Image: José María Pou: De interpretar a Shakespeare uno siempre sale mejor actor y mejor persona

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Escenarios

José María Pou: "De interpretar a Shakespeare uno siempre sale mejor actor y mejor persona"

El actor y la Orquesta de Cadaqués reúnen Sueño de una noche de verano con la pieza de Mendelssohn en un espectáculo en El Escorial

4 agosto, 2009 02:00

José María Pou ensaya el espectáculo Sueño de una noche de verano con la Orquesta de Cadaqués.

Marta Caballero
Veterano actor y hombre enamorado de su profesión, José María Pou se siente afortunado de poder estrenar este miércoles Sueño de una noche de verano, en un montaje en el que el intérprete ayudará -a través del texto de Shakespeare- a acercar la conocida y romántica partitura de Mendelssohn (banda sonora oficial de las bodas españolas) al público asistente. Su objetivo es emocionar por encima de todo.

PREGUNTA.- El principal objetivo de este montaje es emocionar, ¿Cómo lo harán?
RESPUESTA.- Sólo a través de la música de Mendelssohn, que es el romanticismo llevado a su máxima expresión, y de la excelencia de Shakespeare. La palabra emoción tiene muchas vertientes; en este caso, le cuento al espectador la historia interpretando algunos personajes de la pieza teatral, para que el público, con la música, tenga una versión global del ensueño, que se completará con el marco, el escenario al aire libre en El Escorial y el de Peralada, donde repetiremos el espectáculo en catalán. Mi trabajo es ligar de manera diáfana ambos elementos, y esta obra tiene una maravilla de cuento infantil mágico por el que hay que dejarse llevar.

P.- Su encuentro con la Orquesta de Cadaqués le ha costado ocho años. ¿Ha merecido la pena esperar?
R.- Sí, porque es una de las más prestigiosas del país. Ellos se habían acercado a mí anteriormente, pero nunca había podido por problemas de agenda. Ahora tenía planificadas unas vacaciones que no me arrepiento de haber interrumpido, porque lo que hago ahora es justo un placer vacacional. Pocas veces a los actores se nos permite decir la palabra perfectamente matrimoniada con la música.

P.- Ha declarado que en este montaje, que recoge la versión inglesa de la obra, se incluyen algunos de los momentos "más hermosos y significativos" de la narración. ¿Podría indicarnos cuál es su favorito?
R.- Es difícil de decir, ahora tengo el texto aquí en la mano y se me ocurre, por ejemplo, el día de la boda Teseo e Hipólita. O la pugna entre Oberón y Titania, la reina de las hadas. él por venganza decide embrujarla de una forma juguetona y naif, derramando una flor sobre su rostro para que se enamore de lo primero que vea al despertar. La forma de pronunciar el conjuro es muy ingenua y también muy maligna. Ahí la belleza.

P.- En su actuación se desdobla en muchos personajes, ¿cuál se le da mejor?
R.- Cada cosa en su justa medida. Seré un narrador neutro. Seré un solista más en medio de la orquesta. No me convertiré en ellos, porque jugamos con el convencionalismo, el público pacta que soy el que cuenta. Pero esto otorga también una gran complicidad con él, que acepta al actor como un elemento más de la orquesta pero también como un conductor.

P.- Afirma que la única vez que había trabajado con Shakespeare "cambió" su carrera de actor porque "no se sale indemne de un 'shakespeare'". ¿En qué medida le ha cambiado este espectáculo?
R.- En otra medida, porque la inmersión no es la misma cuando hice Rey Lear. De cualquier manera, el hecho de zambullirse en los textos de Shakespeare, en cualquiera, con cualquier excusa, implica un cambio. Siempre ocurre algo, hay un poso que perdura en el futuro. No me importaría firmar un contrato para interpretar a Shakespeare el resto de mi carrera. Uno siempre sale mejor actor y mejor persona.