Image: Lorca, del derecho y del revés

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Escenarios

Lorca, del derecho y del revés

15 marzo, 2019 00:00

Federico García Lorca. Foto: Erre Gálvez

Los Teatros del Canal acogen, desde el día 21, Federico hacia Lorca, la nueva entrega de la Joven Compañía con Miguel del Arco en la dirección. El resultado: doce actores en escena y dos dramaturgos, Irma Correa y Nando López, capaces de construir un nuevo Lorca a partir de sus escritos.

El Rinconcillo, el jardín de las toronjas, la Residencia de Estudiantes, la cabaña en el desierto, Nueva York, La Barraca, el café Lyon, Granada... Los lugares por los que se mueve Federico hacia Lorca nos transportan a la geografía íntima de un clásico contemporáneo que en los últimos años se encuentra en permanente estado de revisión, como si nuestros autores sintiesen la necesidad de buscarlo indagando -cuando no rebuscando- en su inagotable legado, de dominio público desde hace tan solo dos años. El trabajo de Miguel del Arco (dirección), Irma Correa y Nando López (dramaturgia) junto a la Joven Compañía culmina una larga lista de títulos recientes protagonizados, entre otros muchos, por Alberto Conejero (El sueño de la vida), Lluís Pasqual (Romancero gitano), Carlota Ferrer y José Manuel Mora (Esto no es la casa de Bernarda Alba), Irene Escolar (Leyendo a Lorca), Pablo Messiez (Bodas de sangre), Ricardo Iniesta (Así que pasen cinco años) y Álex Rigola (El público). "En este tiempo convulso en el que parecen resurgir las mismas sombras que acabaron asesinándolo, la voz de Lorca resulta hoy más necesaria que nunca", explica contundente a El Cultural Nando López, que ya ha trabajado con la formación que lideran José Luis Arellano y David Peralto en La edad de la ira (sobre su propia novela) y Barro (en colaboración con Guillem Clua). "Puede hablarse de relectura o, sencillamente, de una nueva mirada -añade-. Algunas de sus obras, en especial las surrealistas, se prestan a una deconstrucción constante, no solo por el hermetismo y la polisemia de sus textos sino por su capacidad para retratar algunos de los aspectos más complejos del ser humano. Esa oscuridad poética también es, a su modo, una forma de arrojar luz sobre nuestra propia realidad". Federico hacia Lorca quiere ser, según Miguel del Arco, un viaje lírico-enajenado a través del amor, la amistad y la muerte, contextualizando sus cartas y su trabajo poético pero huyendo del biopic: "Quiero que el público salga del teatro después de acariciar el vibrante pulso vital y creativo de Lorca, que se sienta reflejado en su energía para que necesite conocerlo más. Estoy convencido de que estaría muy contento de ser objeto de investigación y de juego escénico. Él no paró de indagar con todo eso en los pocos años que le dejaron vivir", señala Del Arco, del que aún puede verse Jauría en el Teatro Pavón Kamikaze.

"Quiero que el público sienta en la obra el vibrante pulso vital y creativo de Lorca". Miguel del Arco

También Irma Correa (Las Palmas, 1975) y Nando López (Barcelona, 1977) han huido del "collage literario" para dejarse llevar por los poemas del poeta, por sus símbolos y por su correspondencia personal. A partir de ahí han tejido un texto capaz de combinar lo poético con lo narrativo, lo lírico con lo experiencial. "Hemos pensado siempre en el Federico humano, en aquello que comparte con el resto de los mortales y que tiene que ver con las emociones. Amó, rió, lloró, vaciló, sufrió y celebró. Lo universal de su palabra, su música y su pintura se encuentra en la verdad de todas las emociones que las atraviesan", explica Irma Correa, muy próxima también al proyecto de la Joven Compañía con montajes como En la fundación, versión del clásico de Buero Vallejo estrenado en noviembre de 2017. Doce actores -entre ellos Ana Bokesa, Julen Alba, Óscar Albert, Katia Borlado, Rosa Martí, Carmen Tur y Nono Mateos- interpretan un largo número de personajes, reales y fantásticos, que poblaron la vida y el imaginario del poeta. Entre ellos, su padre, Dalí, Buñuel, Alberti, Miguel Hernández, Maruja Mallo, Margarita Manso, Ignacio Sánchez Mejías, Bergamín, Antonio Machado o Cernuda. "Lorca está rodeado de todos los que fueron importantes en su vida -precisa la autora canaria, que prepara en estos momentos un texto para el Teatro Pérez Galdós de Gran Canaria sobre la relación amorosa entre Chopin y George Sand-. Todas esas voces están presentes, convirtiéndose en una". Para Nando López, Lorca, desdoblado en otros tantos lorcas, es el gran protagonista de la obra: "En realidad termina hablando de pulsiones abstractas y universales como la creación, la búsqueda de la identidad o la construcción del yo. En cierto modo, esos temas son los auténticos ejes de este viaje onírico, encarnados todos ellos en la figura de un joven Federico que persigue su camino hacia el genio llamado Lorca..."
La huella de la BarracaDel Arco pone el foco en la segunda escena de la obra, en la que el joven Federico, a principios de los años 20, se reúne, en el café Alameda de Granada, con miembros del grupo El Rinconcillo. Allí se encuentra, entre otros, con intelectuales como su hermano Francisco, Manuel Ángeles Ortiz, José Mora Guarnido, Melchor Fernández Almagro, Ismael González de la Serna y Hermenegildo Lanz: "Se juntaba con sus compañeros. Podría ser una reunión de un grupo de muchachos en un parque en el siglo XXI: jóvenes frente al vértigo de decidir por dónde llevar sus vidas adultas". De todo el proceso de creación de este Federico hacia Lorca, Nando López -que en mayo estrenará en Madrid Nunca pasa nada dirigida por Eva Egido- destaca el espíritu colectivo con el que se ha realizado: "Por momentos parecía estar embebido de la huella de La Barraca. Del trabajo con Irma ha nacido un montaje y una amistad y de la colaboración con Miguel la experiencia de compartir su intuición y su inspiración".