Image: Pánico en Arrabal

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Escenarios

Pánico en Arrabal

Rosario Ruíz presenta en la Cuarta Pared El jardín de las delicias

8 abril, 2011 02:00

Escena de la obra

Fernando Arrabal sigue ausente de la escena española. A pesar de los intentos de Juan Carlos Pérez de la Fuente por darle a conocer mientras fue director del Centro Dramático Nacional, la realidad es que no se prodigan muchas obras suyas por los escenarios. El autor es quizá más conocido por los numeritos que le gusta protagonizar, cuando se trata de un gran dramaturgo al que hay que dar a conocer a sus compatriotas, opina Rosario Ruiz Rodgers, que estrena en España El jardín de las delicias.

"La obra es muy representativa de la época pánica de Arrabal", explica la directora. Escrita en 1969, cuando el dramaturgo abandonó España para instalarse en París, "El jardín de las delicias tiene esa cualidad de Arrabal de encapsular en imágenes pensamientos muy profundos, de hacer aflorar gracias al subconsciente cosas encerradas en lo más hondo de cada uno de nosotros que fluyen sin esfuerzo aparente".

Para ello el autor recurría a una escritura casi automática, como la que practicaban los surrealistas, que puede distinguirse en una obra que contiene gran parte de los temas recurrentes durante esos años en el teatro de Arrabal. Temas que enumera la directora: "Está el erotismo y la violencia que le caracteriza; la reflexión sobre el ser humano y la felicidad que no llega; el conflicto con la religión que hunde sus raíces en la infancia, en una educación basada en la religión que es semilla de los problemas que luego persiguen a los hombres durante toda su vida". Y también aparecen asuntos como la cárcel y la tortura, la desaparición de la figura paterna y el ingreso de la protagonista en un orfanato que llevan inmediatamente a pensar en la infancia y juventud de Arrabal como en otras obras suyas.

En esta ocasión lo hace a través de los recuerdos de una actriz famosa a la que poco antes de un estreno una visita le retrotrae a épocas pasadas. La situación le permite a Arrabal huir de una secuencia lógica en la obra: "No hay una evolución cronológica, no sigue una línea recta, juega con el espacio y el tiempo retorciéndolos y rompiéndolos, lo que le confiere una vigencia absoluta", a pesar del tiempo que ha transcurrido desde la publicación de la obra.

El montaje forma parte del Espacio de Teatro Contemporáneo de Cuarta Pared, uno de los escasos espacios dedicados a la investigación escénica en Madrid. ETC nació el año pasado con la intención de que autores, directores y actores tuvieran un lugar para probar y ensayar, al modo que se sigue en los laboratorios científicos, sus hipótesis teatrales. Para poder hacer esta imprescindible labor, sin prisas y sin perseguir el objetivo de subir al escenario las ideas que se experimentan, la sala alternativa madrileña solicitó proyectos a diferentes grupos. Muchos de ellos se han materializado y, a veces, el fruto de su trabajo son montajes como éste.