María Pagés redime a Carmen
Foto: David Ruano.
El Festival de Jerez arranca su XIX edición el próximo viernes (20). La bailaora acude con su reivindicativo espectáculo Yo, Carmen a la tradicional cita andaluza, por la que también desfilarán una pléyade de figuras flamencas: Israel Galván, Paco Cepero, Concha Jareño...
Pero ella es tan sincera como entusiasta y declara que su obra "no es feminista ni radical, sino que es una reivindicación natural y equilibrada de algo que nos corresponde a las mujeres. Te estaría hablando de esto horas y horas porque soy muy apasionada en mi trabajo". Aunque manifiesta taxativamente que "Yo, Carmen no se refiere a la ópera de Bizet ni a la novela de Mérimée. Esto que quede clarísimo. Esa Carmen es un tópico construido por los hombres, y su historia no siempre la he compartido. Su voz no se escucha y en mi interpretación, a través de un procedimiento reflexivo, le doy voz a Carmen hasta transformarse en un yo colectivo". María Pagés, durante dos años, se ha entregado tenazmente a su labor para erigir una protagonista que son todas las mujeres, aquellas con las que se ha entrevistado aprovechando sus giras por los más lejanos rincones del planeta, como Japón, Rusia y Australia. "Al final descubres que nuestros problemas son los mismos. La lucha por la libertad, por tener los mismos derechos, por la igualdad. Hay lugares donde la mujer está muy machacada. Por eso, he montado un espectáculo lleno de matices, apoyado con textos escritos por manos femeninas: María Zambrano, Akiko Yosano, Marina Tsvetáyeva, Marguerite Yourcenar, Belén Reyes, Margaret Atwood, Cécile Kayirebwa, Forug Farrojzad, Widdad Benmoussa y yo misma".
Proceso evolutivo continuo
El Festival de Jerez, que ahora cumple su XIX edición, surge de la diversidad, dando paso al encuentro de las diferentes propuestas, al flamenco como elemento vivo y cambiante. No se puede hablar ya de ortodoxia y heterodoxia, de clasicismo o vanguardia, sino de la realidad de una antigua tradición en continuo proceso evolutivo. Desde conciertos a grandes montajes, pasando por la intimidad de recitales de pequeño formato y obras que requieren la cercanía de aforos minoritarios, este acontecimiento de clara proyección internacional atrae un público procedente de más de cincuenta países, que llegan a uno de los enclaves fundacionales del flamenco, con denominación de origen, en el que, además, tienen la posibilidad de asistir a los cursos de baile impartidos por destacadas figuras: el de baile por fandango con abanico, que enseña Mercedes Ruiz; el de la técnica de la bulería de Jerez, con Angelita Gomez; el de garrotín con sombrero, de Rocío Coral; el de baile por caracoles con bata de cola, de Pilar Ogalla...Paco Cepero, el veterano maestro jerezano, Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, presenta un concierto en el que también el gran Javier Latorre va a coreografiar, con la colaboración de las bailaoras Carmen Herrera y Almudena Serrano, algunos pasajes de su obra para guitarra y orquesta Suite Gades. "Haré un recorrido por todo lo que he ido tocando a lo largo de mi vida, aunque nunca he salido al escenario con un repertorio premeditado. Me dejo llevar por la inspiración y por la conexión que se establezca con el público. Me cuesta arrancar, pero una vez que me he centrado e interiorizo mi música, me siento vivo y todo transcurre con fluidez".
En efecto, además del baile como columna fundamental, el festival le cede en esta ocasión un espacio propio a la guitarra, que culmina con un concierto ofrecido por compositores e intérpretes también jerezanos, como homenaje a Paco de Lucía, y en el que participarán Gerardo Núñez, Alfredo Lagos, Juan Diego Mateos, José Quevedo Bolita, Santiago Lara y Manuel Valencia.
Israel Galván viene paseando con éxito su FLA.CO.MEN por los teatros del mundo. Ahora llega a Jerez. Para Galván el cuerpo es un instrumento no sólo percusivo, también de viento, metales, cuerda y voz. Su voz, paralela al baile, está presente en esta suntuosa parodia visual y sonora, en la que el bailaor sevillano cambia el rumbo y se abre a otros horizontes. Lo llamo y está en el aeropuerto de Madrid. Acaba de aterrizar procedente de Amsterdam: "Me he dado cuenta que FLA.CO.MEN es una revisión de obras anteriores. He llegado a la conclusión de que ya no soy el mismo y, por lo tanto, no podía repetirme, porque mi mentalidad ha cambiado. Hasta ahora he estado hablando de la muerte, como una obsesión. Se ha cerrado un ciclo y FLA.CO.MEN es una bisagra que me ayuda para viajar hacia otro lado". ¿Y bailas igual?, le pregunto: "Ahora bailo más libre, sin rendir cuentas a nadie".
Concha Jareño estrena en Jerez El baúl de los flamencos, un análisis plástico, coreográfico y simbólico de los complementos que rodean al baile. El bastón, el abanico, el pandero, las castañuelas o la bata de cola son elementos que se han ido sumando a la danza flamenca a lo largo del tiempo y que al perder su funcionalidad doméstica, su cotidianeidad, e incorporarse al baile, adquieren otra dimensión. "Mi idea es utilizarlos todos y hacer un paseo histórico a la vez, sin orden cronológico. Partimos aproximadamente de mediados del siglo XIX, que fue cuando con la revolución industrial empezaron a llegar las máquinas y todos esos vestuarios antiguos, tan pesados, que no permitían a las bailaoras ni moverse. Luego irán desapareciendo y el baile comienza a agilizarse". Para Jareño cada componente tiene un sentido. El mantón de Manila, por ejemplo, sugiere los viajes, Cádiz, la influencia americana, los cantes de ida y vuelta, los sones caribeños. Un tipo determinado de sombrero lo relaciona con el campo y los cantes de trilla, aunque, como dice la bailaora, "esos complementos encierran un imaginario muy rico, lleno de claves y signos, y cada artista le imprime un tratamiento especifico".
Jerez se abre a todas las tendencias, a la imparable fuerza creativa de la danza flamenca.