Joaquín de Luz y Lauren Lovette (de espaldas) en 'Sinatra Suit'. Foto: Alba Muriel

Joaquín de Luz y Lauren Lovette (de espaldas) en 'Sinatra Suit'. Foto: Alba Muriel

Danza

Joaquín de Luz se despide de la CND: "Para que en este país pase algo hay que incomodar"

El coreógrafo, que dejará su puesto como director de la Compañía Nacional de Danza este verano, interpretará un último baile en los Veranos de la Villa.

18 julio, 2024 01:43

“It’s the last dance”, en la voz de Sinatra. Tras cinco años como director de la
Compañía Nacional de Danza, Joaquín de Luz (Madrid, 1976) se despide del cargo. Lo hace con un sabor agridulce, consciente de que se podía haber hecho mucho más si las circunstancias, o la burocracia, lo hubieran permitido. Sin embargo, reconoce,“regresé para poner mi granito de arena en la danza española y claro que sí, hay que celebrarlo”.

En estos cinco años, De Luz ha coreografiado piezas como GiselleSwoosh, tu veraPassengers Within, título este último que, junto a Sinatra Suite, podremos ver del 18 al 21 de julio, en el Conde Duque de Madrid.

Su adiós absoluto de la compañía llegará el 8 de agosto con la coreografía de La Sylphide, creada por August Bournonville en el Festival Internacional de Santander. “Con la escuela de Víctor -Ullate- íbamos todos los años a Santander. Es una buena forma de acabar”, reconoce. Pero antes habrá tiempo aún de un último baile. Siempre lo hay. Entre ensayo y ensayo, atiende a El Cultural.

Pregunta. Podremos verle en el Conde Duque defendiendo Sinatra Suite y Passengers Within, como bailarín y coreógrafo, respectivamente. ¿En qué lado se siente más cómodo?

Respuesta. Definitivamente como bailarín. Entre otras cosas no me sudan tanto las manos como cuando veo una pieza mía o veo a la compañía bailar. Los bailarines tenemos la necesidad de que todo esté bajo control y cuando eres tú el que bailas, en parte lo está.

P. ¿Cómo ha evolucionado Passengers Within desde su estreno en 2022?

R. Es una coreografía que significó el desarrollo dinámico de cómo oían la música los bailarines. Más que de nacimiento, yo soy un coreógrafo formado, he estado en diversos procesos creativos y me he nutrido de personas que ven la danza de maneras diferentes. Passengers Within ha sido un trabajo que aporté al desarrollo técnico e interpretativo de la compañía y estoy muy orgulloso. Ahora la hacen bastante mejor que cuando se creó.

P. En Sinatra Suite la voz del crooner estadounidense le hace de hilo conductor. ¿Cómo es la coreografía?

R. Es una de las icónicas del repertorio americano. Twyla Tharp, Mijaíl Barýshnikov y Frank Sinatra, no puede haber mejor trío. Tharp fue una de las pioneras en introducir la forma de bailar neoclásica en las canciones pop y rock con muy buenos resultados, y creó esta maravilla para Barýshnikov. Todo lo que se toca después de haberlo hecho Mijaíl es un gran desafío y hay que tratar de que no esté en tu cabeza constantemente porque es insuperable. Pero es una pieza con la que se disfruta mucho, el público conoce las canciones y esto conecta bastante.

Un momento de 'Sinatra Suite'. Foto: Alba Muriel

Un momento de 'Sinatra Suite'. Foto: Alba Muriel

P. ¿Y cómo es trabajar conuna coreógrafa como Tharp?

R. Ella es muy exigente y muy poco ortodoxa en su forma de ver la música. Tiene unas interpretaciones que es como si leyeras un libro y entre líneas hubiera un montón de información. Twyla tiene mucha vida interior entre paso y paso.

P. Sinatra Suite será también una especie de último baile como director de la CND, ¿cómo vive ese momento?

R. Lo vivo muy bien. Creo que la vida es un constante cambio y la capacidad de ajustarnos que tengamos a ese cambio nos hace más felices y optimistas. Como bailarín lo he tenido presente durante toda mi carrera y es algo que abrazo.

"Si el nuevo director viene con intención de mejorar la danza, le diría que pelee, aunque le pueda crear problemas"


P. ¿Qué balance hace de estos cinco años?

R. Eso depende. De puertas adentro, muy bueno. Lo que hemos conseguido ha sido monumental. Dese cuenta de que no han sido ni cinco años, porque nos cogió la pandemia entre medias, pero se ha conseguido que la compañía suba el nivel artístico y técnico, y que se hable de ella en el mundo.

P. ¿Y de puertas para afuera?

R. Es lo que no ha ido tan bien. Yo llegaba del sistema americano, que es totalmente diferente, y traía el ímpetu y la fuerza para llevar a la CND a donde creo que tiene que estar. Pero me topé con el sistema que hay aquí y con la administración pública, donde han sido todo puertas cerradas, de hormigón. Han sido cinco años de resignación, aunque nunca me he resignado en realidad, y esto también ha sido parte del problema. Yo soy un amante de la danza, mucho más que la gente que me contrató y que ahora no me renueva, y he empujado desde el minuto uno. Lo que ocurre es que para que pase algo en este país hay que empujar mucho y hay que incomodar con algunas cosas que se dicen. Y es muy difícil que con este sistema ocurran cambios tangibles.

P. Habla de puertas de hormigón. ¿Ha conseguido abrir alguna, aunque sea un recoveco?

R. Poco, la verdad. Hay que tener voluntad política y yo me he encontrado con que no hablo el mismo idioma que quienes toman las decisiones. Les he presentado la posibilidad de traer mecenazgo, del beneficio de un sistema privado/público, pero no lo ven. Y así es imposible. No nos deberían traer solo para dirigir, por traer un nombre, nos deberían escuchar. Desde que estoy yo, han pasado cuatro ministros de cultura y no me he sentado con ninguno. Es tremendo.

P. Lo que no quita que haya talento en nuestro país...

R. Eso es lo que me hizo volver y lo que me hará continuar. Creo ciegamente en ello. Estamos llenando las filas de las compañías mundiales, y se nos abren los brazos, pero esta es una historia que conocemos todos. Lorca es mucho más famoso fuera que dentro.

P. En el lado positivo de labalanza, ¿de qué logros se siente más orgulloso?

R. De la calidad de la compañía, que ahora puede afrontar un repertorio que antes no. Eso es increíble. El programa que hicimos en los Teatros del Canal en abril no lo hubiéramos podido hacer cuando entré.

P. En cuanto al futuro, ¿tiene ya algún nuevo proyecto?

R. Ahora mismo quiero respirar. Han sido cinco años de bastante estrés en situacion es límite. Aquí casi nunca se llega con holgura a nada, hay que pelearlo. Es como salir de un matrimonio tóxico. Pero hay ventanas que se están abriendo. Quiero estar en el escenario todavía y hacer proyectos que me inspiren, no solo en el gremio de la danza. Tampoco veo la razón para que no haya grandes compañías de danza a nivel autonómico, y quiero intentar algo antes de marcharme.

P. Sabiendo lo que ahora sabe, ¿qué le recomendaría al nuevo director?

R. Si viene con intención de mejorar la danza, le diría que pelee, aunque le pueda crear problemas y le puedan despedir. Pero si tiene intención de quedarse aquí muchos años, le diría que no dé ningún problema, aunque entonces la danza sufrirá. Si pienso en la danza, le aconsejaría que siguiera la línea que se empezó hace doce años, que piensa que una compañía nacional tiene que tener un lenguaje versátil, desde los clásicos hasta los vanguardistas.