El escaparate off de Surge Madrid
Elenco de la obra D.E.P. (Dejadme en paz), escrita y dirigida por Bea Esos, que estará en La Usina a partir del 11 de abril.
La muestra de teatro alternativo coloca el foco sobre la ebullición creativa en las pequeñas salas madrileñas. En su segunda edición estrena 48 montajes. Además, se abre a nuevos lenguajes con sus 'actividades transversas'.
El año pasado la muestra (que no festival) presentaba cifras inabarcables. Se programaron 444 funciones en 31 salas. Este año la oferta se concentra: participan 19 teatros en los que se escenificarán, entre el 8 y el 26 de abril, 196 representaciones (incluidos 48 estrenos). Natalia Ortega, comisaria de Surge Madrid junto con Alberto García, advierte a El Cultural que no es un recorte deliberado: "La convocatoria estaba abierta a todas las salas, pero a algunas no les compensaba incorporarse por su propia dinámica de programación y porque no les daba tiempo a tener listo un montaje propio". Apunta también que el número de funciones ha caído por la ausencia de Microteatro por dinero, con su amplísimo menú de piezas jibarizadas.
Esa disminución ha mejorado el reparto de fondos. En la edición inaugural, las compañías dispusieron de entre 300 y 1.500 euros procedentes de la Comunidad de Madrid. Ahora la horquilla es más generosa: la cuantía mínima se sitúa en los 1.300 euros. El criterio para fijarla se centraba entonces en el aforo de la sala y el número actores embarcados (cuanto más altas fueran estas variables, más ayuda recibían). El cómputo se ha afinado teniendo presente otros aspectos: por ejemplo, se incentivan aquellos montajes con una salida comercial más dificultosa (danza, creación contemporánea...) y los trabajos cocinados a fuego lento en residencias o laboratorios.
En total, la muestra cuenta con 300.000 euros, de los que 200.000 se destinan en exclusiva a la producción (50.000 más que en 2014). Cierto es que la primavera pasada el presupuesto ascendía a 460.000, pero englobaba también la Ventana del teatro, sección comandada por Darío Facal que tenía como misión vender espectáculos manufacturados en Madrid a programadores internacionales. "Este escaparate tendrá un carácter bianual: la intención es recuperarlo para 2016".
En el plano artístico, sobresalen algunas figuras. Como Denise Despeyroux, que tanto impacto causó con su Carne viva en La pensión de las pulgas. El 24 abril estrena en LaZonaKubik Ternura negra (La pasión de María Estuardo), en la que se adentra en los dominios de lo paranormal: un autor y director de teatro, obsesionado con la monarca escocesa, pone en marcha una sesión de espiritismo (¡a través de Skype!) para contactar con ella. Fernando Cayo, Ester Bellver y Joan Carles Suau figuran en un reparto de altura. El Teatro del Barrio, por su parte, acoge desde el día 23 a una referente legendario del Odin Teatret: Julia Varley, que dirige en el Teatro del Barrio Anónimas, texto firmado por Amaranta Osorio. La obra reivindica el coraje de mujeres como la periodista y poeta mexicana Susana Chávez, autora del lema ‘Ni una muerte más', que enarboló contra la barbarie feminicida de Ciudad Juárez.
La Cuarta Pared presenta (el jueves, 9) la segunda parte del Proyecto 43-2 (código numérico que determina la posición del árbol de Guernika), la trilogía escénica ideada por María San Miguel y Ruth Cabeza sobre la devastadora huella de la violencia en el País Vasco. Tras adentrarse en la herida que deja el zarpazo terrorista, ahora recrean los denominados "encuentros restaurativos" entre etarras y víctimas en las cárceles de Nanclares de Oca. ¿Es posible el diálogo? ¿Es posible sostener las miradas? Son las preguntas a las que se enfrenta este incómodo montaje.