Image: Música clásica en un entorno medieval

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Escenarios

Música clásica en un entorno medieval

Intérpretes de prestigio y repertorio de altura en el marco incomparable de la iglesia de Sant Genís son las señas de identidad de un festival consagrado que ya va por su treintena edición

9 agosto, 2010 02:00

Imagen del festival.

Torroella de Montgrí es una señorial población situada en el Bajo Ampurdán (Gerona). Elegante y serena, posee un bagaje histórico muy destacado. Sus orígenes datan de la época prehistórica, cuando unas comunidades de cazadores y recolectores de la especie Homo Erectus ocuparon El Cau del Duc de Torroella, una cueva natural fechada hace 300.000 años, en pleno Paleolítico Inferior, utilizándola cómo refugio y cómo centro de sus actividades. Después, en la Edad Media, empezaron a proliferar la gran mayoría de pueblos que hoy se encuentran en ese municipio.

La Villa Torocella (actualmente Torroella de Montgrí) aparece por primera vez citada en un documento del año 888. Desde entonces y hasta el siglo XIII, la villa y todo su entorno aparecen ligados a la familia feudal de los Torroella, feudatarios de los Condes de Ampurias. En 1272 Torroella pasa a manos de la corona y se convierte en villa real. Empieza a crecer y se consolida lo que actualmente configura su núcleo antiguo, un conjunto de calles estrechas y adoquinadas que confluyen en una gran plaza en el centro, presidida por la capilla de Sant Antoni. Por esos años se construye también la Iglesia de Sant Genís, a las afueras de la población (aunque ahora es totalmente céntrica y sede además del festival de música) edificada sobre la antigua iglesia románica Lo Mirador. Ahí empieza la época de esplendor y de expansión económica de la villa, que resurgirá de nuevo bien entrado el siglo XVI cuando se construyen los palacios más destacados de la población cómo el Palau Solterra, la Casa Metge, el Hospital de Pobres y la Casa Bataller.

La vida cultural de Torroella es activa durante todos los meses del año y, aunque no es propiamente un centro turístico, tiene muchos aspectos que le dan un atractivo especial por el que merece la pena ser visitada, cómo por ejemplo la tradicional arquitectura del núcleo urbano (siglos XIII y XIV) y sus edificios históricos, la mayoría del siglo XVII. Merece la pena visitar el magnífico Palau Solterra, una casa palaciega renacentista perteneciente a la Fundación Vila Casas y que alberga la colección de fotografía contemporánea de dicha fundación.

En cuanto a su vinculación con la música, hay que destacar que siempre ha sido una villa con una importante vida musical que se inicia en la Edad Media cuando se trataba de una villa real y era frecuentada por los reyes de la Corona de Aragón, y eso ha continuado hasta el siglo XIV, con la creación de una importante capilla de música. En el siglo XIX la formación de corales y grupos musicales contribuyó a mantener vivo un espíritu musical que se mantiene actualmente con una amplísima oferta musical que tiene lugar durante todo el año.

El Festival de Música celebra este año su treintena edición. Su programa se centra en la música clásica, tiene lugar en el marco incomparable de la iglesia de Sant Genís y en él intervienen intérpretes internacionales de gran prestigio. Se estructura en cuatro ciclos: el ciclo Bach, con conciertos a cargo de la Academia 1750, la orquesta del Festival de Torroella, el Modern String Quartet y el Conjunt Sarband; el ciclo de Música Antigua, interpretado por la Academia Bizantina; el ciclo Grandes Pianistas con Eric Le Sage, Rudolf Buchbinder, Ronald Brautigam, Joaquín Achúcarro y Alessio Bax; y el ciclo Cámara y Recitales, que pone el punto final al Festival el día 20 de agosto con el recital de María Bayo acompañada del pianista Maciej Pikulski interpretando obras de Mozart, Mompou, Schubert y Beethoven.