Un psiquiátrico en el Nuevo Apolo
Un hombre que lo perdió todo por los excesos, una mujer coja que se cree bailarina, una borracha que habla con Dios y un hombre atrapado en su infancia son algunos de los protagonistas de la comedia musical Locos, locos, locos, que se presenta en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.
El escritor y director de la puesta en escena Alberto Monrabal ha explicado que la obra reúne a más de 20 personajes que por diversas circunstancias, "para bien o para mal", terminan encerrados en un centro psiquiátrico. "La obra cuenta cómo un hombre que lo tenía todo lo perdió por sus excesos con las drogas, el licor y las mujeres y es enviado a un centro, donde va descubriendo que nada es lo que parece", ha comentado.
Monrabal ha destacado que la puesta en escena mezcla el teatro con el "burlesque" para que los espectadores vislumbren si están en un psiquiátrico o todo se trata de un sueño. Además ha dicho que con esa variedad de personajes, que incluye un torero fracasado, un joven que se volvió loco de tanto estudiar y otro que se cree estrella de rock, el publico se preguntará "quiénes están más locos, si los de dentro o los de fuera".
El director de Locos, locos, locos ha insistido en que la obra "invita a la reflexión" a través de personajes que, a pesar de haber sido dictaminados como enfermos, "luchan por sus sueños". "Los asistentes podrán cuestionarse sobre si perseguir lo que uno quiere es o no una locura", ha expresado Monrabal.
La obra, con una duración de dos horas y media, se presentará hasta el próximo 17 de agosto, con funciones de martes a domingo, en el Teatro Nuevo Apolo.
Un agrio conflicto con la SGAE
Los productores del musical, cuyo estreno estaba previsto en el Teatro Caser Calderón, han anunciado acciones legales contra los responsables de la Sociedad General de Autores (SGAE) por cerrar ese coliseo sin avisarles y por los "perjuicios económicos" que les han ocasionado.
El director de producción de la obra, Carlos Bofill, ha explicado hoy en rueda de prensa que la empresa Wonderland -de la que la SGAE controla un 51 %, y el empresario Luis Álvarez el 49 % restante- decidió cerrar el Caser Calderón el pasado 17 de julio, alegando la "necesidad de realizar una serie de obras indispensables en el edificio", porque estaba "a punto de colapsar".
"Llegamos al teatro, lo encontramos cerrado a mediados de julio, a pocas semanas de estrenar nuestra obra, y hasta el día de hoy no hemos recibido ningún tipo de información. Nos han dejado con toda la publicidad hecha y más de 2.000 entradas vendidas", ha lamentado Bofill, que ha tenido que buscar una nueva ubicación para su musical, el Teatro Apolo.
Tampoco les han devuelto los 10.000 euros que dieron como señal para representar Locos, locos, locos, y la única comunicación que han recibido de la SGAE fue la de su asesora jurídica notificándoles el cierre del teatro "asegurando que no pasaría como en el Madrid Arena", porque el teatro "está que se cae", ha apuntado Bofill.
El director del musical, Alberto Monrabal, ha apostillado que se enteraron a través de las empresas de ventas de entradas, que estaban devolviendo el dinero a los compradores. "Con la crisis del sector cultural, en la temporada de verano y apostando por el teatro en Madrid, que no nos informen de nada nos indigna", ha subrayado Monrabal.
El coproductor de la obra, José Antonio Feito, ha indicado que la batalla legal no es contra la SGAE como institución sino "ante los gestores actuales" de la institución."No nos han enseñado ningún peritaje, no nos han llamado para explicarnos nada; por eso, creemos que estos directivos deben dimitir ya", ha insistido.