En el transcurso de un encuentro con la prensa, Miguel Ángel Recio, director del Inaem (Instituto Nacional de la Artes Escénicas y de la Música), ha deslizado que no hay Ley de Mecenazgo a la vista ("Parece que no va haber", fueron sus palabras). Recio ha señalado que los incentivos fiscales de que se beneficiarán las personas físicas y jurídicas que inviertan en cultura quedarán recogidos en la próxima Ley de la Reforma Fiscal, cuya tramitación se encuentra en sede parlamentaria y previsiblemente entrará en vigor a partir de 2015.

De este modo, la posibilidad de que exista una Ley de Mecenazgo, con entidad propia e individual, podría desvanecerse. Es un desenlace no tan sorprendente si se tiene en cuenta las tensiones que ha provocado esta opción entre las carteras de Cultura y Hacienda. Cristobal Montoro siempre rebajó las intenciones que procedían del ministerio encabezado por José Ignacio Wert.

Aun así no deja de sorprender que, según la revelación de Recio, el Gobierno ahora renuncie al que fue durante mucho tiempo el proyecto normativo estrella: cambiar en el terreno cultural el modelo de subvención por el de implicación privada. Un cambio que debía hacer palanca en una Ley de Mecenazgo sólida, nítida y generosa.

De cualquier modo, Recio ha insistido en que la Ley de Reforma Fiscal contendrá una serie de beneficios para las entidades y personas privadas que decidan apostar con recursos económicos en la expansión y riqueza de la actividad cultural en España. Esas ventajas irán de la mano de la fidelización. Quien sostenga su apoyo durante al menos tres años podrá obtener desgravaciones de hasta un 40% en el impuesto de sociedades y un 30% en el IRPF. También el micromecenazgo (aportaciones de menos 150 euros) podrá deducirse porcentajes de hasta el 75%.