Prisionero en mayo. Sala tú.

La necesidad de asentar cauces de comunicación con el otro, incluso cuando éste se encuentra en la antípodas. Sobre ese imperativo ético se asienta la obra firmada y dirigida por Juanma Rómero Gárriz. El reflexivo y solitario Abel (Guillermo Llansó) cumple condena entre rejas. Un día le cuelan en su celda un nuevo compañero, Enric (Karlos Aurrekoetxea), una mala bestia trasunto de Charles Manson. Es una pesadilla dentro del tormento. Abel ha de armarse de coraje para evitar el hundimiento.

Ju-jam session. Sala Russafa. La sala valenciana, transformada en café-cabaret, propone un itinerario escénico único cada función. Lo hace de la mano de la compañía Juja Teatre. En el escenario concurre el imprevisible dúo formado por Juan Andrés González y Jano de Miguel, veteranos de la improvisación. Estos días celebran los diez años de la formación ofreciendo un caleidoscopio de su largo historial de gags. A petición expresa del público, soberano desde la platea, regresarán a sus números humorísticos más populares.

Yo amé a Edgar Allan Poe. La casa de la portera. La directora Pilar Massa no se ha intimidado ante la complejidad de levantar sobre el escenario el universo del escritor norteamericano, tan inasible, tan sobrenatural, tan onírico... Ella misma y Carmen Mayordomo interpretan algunos de sus absorbentes cuentos de terror. El miedo y el suspense mantienen al espectador en tensión. Pero su montaje intenta ahondar sobre todo en la poética amorosa de la que están empapados.