Image: Vuelve la música al Salón de Baile

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Escenarios

Vuelve la música al Salón de Baile

Patricia Racette inaugura, los días 3 y 4 de junio, un nuevo formato de velada musical en el Salón de Baile del Teatro Real

1 junio, 2018 02:00

Patricia Racette

El Teatro Real recupera como espacio de espectáculos una de sus salas más emblemáticas, el Salón de Baile, un lugar con una larga e intensa historia. Finalizado en 1835, fue el primer espacio terminado del Teatro, y fue utilizado en un principio, como su propio nombre indica, para fiestas y bailes de máscaras que se alargaban durante toda la noche. Entre 1843 y 1850, mientras tenían lugar las obras en el edificio del Congreso de la Carrera de San Jerónimo, fue sede oficial de las Cortes. También ejerció la función de sede de teatro del Conservatorio de Música a partir de 1851.

El espectáculo elegido para inaugurar esta nueva etapa del Salón de Baile, más acorde con su función original, es la velada musical Diva on detour, que contará como protagonista con la soprano Patricia Racette, intérprete principal de Street Scene, la ópera de Kurt Weill, que vuelve a ser representada desde el 26 de mayo al 1 de junio Los días 3 y 4 de junio, la soprano ofrecerá un programa con canciones de cabaret y musicales, una experiencia que la cantante define como "volver a casa, porque yo empecé con el cabaret y siento un profundo amor por él".

En España, hasta ahora, la faceta de Racette como cantante de cabaret ha pasado bastante desapercibida, siendo prácticamente desconocida para el gran público. Sus orígenes estuvieron estrechamente relacionados con este género especial de música, constituyendo su primera formación hasta que su profesor de canto decidió que su voz estaba hecha para la lírica y que debía dedicarse definitivamente a la ópera, algo a lo que se opuso su madre, "que siempre odió la ópera".

Diva on detour supone una brevísima pausa en la carrera operística de Racette. "La gente que venga esperando ver ópera saldrá muy decepcionada -avisa la intérprete-. Va a ser un divertido espectáculo de cabaret". El programa será sorpresa y podrá cambiar a medida que avance la velada, pero estará compuesto por canciones "que forman y han formado parte de mi vida, como las de George Gershwin, Stephen Sondheim, Cole Porter, Judy Garland o Edith Piaf". Entre canción y canción, incluirá alguna reflexión y anécdotas sobre su vida, "para que el espectador se ría, llore y se emocione".

La ventaja del cabaret para la cantante es que le permite desarrollar otras facetas de su voz, con matices mucho más contenidos. "En la ópera, formo parte de una historia muy grande y, cuando canto, solo estoy permitiendo que avance un poco. Sin embargo, con estas canciones, todo el universo, toda la historia está contenido en ellas". En los tres o cuatro minutos que dure la pieza, hay que sumergirse a fondo en lo que cuenta la canción, en su inicio, su nudo y su desenlace, y en todas las emociones contenidas. Además, al actuar frente a un pequeño público, con un aforo mucho más pequeño, la cantante puede crear una atmósfera más íntima, una relación más cercana en la que el público forma parte del espectáculo".

Acompañada al piano por Craig Terry, Racette tomará el micrófono ("tendré que pensar más bajito para no cantar tan fuerte como en la ópera", bromea) para indagar en la tradición musical de la canción popular americana, pudiendo expresar así de una forma mucho más libre el desgarro, la felicidad o el humor, y estableciendo cierta complicidad con el público. "Ahora puedo mirarles a los ojos, compartir mis experiencias y contar con ellos casi como si fueran un instrumento más".