Image: Benigni, entre la comicidad y la metafísica

Image: Benigni, entre la comicidad y la metafísica

Escenarios

Benigni, entre la comicidad y la metafísica

El cómico italiano presenta en Madrid su espectáculo Tutto Dante, con el que abre el programa de los Veranos de la Villa

1 julio, 2009 02:00

Roberto Benigni. Foto: Stefano Schirato / MUNDO

Ivana Saccone
El italiano Roberto Benigni ha inaugurado los Veranos de la Villa con su espectáculo Tutto Dante. Los Jardines de Sabatini son la ultima escala de una gira mundial que ha llevado, en unos pocos meses, al actor y director a pasar por Zurich, París, Londres, Ginebra, Atenas, San Francisco, Chicago, Buenos Aires, entre otras ciudades.

El éxito que logró en el teatro romano de Petras, en Grecia, hace tres años, le animó a representar su monólogo centrado en la Divina Comedia en otros lugares, empezando por Florencia, su querida ciudad y de donde es natural el autor de la máxima expresión literaria en lengua italiana de todos los tiempos, Dante Alighieri.

La representación tuvo lugar en la Plaza de la Santa Croce, con un graderío de más de 4.000 butacas, repleto de público, que terminó ovacionando al cómico. Tras el éxito florentino actuó en un centenar de localidades, entre ellas Roma, donde fue vista por 120.000 personas. La RAI emitió algunos de aquellos espectáculos con una audiencia estimada de 10 millones de personas.

Mordaz y genial, el cómico subió al escenario con una carrera endiablada de clown y después de saludar afectuosamente los espectadores en un español deliberadamente equívoco, y al alcalde de Madrid con un "¡hola tronco!", manifestó su alegría por hallarse en España: "un país tan alegre y acogedor, que me recuerda tanto a mi Italia, pero sin Berlusconi".

Ese fue su trampolín para empezar a contar chistes sobre Il Cavaliere y la manera italiana de hacer periodismo, o mejor dicho, de no hacerlo. Comparando, en la energía sexual, a su septuagenario jefe de Gobierno con Hulk (El hombre masa) y advirtiendo a los españoles para que no vayan a Italia acompañados por sus novias, hijas o hermanas. Benigni explicó que el origen de su espectáculo se lo debe a su presidente:" Dado que Silvio es más bueno que yo como cómico, he tenido que cambiar de trabajo lanzándome sobre Dante".

Después de narrar de manera sarcástica y picante sucesos de actualidad, el ganador del Oscar como mejor actor por su interpretación en La vida es bella invitó al público a seguirlo, acompañado por Dante y Virgilio, en el segundo círculo del Infierno, donde están los condenados que se dejaron dominar por el pecado de la lujuria.

"Por aquel entonces en Italia se inventaron muchas cosas", explicó Benigni, "el soneto, las catedrales góticas, los bancos , el perfil del pintor moderno gracias a Giotto y lo del escritor retribuido como Boccaccio. Pero de aquella época el regalo más bello e importante fue la Divina Comedia, la cúspide de las literaturas de todos los tiempos".

"Con la belleza que sólo los poetas consiguen lograr", comentó el histrión italiano, "la obra de Dante puede llegar a cambiar nuestra vida, enseñando a vernos como héroes de una aventura única para la eternidad, depositarios de un destino inmenso e irrepetible".

Benigni empezó a leer y explicar cada terzina del V canto del Infierno, mostrando la vigencia actual de una obra clásica, con siete siglos, y rememorando la triste y conmovedora historia de Paolo y Francesca.

Tras estas explicaciones, de forma casi repentina, el cómico se hundió en un silencio ensimismado, entró en éxtasis y se trasmutó en declamador solemne y grave de una obra que es, para él, literal y simplemente "Divina". Así acabó su espectáculo, que se mueve de la pura comicidad a la poesía más sublime, recitando de memoria y de un tirón el canto completo. La emoción caló en el patio de butacas, sumido en una suerte de experiencia metafísica.