Image: Los jóvenes prodigiosos se lucen en El Escorial

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Escenarios

Los jóvenes prodigiosos se lucen en El Escorial

25 julio, 2014 02:00

La violinista Leticia Moreno en concierto

El violonchelista Adolfo Gutiérrez Arenas, la pianista Judith Jáuregui y la violinista Leticia Moreno despliegan su talento en el festival escurialense los días 31, 2 y 4, respectivamente. En tan corto espacio de tiempo se constatará el empuje de tres instrumentistas que abanderan una generación llamada a consagrarse en los auditorios mundiales.

Será muy interesante poder escuchar en el espacio de muy pocos días a tres de nuestros mejores instrumentistas jóvenes, todos ellos niños prodigio, que van exhibir sus virtudes en el Festival de El Escorial. El primero en hacerlo, el próximo 31 de este mes, es el chelista Adolfo Gutiérrez Arenas (Múnich, 1975), hijo de músicos. Bajo la guía de Elías Arizcuren y María de Macedo empezó su formación con el instrumento. Frans Helmerson y Lluis Claret fueron sus siguientes maestros. Posee un sonido lleno, cálido, sedoso y muelle, un mecanismo pulcro y diligente, una afinación impecable y un fraseo muy medido, atributos que dejaba ya bien sentados en su grabación para Verso de las Suites de Bach (2006). Con la Orquesta Nacional tocó hace poco magníficamente el Concierto en re mayor de Haydn. En El Escorial ofrece un programa denso y exigente: Sonata op. 102 n° 2 de Beethoven, Sonata Arpeggione de Schubert y Sonata op. 19 de Rachmaninov. Al piano estará el germano-coreano Christopher Park, a quien recordamos una reciente e impoluta recreación, también con la ONE, de la versión de Liszt de la Fantasía Wanderer de Schubert.

La emprendedora y aguerrida donostiarra Judith Jáuregui (San Sebastián, 1985), alumna de Martínez-Mehner y de Suchanov, va siempre por derecho, sin hacer quiebros, sin buscar subterfugios o ocultarse en un pianismo oscuro. Al contrario, en sus interpretaciones hay mucha luz, mucho garbo; y un magnífico y acendrado sentido del ritmo. Se muestra muy libre, aireada, impulsada por un digitación pulcra y animada, que le vale para, con los debidos matices y salvedades, iluminar desde dentro las pequeñas piezas de Schumann o para colorear, en el camino hacia una mayor depuración, páginas de Granados, Albéniz o Falla, todas contenidas en sendos CDs lanzados en los dos últimos años, el segundo dedicado a Alicia de Larrocha y editado en el sello Berli Music, creado por la propia artista.

Los tres acometerán programas sugerentes, jalonados por los nombres de Mozart, Beethoven, Mompou, Falla, Turina, Granados...


La tercera en liza es la madrileña Leticia (Muñoz) Moreno (Madrid, 1985), miembro de la acreditada factoría de Zakhar Bron, instalada en la escuela Reina Sofía, y discípula ocasional de Maxim Vengerov. Hace gala de una sorprendente facilidad y naturalidad en el manejo del arco. Mantiene su afán por coronar nuevas cimas, que persigue tañendo un Guarnerius de la Sociedad Stradivarius de Chicago o un Gagliano de 1762. El suyo es un sonido rico en armónicos, de rara plenitud. Tiene un toque muy sensual en sus reflejos y frasea con ímpetu muy racial, algo que ha puesto hace poco de manifiesto en su disco para DG titulado Spanish Landscapes y que evidenció hace un par de temporadas en una soberbia lectura de la Sinfonía Española de Lalo y de una exquisita aproximación a Kalon, de Donghoon Shin, ganadora del concurso BBVA.

Precisamente, en el concierto del 4 de agosto va a ofrecer tres composiciones contenidas en su CD: Sonata de Granados, Fantasía Poema de una sanluqueña op. 28 de Turina y Suite popular de Falla, transcripción de Paul Kochanski de las Siete canciones populares españolas del músico gaditano. La sesión se completará con alguna "sorpresa". Como acompañante tendrá un joven talento letón: la pianista Lauma Skride.

Una bohème de Puccini con guiños a Chagall

Se representa, los días 1 y 3 de agosto, en El Escorial, La bohème de Puccini en la producción de Davide Livermore del Palau de les Arts. Esta puesta en escena de una obra tan perfecta y de lirismo tan depurado nos trae en determinados instantes los aromas y motivos de la pintura de Chagall y busca en todo momento el lado más poético y simbolista de la narración. El reparto, que actuará bajo la segura guía desde el foso de Manuel Coves, está encabezado por la soprano Gal James, de fresco y saludable timbre, el jovencísimo tenor Giordano Lucà, de penetrante espectro y modos aún bisoños, la solidez baritonal de Juan Jesús Rodríguez, el cálido lirismo de Elena de la Merced, la seguridad de David Menéndez y la sobriedad de Francis Tójar. Participan igualmente Fernando Latorre y Gerardo López. Estarán arropados todos por la Orquesta y Coro de la Comunidad y Pequeños Cantores de la JORCAM.