobresaltada expectación que generó Arrabal en el Teatro Real.

El Faust fílmico de Murnau se estrenó en 1926, al amparo de la UFA, cuando el cine, a unos meses de su revolución sonora, se valía de la mímica y la excentricidad de actores de la talla inigualable de Max Schreck, más conocido por su papel de Nosferatu. La película se proyectó por primera vez en un cine de Viena, y se ha dicho que con ella Murnau pretendía saldar cuentas pendientes con la tradición germana y abrazar la Fox hollywoodiense sin el remordimiento patrio que atormentó a alguno de sus colegas. Por eso, y pese a que fue una superproducción para la época, Faust se ciñe entre claroscuros y una banda sonora, muy wagneriana, de Werner Richard Heymann a los ritmos clásicos de la leyenda popular de la mano de tres primeras espadas de la actuación como eran entonces Güsta Ekman, Emil Jannings y Camilla Horn.

Será la segunda vez que Torres coincida con Encinar en un proyecto de estas características, pero todo apunta (a tenor de la buena sintonía del compositor con la orquesta madrileña y la dedicatoria al comienzo de la partitura) a que no será la última. Dice, sin artificios, que su música es densa, difícil y problemática de montar. Encinar prefiere subrayar la "rara habilidad de Torres" para construir música adaptada a cada instrumento, incluidos los de la soprano madrileña Sonia de Munck y la mezzosoprano ovetense María José Suárez, que también participan en el proyecto. "No tiene nada de relleno -explica Encinar, que ha dirigido la mayoría de los concierto-proyección del Teatro de la Zarzuela- y posee una estructura interna clara, con gran paralelismo formal" a lo largo de los 2.500 metros de celuloide que sustentan la película. Y anima al ministerio de Cultura a interesarse por una iniciativa pionera que "debido a la crisis" se trasladará el año que viene a los Teatros Canal de la Comunidad de Madrid.