Image: Dorantes, pianista sin pasaporte

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Dorantes, pianista sin pasaporte

24 octubre, 2014 02:00

Dorantes. Foto: Miguel Ángel Daniel.

El músico estrena este viernes en el Cervantino de Guanajuato (México) Un Mediterráneo sin muros, partitura sobre el drama migratorio. Luego, ofrecerá otros dos conciertos más en el Centro Nacional de las Artes de México D.F y en el Teatro Jóse Peón Contreras de Mérida.

David Peña Dorantes (Lebrija, 1969) se estremece y cambia el semblante cuando se refiere a Lampedusa, Almería, Melilla, Cartagena o a cualquier punto costero del mar que une con sus aguas a Marruecos, Italia, Túnez, Francia, Argelia, España o Libia. Habla del destierro, de los que huyen espoleados por la desesperación, de los perseguidos por el hambre, la injusticia, las guerras o el dedo escrutador de la denuncia policial. Ese mismo escalofrío, esa misma conmoción profunda, que no es más que una clara y decidida toma de conciencia, le ha llevado a componer Un Mediterráneo sin muros, grito, señal de alarma y aldabonazo para los que miran hacia otro lado o construyen alambradas. "En estos momentos cuando recorrer continentes y desiertos, cruzar mares y ríos, representa la única oportunidad para cientos de miles de seres de encontrar un modo más humano de vivir, es cuando aparecen y se multiplican, de manera vergonzosa, nuevas y más crueles barreras", explica el músico sevillano.

Un Mediterráneo sin muros se estrena este viernes en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, México, siendo la primera vez que un compositor e intérprete español, en este caso Dorantes, es invitado para ofrecer el concierto estrella en la histórica explanada de la Alhóndiga de Granaditas ante 5.000 espectadores. Dicho concierto se repetirá mañana, 25 de octubre, en el Centro Nacional de las Artes, México D. F., y el 26 en el teatro para representaciones de ópera y obras sinfónicas José Peón Contreras, de la ciudad de Mérida, en Yucatán.

"Teniendo en cuenta el drama migratorio que se está generando en puntos concretos del Mediterráneo, he convocado a artistas de varios países, con estéticas distintas, para demostrar que en la música no hay fronteras, que a través de ella podemos dar un mensaje y hacer un llamamiento, con una sola voz, para que se resuelva el problema. Yo no sé cómo, porque no soy político, pero al menos decir que es urgente buscar una solución".

De manera que, al piano de Dorantes -que por cierto es miembro activo de la ONG Infancia Solidaria-, se han unido el violinista marroquí Faiçal Fourrich, que conoce perfectamente el lenguaje flamenco y que ya ha colaborado con El Lebrijano, Estrella Morente y el propio Dorantes, la cantante tunecina Abir Nasraoui, el acordeonista francés Lionel Suárez, el tañedor griego de oud Yannis Papaioannou, el kuwaití, formado musicalmente en Egipto, Hany El-Badry, especialista en tocar el ney, el percusionista marroquí Youssef Bou, el bajista malagueño Francis Posé y el percusionista gaditano Javier Ruibal, hijo. Pero no podrá unirse al grupo otro percusionista, en este caso sirio, que al viajar a su tierra para casarse hizo unas declaraciones en contra del régimen, denunciando los conflictos que asolan al país. Por esta causa está perseguido, tuvo que emprender la huida y refugiarse en un lugar de Europa.

"Así que - concluye Dorantes-, las fronteras y las alambradas, no solo físicas, sino espirituales, sociales y políticas, las estamos sufriendo en la propia casa, en el grupo que reivindicamos con Un Mediterráneo sin muros una salida a esta catástrofe que nos afecta a todos. La situación de nuestro compañero, el percusionista sirio, simboliza y resume todo lo que significa el concierto".

Lo que ha conseguido Dorantes, miembro de una ilustre familia de músicos gitanos bajoandaluces y reconocido como el más destacado músico flamenco del siglo XXI, es reunir sonidos, instrumentos, patrones rítmicos y acentos diferentes para lograr un fin común en un diálogo compartido, sin muros.