El bailarín y coreógrafo Daniel Abreu con uno de sus tres premios Max. Foto: Premios Max

El bailarín y coreógrafo Daniel Abreu hizo triplete este lunes en la XXI edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, convocados la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Se llevó el premio al mejor espectáculo de danza, mejor coreografía y mejor intérprete masculino de danza gracias a La desnudez, estrenada en octubre de 2017 en los Teatros del Canal de Madrid. Por su parte, Eva Yerbabuena recibió el premio a la mejor intérprete femenina de danza por su espectáculo Apariencias.

La gala se celebró este lunes en Sevilla con la presencia, en su primera aparición pública, del nuevo ministro de Cultura, José Guirao, para "acompañar y apoyar" al sector, según declaró a la prensa en la entrada del acto. Una vez dentro, el presidente de SGAE, José Miguel Fernández Sastrón, no desaprovechó el micrófono y pidió "una política de Estado para la cultura y un compromiso real con el derecho de autor", al tiempo que reconoció haber "acogido con esperanza" el hecho de que Cultura vuelva a contar con un ministerio propio en el nuevo gobierno de Pedro Sánchez.

Solitudes, de la compañía vasca Kulunka, fue el mejor espectáculo teatral de 2017 según el jurado. Además de uno de los premios más importantes de la noche, este montaje también recibió el premio a la mejor composición musical para espectáculo escénico, realizada por Luis Miguel Cobo.

Borja Ortiz de Gondra se llevó el premio a la mejor autoría teatral por Los Gondra (una historia vasca), inspirada en la compleja historia de su familia, marcada por el enfrentamiento político a lo largo de tres generaciones. La obra se estrenó en enero de 2017 en el Centro Dramático Nacional y contó en su elenco con actores como María Hervás y Juan Pastor, además del propio Ortiz de Gondra interpretándose a sí mismo y ejerciendo de narrador. Por su parte, Julio Manrique recibió el premio a la mejor dirección teatral por L'ànec salvatge, obra producida por el Teatre Lliure de Barcelona.

Pilar Gómez se llevó el premio a la mejor actriz protagonista por su trabajo en Emilia (Mujeres que se atreven, 1ª parte); y Nacho Sánchez fue reconocido como mejor actor protagonista por Iván y los perros. El veterano e inquieto José Sanchis Sinisterra recibió el Premio Max de Honor en homenaje a toda su carrera.

Según el jurado, el mejor espectáculo revelación del año pasado fue Firefly, de La Calòrica y Teatre Tantarantana. El autor del texto, Joan Yago, recibió además el premio a la mejor autoría revelación.

El mejor espectáculo musical o lírico fue Tic-Tac, del Institut Valencià de Cultura (IVC) y la Diputación de Valencia. Por su parte, Meeting Point, de Ertza, se hizo con el premio al mejor espectáculo de calle y Kiti Kraft, de Bambalina Titelles, con el premio al mejor espectáculo infantil, juvenil o familiar. El premio a la mejor adaptación o versión de obra teatral fue para Ángel Solo y Adolfo Fernández por En la orilla, basada en la novela de Rafael Chirbes que le valió al escritor el Premio Nacional de Narrativa en 2014.

El mejor diseño de espacio escénico fue para Elisa Sanz por el clásico lorquiano Bodas de sangre; Maria Araujo obtuvo el premio al mejor diseño de vestuario por Ricard III; y Lola Barroso fue premiada por la iluminación de Furiosa Escandinavia.

El jurado de los premios estuvo presidido por el dramaturgo Ignacio Amestoy y compuesto por otros profesionales del sector de las artes escénicas como Julio Bravo, Juli Disla, Maxi Rodríguez, Mónica Runde y Juan Luis Mira, en calidad de representante del comité organizador (sin voto) y Andrea de Gregorio, Técnico del Departamento de Artes Escénicas de Fundación SGAE, como secretaria sin voto. En esta XXI edición de los Premios Max de las Artes Escénicas han concurrido un total de 395 espectáculos, de los cuales 137 resultaron candidatos, y 38 llegaron a ser finalistas.