Image: Santiago Sánchez: Hay que quitarse el prejuicio de no representar a Camus por su complejidad

Image: Santiago Sánchez: "Hay que quitarse el prejuicio de no representar a Camus por su complejidad"

Escenarios

Santiago Sánchez: "Hay que quitarse el prejuicio de no representar a Camus por su complejidad"

El director teatral abre la temporada del Lope de Vega de Sevilla con una nueva versión de Calígula

4 septiembre, 2009 02:00

Santiago Sánchez.

Marta Caballero
Santiago Sánchez y su compañía L´Om-Imprebís, en colaboración con el Teatro Lope de Vega, recuperan Calígula, una de las obras emblemáticas del teatro europeo, tras quince años sin subir a nuestros escenarios. Con un reparto de 12 actores, música en directo y el espíritu de investigación y audacia teatral, abrirán la nueva temporada del escenario sevillano el próximo jueves para luego embarcarse en una gira que les llevará a América Latina y a otras capitales de España.

PREGUNTA.- Hacía bastante que no se veía un nuevo montaje de esta obra en España.
RESPUESTA.- Sí. En castellano la última la dirigió José Tamallo en el 94. Hasta aquella fecha y desde el año 64 él tuvo los derechos de representación y mientras vivió los mantuvo. Así que esta es la primera vez que se plantea una versión diferente en España.

P.- En cambio, han respetado el texto íntegro.
R.- Si se elige esta obra es porque uno está enamorado de ella y de su multiplicidad de mensajes. Lo curioso es que Camus la escribió con 23 años y la fue reescribiendo a lo largo de su vida. En el 48 hizo una nueva versión y en volvió a cambiarla a finales de los cincuenta. Se pasó 20 años escribiendo y de no haber muerto habríamos conseguido una versión años sesenta. La cuestión es que la obra pide una unión con la realidad más inmediata, así que fue derivando hacia cómo la economía se impone como poder absoluto por encima de todos los demás a través de la metáfora de Calígula. Tenía mucho deseo de hacerla y me parece importante respetar la versión del mundo del escritor.

P.- ¿Y en lo formal, qué aporta su montaje?
R.- He tenido un gran empeño de hacerla muy coral y con intérpretes venidos del teatro, obviando la tendencia de contratar a actores de televisión. Los protagonistas están vinculados a nuestra compañía desde hace 14 años. Junto a ellos estarán otros 12 actores que introducen danza contemporánea, con una parte musical creada ad hoc para realzar en el texto.

P.- ¿Han respetado el deseo de Camus de adaptarla a la realidad de cada coyuntura?
R.- En los aspectos estéticos hemos buscado algo que ya habíamos hecho con espectáculos como Galileo, de Brecht. La escenografía aquí también es conceptual, porque lo que tenemos claro es que la obra funciona como una gran metáfora. Camus decía que no hay mayor traición que el anacronismo, así que no he querido despistar al espectador. Claro que el público se sentirá en Roma y pensará que la historia ocurrió allí, pero pensará que es algo que también volvió a ocurrir en el siglo XVIII y sigue ocurriendo en la actualidad.

P.- Ya que ha nombrado obras anteriores, usted ha afirmado que Calígula tiene las características de Quijote o Galileo. ¿El público, en cambio, sigue hoy dispuesto a digerir existencialismos?
R.- Cuando haces teatro hay que pensar en el espectador. No es como en literatura, aquí la comunicación es inmediata, la obra existe desde el día de estreno al de cierre. Quijote tuvo tres años de vida y más de 450 representaciones, igual que Galileo, que también hizo nueva temporada. Yo soy el primero que piensa que hay que hacer todo tipo de teatro, pero hay que quitarse los prejuicios de que obras como Calígula no deben representarse, porque pese a lo profundo, es una pieza muy divertida.