Image: Jaroussky recita a Paul Verlaine

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Escenarios

Jaroussky recita a Paul Verlaine

20 marzo, 2015 01:00

El contratenor francés se zambulle en el simbolismo poético

No hay duda de que una de las luminarias líricas de la actualidad es el contratenor francés Philippe Jaroussky, frecuente visitante de nuestros teatros y salas de concierto desde aquella lejana actuación suya en el Teatrito Carlos III de San Lorenzo de El Escorial junto a su Ensemble Artaserse y desde que apareciera, concretamente en el verano de 2007, en el Festival de Granada. Hace no muchos años habría sido impensable que las actividades de un contratenor fueran tan ampliamente comentadas. Los tiempos han cambiado para bien y esta tesitura ha entrado ya en el oído del aficionado.

La técnica de estos contratenores, un tipo vocal basado en la técnica de cabeza, ha ido perfeccionándose hasta alcanzar cotas impensables hace tan sólo veinte años. Se ha ido ganando en tersura de emisión, en apoyo, en extensión, en volumen y en control respiratorio. Antes las sonoridades agudas, que se daban con cierta dificultad, eran estridentes y escasamente vibradas, los timbres no resultaban bellos y los colores siempre parecían pálidos. Hoy tenemos cantantes que pueden abordar con bastantes garantías partes destinadas tradicionalmente a los castrados, como las de tantas óperas de Haendel.

No hay duda de que Jaroussky es uno de los grandes representantes de la cuerda en la actualidad junto a David Daniels, Bejun Mehta, Andreas Scholl, Brian Asawa, Max Emanuel Cencic o Franco Fagioli y, en España, entre otros, Carlos Mena, Flavio Oliver o Xavier Sabata. El francés se caracteriza por la claridad sopranil de su timbre, la extensión y tinte argentino de su sonido, la facilidad para las más endiabladas agilidades, el firme fiato y la elegancia y capacidad de matización, lo que la ha puesto en la cima y lo faculta para servir los más espinosos papeles operísticos de la ópera seria o las más exigentes obras vocales de los géneros más diversos.

Bien que en épocas más recientes notemos un cierto viraje hacia tonos más oscuros en su instrumento. La incansable laboriosidad del cantante le ha hecho también enfrentarse con un repertorio menos habitual, el de la música vocal romántica o de principios del siglo XX. Como lo hace con frecuencia nuestro Carlos Mena. La gira que por estos días realiza Jaroussky se centra en el mundo de la canción francesa, ya abordado hace años y que se concretó en un CD titulado Opium. Ahora se trata de promocionar un nuevo disco que lleva la leyenda Green (ambos editados por Erato), nombre de uno de los poemas integrados en el ciclo Romances sans paroles de Paul Verlaine. En la nueva publicación, que abastece los programas que desarrollará el contratenor, encontramos mélodies de Chabrier, Debussy, Chausson, De Severac, Canteloube, Fauré, Hahn, Massenet y un etcétera muy significativo. Los conciertos están previstos este sábado (21) en el Maestranza de Sevilla, el 23 en la Zarzuela de Madrid y el 25 en el Liceo de Barcelona. Le acompaña su habitual pianista Jérôme Ducros.