Donde comienza el día, de Fernando Rubio, un híbrido entre teatro e instalación

La 25 edición del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz reúne una ecléctica programación de teatro, títeres, danza, circo y performance. Atención al mexicano Alberto Villarreal y al argentino Fernando Rubio.

A pesar de la diversidad que existe en el teatro contemporáneo latinoamericano debida a su complejidad geográfica, social y política, existen algunos puntos en común que lo singularizan respecto a lo que se hace en el viejo continente: el sentido de urgencia y cierta vocación política que el contexto social inyecta a la escena; la lucha entre lo local y lo foráneo y la búsqueda infructuosa de una identidad que permita superar el término "alternativo" con el que tantas veces se ha denominado al arte en Latinoamérica; y la disolución de los límites que separan la realidad de la ficción.

Suena tópico pero tanto en América Latina como en Cádiz -la colonia de Iberoamérica en Europa- sucede a veces que la realidad se vuelve simulacro y el mejor "teatro" acontece a la vuelta de la esquina. Así, en 1986, la ciudad más antigua de Occidente se propuso mirar al otro lado del Atlántico con la creación de un festival que estrechara lazos entre el teatro español y el latinoamericano y descubrió que tiene más de americana que de europea... más de atlántica que de mediterránea. La XXV edición del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) cuenta con una ecléctica programación que reúne espectáculos de títere, circo, teatro de calle, performance, danza, y dramaturgia contemporánea.

A la presencia española de Eva Yerbabuena, Marta Carrasco, y las compañías Joglars, TNT, Axioma Teatro, Senza Tempo e Histrión Teatro con Los Corderos de Daniel Veronese, se le suma una importante presencia de las artes escénicas ecuatorianas con el mítico grupo Malayerba, los títeres de La Rana Sabia y la danza de Cuarto Piso.

Mexicano filósofo.
En cuanto a la dramaturgia contemporánea, cabe destacar la visita a España de uno de los creadores más interesantes del panorama mexicano actual, Alberto Villarreal, con el espectáculo Tom Pain, de Sabina Berman. Las puestas en escena del mexicano cuestionan los límites mismos de la teatralidad insuflando vida a textos que, en apariencia, se asemejan más al ensayo filosófico que al texto teatral propiamente dicho. Tom Pain es una radiografía de los residuos del espíritu humano actual, una rebelión contra el "prozac" y los paliativos que nos ocultan de nosotros mismos. Durante el montaje un hombre descalzo interpela a la audiencia desde un inmenso bloque de hielo real... Alberto, un creador aún por descubrir en el resto de España, quiebra la palabra, abre precipicios inesperados entre frases, y coloca a sus intérpretes en insólitas situaciones de riesgo.

En el ámbito de la performance, despunta la presencia del argentino Fernando Rubio tras su paso por La Casa Encendida de Madrid. Su obra se caracteriza por la búsqueda de una reformulación del espacio y su vínculo con los espectadores, con un planteamiento estético en el que confluyen teatro, cine, literatura y artes visuales. Los textos que componen el espectáculo que presenta en el FIT, Donde comienza el día, son historias para ser contadas en la intimidad de un espacio con sólo seis espectadores. Historias para ser contadas al oído del público, sintiendo su respiración. Rubio define Donde comienza el día como un híbrido entre "obra de teatro, instalación, y encuentro entre personas". Además de lo ya mencionado, conviene no perderse Orgía, adaptación de Beatriz Monsalve a partir del original del colombiano Enrique Buenaventura, y El trompo metálico, de la joven actriz y directora argentina Heidi Steinhardt.