Image: El Béjart y Guillem, joyas de Peralada

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Danza

El Béjart y Guillem, joyas de Peralada

10 julio, 2015 02:00

Un momento de Here & After, una de las piezas de Sylvie Guillem. Foto: Bill Cooper

El día 10 de julio Peralada comienza su programación con el Béjart Ballet Lausanne, que homenajea al bailarín y coreógrafo Tony Fabre bajo la dirección de Gil Roman. Además, Sylvie Guillem se despedirá de los escenarios el 24 con Life in Progress.

Arranca con fuerza el Festival de Peralada. El Béjart Ballet Lausanne inaugura esta edición con dos actuaciones que homenajean al bailarín y coreógrafo ya desaparecido Tony Fabre los próximos 10 y 11 de julio, en el Auditorio Parc del Castell. En ese mismo escenario, el 24, la bailarina Sylvie Guillem se despedirá del público español con Life in Progress, una cita con los coreógrafos que han cincelado los últimos años de su carrera. El Béjart Ballet Lausanne, ya en ausencia de su fundador, el coreógrafo francés Maurice Béjart, sigue recorriendo el mundo con algunas de las piezas que le dieron fama y otras nuevas que su director actual, Gil Roman, está incorporando al repertorio de la compañía. El prestigio de esta agrupación y el hecho de que fuera precisamente Roman -asistente y mano derecha de Béjart- quien tomara sus riendas tras la muerte del coreógrafo, ha mantenido el alto nivel de sus representaciones y una base estilística y creativa muy estable.

Del propio Béjart se verán en Peralada las célebres 7 danzas griegas (1983), con música de Mikis Theodorakis, Bolero (1961), sobre la conocida partitura de Maurice Ravel y Suite Barocco (1997), sobre música del siglo XVIII. Este ballet pertenece a la última época del coreógrafo. A partir de los diseños de Gianni Versace, Béjart impuso cierta estética urbana al inconfundible sello coreográfico que ya había alcanzado con piezas anteriores. Dos obras creadas por Gil Roman -Kyôdaï y 3 dances pour Tony- envuelven Histoire d'Eux (2014), que el homenajeado Tony Fabre coreografió sobre el Dido y Eneas de Henry Purcell: fue ésta precisamente la última creación de quien fuera, además de bailarín destacado con Béjart, solista fundamental de la Compañía Nacional de Danza en la época de Nacho Duato y más tarde director de la CND2, agrupación joven de la compañía española. El Béjart Ballet Lausanne estrenó la pieza apenas tres meses después de la muerte de Fabre.

Dos semanas más tarde, será la bailarina Sylvie Guillem quien acuda a un encuentro esperado por aficionados y admiradores de la artista, que se despide este año de los escenarios con una gira por todo el mundo. Life in Progress pone fin a una carrera de 35 años en la que Guillem no solo ha abordado los más comprometidos ballets clásicos en compañías como el Ballet de la Ópera de París o el Royal Ballet de Londres, sino que ha impuesto una nueva forma de bailar a las siguientes generaciones de bailarinas. A partir de un físico extremo con posibilidades casi infinitas y con una personalidad imbatible que le llevó a enfrentarse a quienes intentaron coartar su forma de interpretar cada personaje, Guillem ha desarrollado una carrera que ha abarcado el clásico, neoclásico y contemporáneo.

El espectáculo que ha construido para su despedida de los escenarios, acompañada por los bailarines Brigel Gjorka, Riley Watts y Emanuela Montanari, engloba un elenco envidiable de coreógrafos actuales para los que Guillem ha sido instrumento y musa de algunos de sus principales ballets: Akram Khan, William Forsythe, Russell Maliphant y Mats Ek. Techne, Duo, Here & After y Bye, son las piezas con las que Sylvie Guillem se reencontrará por última vez con el público español antes de bajarse definitivamente del escenario. A los 50 años, y aún con la maestría que le proporciona la madurez, la bailarina francesa ha decidido privarnos de su arte de una forma serena y despedirse en estos momentos en plenitud de facultades.

@ElnaMatamoros

Y el Netherlands en el Real

Paul Lightfoot dirige desde 2011 la compañía holandesa de la que también es, junto a la española Sol León, coreógrafo residente. Ellos firman las dos obras que el Netherlands Dans Theater presentará en Teatro Real a partir del 15 de julio: Sehnsucht (2009), sobre distintas piezas de Beethoven, y Schmetterling (2010), con música de The Magnetic Fields y Max Richter. Ambas coreografías juegan con el equilibrio entre el arrebato nostálgico y la transitoriedad de la vida, la fina línea entre la vida y la muerte.