Image: Fuga de la realidad

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Escenarios

Fuga de la realidad

Vuelve La ventana de Chygrynskiy

3 junio, 2011 02:00

Terminado el Festival de Otoño el teatro nacional vuelve a ocupar los escenarios. Cuarta Pared repone La ventana de Chygrynskiy, cuarto texto de José Ramón Fernández que monta el grupo El Zurdo. El texto toma como excusa el mundo del fútbol, a través del defensa ucraniano Dujkic, del Barcelona, equipo del que es fiel seguidor Fernández, para tratar el valor de los sueños y aspiraciones.

La obra reúne al jugador con los residentes de un edificio: un vecino soñador, una traductora recién llegada, el presidente de la casa y la portera. "Es una comunidad de desarraigados, de personas que tienen aspiraciones distintas a las habituales que nos abotargan, gracias a las cuales se descubren y descubren cosas nuevas", explica el director Luis Bermejo. Para conseguirlo disponen de la ventana de Chygrynskiy, una puerta abierta al horizonte donde pueden disfrutar de situaciones imposibles: así, el desorientado futbolista ve por la citada ventana a su madre en su casa de Ucrania. Una fuga de la realidad que la comunidad de vecinos de enfrente quiere abortar pues lucha por clausurar la ventana.

Bermejo conoció a Fernández cuando formó parte del reparto de Las manos. "Descubrí a un autor fantástico, que no sólo habla de cosas que me interesan, sino que también las cuenta muy bien, con un humor y una poesía maravillosos". Y que trabaja a pie de escenario con el director, los actores y el resto del equipo."Ya pasó en Las manos, que era un montaje diferente. Y continúa con la misma costumbre, visita los ensayos, participa en el proceso de creación y autoriza nuestras aportaciones sin importarle los cambios de texto que haya que hacer ".

Esa misma receta aplica Bermejo a los intérpretes, a los que considera "soberanos" en su papel. "La obra la hacemos entre todos pero son ellos los que mejor conocen a sus personajes. Yo sólo ayudo a que den forma en el escenario a unos seres maravillosos que buscan, por encima de todo, amar". La producción también mantiene una de las señas de identidad de El Zurdo, la interpretación en directo de la música por un grupo de tres instrumentistas, entre los que figura un acordeonista que se gana la vida tocando en la calle.