El adiós de Chuck Berry: monumento intemporal al rock and roll
Sale a la venta Chuck, el disco póstumo en el que el músico trabajó durante sus últimos años de vida, con sus únicas canciones nuevas en cuatro décadas
9 junio, 2017 02:00Detalle de la portada de Chuck, de Chuck Berry
El 18 de octubre de 2016, Chuck Berry celebró su 90.° cumpleaños anunciando un nuevo disco para 2017, el primero con canciones nuevas en 38 años, pero la muerte le llegó antes de verlo publicado. Ahora, menos de tres meses después de su fallecimiento, Chuck ya está en la calle. Que nadie espere giros imprevistos ni demasiados guiños a la modernidad. Lo que suena en la mayoría de estas diez canciones es puro Chuck Berry, el good old rock and roll del padrino del género, pero sin nostalgia lastimera y con la fuerza del aquí y el ahora.La prueba más evidente de ello es Big Boys, el primer single que adelantó Decca pocos días después su muerte, que cuenta con la colaboración del guitarrista Tom Morello (exmiembro de Rage Against The Machine). Su letra cuenta cómo Berry pasó de ser un pequeño don nadie al que los chicos mayores daban de lado a convertirse en el amo del cotarro musical. El inicio de la canción es un calco del gran himno de Berry, Johnny B. Goode, una de las canciones más versionadas del siglo XX y que de hecho cuenta en este disco con una versión del propio Berry en clave femenina, Lady B. Goode.
La canción que abre el disco, Wonderful Woman, es otro rock and roll canónico e impecable que demuestra dos cosas: que la voz y la guitarra de Berry, la legendaria Lucy, siguieron sonando jóvenes hasta el final. La manera despreocupada en que el músico canta la letra de esta canción recuerda mucho a otro de sus grandes temas, You Never Can Tell, adherido para siempre a aquella escena de baile entre John Travolta y Uma Thurmann en Pulp Fiction.
Chuck Berry grabó este álbum en varios estudios de San Luis, Misuri, la ciudad que le vio nacer y morir. La banda que le acompaña en el disco es la misma que lo hizo durante casi dos décadas en más de 200 conciertos como artista residente del club Blueberry Hill, en la misma ciudad. Entre sus miembros están dos de sus hijos, Charles Berry Jr. a la guitarra e Ingrid Berry a la armónica y los coros -en Wonderful Woman aparece una tercera generación de la familia, el nieto Charles Berry III a la guitarra-, además de Jimmy Marsala, su bajista durante 40 años, el pianista Robert Lohr y Keith Robinson a la batería.
El blues es el otro gran protagonista del último disco de Chuck Berry: You Go To My Head es un blues de 1938 en compás de 6/8, bien arropado por el piano de Robinson y la voz de su hija, a la que también oímos en Darlin, una emotiva y premonitoria balada blues en la que Berry le canta: "Querida, tu padre se está haciendo viejo cada año [...], el tiempo pasa rápido".
Aunque la mayor parte de la música de Chuck Berry suena genuinamente estadounidense, hay un guiño a México en 3/4 Time (Enchiladas), una canción escrita por Tony Joe White con ritmo de vals y grabada en directo; y otro al Caribe, con la exótica y relajada Jamaica Moon, una nueva versión de Havana Moon, la canción que compuso en 1956 después de su primer encuentro con cubanos tras un concierto en Nueva York.
Berry sentía un apego tremendo por su ciudad, San Luis. Como cuenta su amigo el historiador Douglas Brinkley en el libreto del disco, hace unos años le contó que a veces con pasar una sola hora fuera de la ciudad, sentía unas ganas irrefrenables de volver. Por eso celebramos que el músico decidiera regalar a sus millones de fans en todo el mundo un último disco con canciones nuevas, a las que dedicó un largo esfuerzo. Así se lo dijo a Themetta, su esposa durante 68 años: "¡Querida, me estoy haciendo viejo! He trabajado en este disco durante mucho tiempo. ¡Ahora puedo colgar mis zapatos!".
@FDQuijano