Una escena de la moderna puesta en escena de 'Nabucco', que podrá verse en Sevilla. Foto: Carole Parodi

Una escena de la moderna puesta en escena de 'Nabucco', que podrá verse en Sevilla. Foto: Carole Parodi

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Llega a Sevilla 'Nabucco', el emblema de la resistencia italiana contra Austria que puso a Verdi en el candelero

El Teatro de la Maestranza cierra la temporada con un plato fuerte de la ópera que lleva la firma de la famosa directora de escena Christiane Jatahy.

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El Teatro de la Maestranza de Sevilla cierra su temporada operística con un plato fuerte, la primera ópera que puso a Verdi en candelero y que impulsó una carrera hasta el momento de dudosa proyección. Pero a la tercera fue la vencida tras sus dos tanteos iniciales, Oberto, Conte di San Bonifacio y Un giorno di regno.

El 9 de marzo de 1842 se estrenaba en La Scala de Milán Nabucco. Su famoso coro Va pensiero se hizo enseguida popular y se empleó como emblema musical de la resistencia italiana frente a la ocupación austriaca. Ese coro fue capital para la difusión de la ópera y para cimentar la futura carrera de Verdi.

El público sevillano tendrá ahora una nueva ocasión de festejar ese número y aplaudir los otros muchos momentos de inspiración que atesora esa ópera primeriza y que se representará a partir de este jueves (días 13, 16, 18, 19, 21 y 22 de junio) bajo la dirección musical del competente maestro italiano Francesco Ivan Ciampa (Avellino, 1982), que en las representaciones del 18 y el 21 de junio será sustituido por el muy joven (27 años) y resuelto Gaetano Lo Coco, de ascendencia santanderina.

El coro 'Va pensiero' se hizo popular enseguida. se empleó como emblema musical en italia frente a la ocupación austriaca

El reparto principal viene presidido por el autoritario y rotundo Nabucco de Juan Jesús Rodríguez, de enorme presencia vocal y que deberá mostrarse sutil en páginas como la delicada aria Dio di Giuda.

Abigaille será la uruguaya María José Siri, una lírica plena, buena cantante y actriz que deberá vencer los enormes escollos que le plantea una particella pensada en realidad para una drammatica d’agilità, Giuseppina Streponi, futura esposa del compositor.

Un momento de 'Nabucco'. Foto: Carole Parodi

Un momento de 'Nabucco'. Foto: Carole Parodi

Zaccarìa estará en las buenas manos (léase cuerdas vocales) del bajo cantante Simón Orfila, de tan grata coloración, e Ismaele en el timbre no siempre templado del tenor Antonio Corianò. Fenena será cantada por la bien provista mezzo Alessandra Volpe.

El 18 y el 21 estas voces serán sustituidas, respectivamente, por las de Damiano Salerno, un barítono quizá excesivamente lírico para la parte principal, Maribel Ortega, de mayor empaque para el cometido que Siri, aunque de canto menos refinado, Darío Ruso, de grave más cavernoso que el de Orfila, aunque de menor flexibilidad canora, y Santiago Vidal, uruguayo como Siri, de mayores fulgores pero con menos experiencia que Corianò.

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A resaltar la presencia en ese segundo elenco de la oscura y joven mezzo Mónica Redondo, que alterna con Alessandra Volpe en el personaje de Fenena.

Se exhibirá una coproducción del Maestranza en cooperación con el Gran Teatro de Ginebra, los Teatros de la Villa de Luxemburgo y la Ópera Ballet Vlaanderen firmada por la afamada Christiane Jatahy, muy original y de corte más bien moderno.

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Veremos qué aporta a una ópera al viejo estilo que no fue nunca una obra revolucionaria. Estamos ante una creación que sigue una tradición: la que se refiere al género, a la acción trágico-sagrada, y la propia de los formalismos de la época, con sus arias, sus coros, sus concertati, sus conjuntos y sus cabalettas. Recordemos que la Biblia no es la única fuente literario-histórica de la obra.