Image: Àlex Rigola se moja en el Festival de Venecia

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Escenarios

Àlex Rigola se moja en el Festival de Venecia

Al frente de la sección de teatro de la Biennale, el director catalán estrena El policía de las ratas, de Roberto Bolaño | Los Leones recaen este año en Romeo Castellucci y Angélica Liddell

26 julio, 2013 02:00

Àlex Rigola (Barcelona, 1969) se ha hecho fuerte en Venecia. Renovado en su cargo de director de la sección de teatro de la Biennale, que empieza el jueves y se desarrolla a lo largo de 11 días, presentará su primer espectáculo propio, El policía de las ratas, que se estrena el próximo viernes. Se trata de la adaptación de uno de los últimos cuentos de Roberto Bolaño, autor fetiche del director catalán, que en 2007 ofreció en Barcelona una valiente teatralización de 2666, novela póstuma del escritor chileno. Viene además Rigola de estrenar en La Fenice un montaje muy celebrado de Madame Butterfly de Puccini en colaboración con la artista japonesa Mariko Mori. Optó, en esta ocasión, por una puesta en escena amable que buscaba el contrapunto a su última ópera, El holandés errante, con la que debutó en el Teatro Real en 2010 y cuya partitura llegó a comparar con el rugido de una Harley-Davidson.

Ahora vuelve el ex director del Lliure a la ciudad donde murió Wagner para seguir ensanchando el horizonte de la representación teatral. "El balance hasta ahora ha sido muy positivo", cuenta a El Cultural. "Sobre todo en lo que se refiere al campus de artes escénica, que ha servido para que los profesionales puedan compartir sus experiencias, y a los talleres, que han crecido de manera espectacular". Este año la Escuela ha incorporado nuevas dramaturgias y se ha abierto un laboratorio de escenografía. "Nuestro objetivo es enseñar a los jóvenes artistas a componer un buen texto y a llevarlo después a la práctica. La única forma de aprender a nadar es tirarse a la piscina".

Podría decirse que este verano Rigola se ha mojado más que nunca en la Biennale, con una programación en la que Ute Lemper canta a Weill y a Brecht; David Espinosa profundiza en la crisis con Mi Gran Obra (Un proyecto ambicioso); Angélica Liddell vuelve a la retórica ácida de El año de Ricardo (Premio Valle-Inclán 2008); Wajdi Mouawad reflexiona sobre el determinismo en Seuls; Guy Cassiers retoma su Rojo reposado, sobre los traumas de infancia de un superviviente del campo de concentración de Java; Declan Donnellan acomete el estreno italiano de Ubú Rey, la brutal sátira de Alfred Jarry; Claudio Tolcachir explora los recovecos del amor entre madres e hijos contenidos en El viento en un violín; la Needcompany de Jan Lauwers presenta su Marketplace 76; Romeo Castellucci interviene con Natura e origine della mente; Krystian Lupa sigue los pasos de Thomas Bernhard en Ritter, Dene, Voss; La Veronal actualiza el homenaje a Picasso de Los pájaros muertos; la compañía Peeping Tom aborda la soledad del individuo en 32, Rue Vandenbraden, y Thomas Ostermeier destapa verdades y mentiras con El enemigo del pueblo ibseniano.

Será el 2 de agosto cuando Castellucci y Liddell reciban los Leones de Oro y de Plata, respectivamente. "Más allá de su destreza a la hora de mezclar géneros y de su absoluto dominio de las artes plásticas y performativas, me atrevería a decir que Castellucci y Liddell tienen en común el empleo de los sueños, y también las pesadillas, como catalizador creativo", dice Rigola. Tras la entrega, subirá el telón del Teatro alle Tese El policía de las ratas, una coproducción del Lliure (donde se verá en octubre) y Heartbreak Hotel, en la que participa también el Teatro de La Abadía. Esta historia detectivesca sobre la diferencia y el arte, que es también un homenaje a Bolaño en el décimo aniversario de su muerte, se gestó hace unos meses en la Schaubühne de Berlín. "Vivimos en un mundo de cifras y dentro de una masa controlada en la que lo raro y lo extraño no tienen cabida en lo colectivo". Es ese derecho individual lo que reclaman los dos únicos actores (Andreu Benito y Joan Carreras) de este thriller existencialista, "que llega a superar en tensión dramática al demoledor relato kafkiano Josefina la Cantora o el pueblo de los ratones".

Además de las recreaciones de Baquo, Cinna, Fiordipisello y Calibán de Tim Crouch que aborda la Accademia degli Artefattial, El año de Ricardo y la interactiva Nella Tempesta de la compañía Los Motus, Shakespeare servirá de traca final e hilo conductor de una propuesta conjunta de cinco obras breves firmadas por Gabriela Carrizo, Liddell, Lupa, Tolcachir y Lauwers. "La relación de Shakespeare y Venecia es muy antigua", recuerda Rigola. "No hay más que echar un vistazo a El mercader de Venecia y Otelo, pero también a otras obras, no ambientadas en la ciudad, que escribió pensando en el Véneto". Otros nombres fundamentales de la escena internacional (Dirk Roofthooft, Anna Viebrock, Florian Borchmeyer, Marcos Morau, Fausto Paravidino...) participarán también en las clases magistrales dirigidas a 40 participantes. "Serán 11 días intensos en los que apenas podré dormir", aventura Rigola. "No mientras haya gente cerca de la que pueda seguir aprendiendo".