Image: La danza tecnológica: bailando el siglo XXI

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Danza

La danza tecnológica: bailando el siglo XXI

27 abril, 2018 02:00

El matrimonio del cielo y el infierno. Foto: J. C. Arévalo

La irrupción de herramientas técnicas y programas informáticos en el mundo de la danza es ya una estimulante rutina que está potenciando la expresividad del cuerpo. Figuras como Cunningham y Forsythe abrieron camino. Ese legado hoy lo continúan coreógrafos como Blanca Li, Muriel Romero y Pablo Palacio (Instituto Stocos), Sol Léon, Jone San Martín y José Montalvo. Con todos ellos hablamos sobre el potencial de estos recursos y celebramos, el domingo 29, el Día Internacional de la Danza.

Una escena danzada -‘El ballet de las monjas', en la ópera Roberto el diablo de Meyerbeer- oscureció por primera vez un teatro para dejar que, bañadas con la luz trémula de las lámparas de gas, las bailarinas salieran de sus tumbas en tan fantasmagórica escena. Después llegarían los largos vestidos de Loïe Fuller iluminados con luz eléctrica e incluso impregnados con radio -que los Curie manejaban aún con cautela- o Merce Cunningham y sus sensores de movimiento, cuyas imágenes proyectaba en la boca del escenario… Desde que la danza reivindicó su independencia gracias a revolucionarios como Noverre, que defendió un arte abierto exento de pelucas y vestuarios anacrónicos, y cuyo cumpleaños el 29 de abril de 1727 se conmemora en el Día Internacional de la Danza, los bailarines viven atentos a la evolución tecnológica y su uso en escena.

Muriel Romero (Murcia, 1972), fundadora del Instituto Stocos junto al compositor Pablo Palacio, dio sus primeros pasos como bailarina clásica con Maya Plissetskaya. "Entré en contacto con la tecnología aplicada a las artes cuando creé Acusmatrix, mi primera pieza con Pablo", explica a El Cultural. "Participamos en un festival en Túnez que reunía a las figuras más importantes de la danza/música y tecnología, como Mark Coniglio o Robert Wechsler, y curiosamente algunos pensaron que nosotros estábamos usando tecnología interactiva para conectarme con el sonido, así que decidimos probar y explorar.

"La tecnología puede amplificar la consciencia corporal mediante un intercambio visual y sonoro". Muriel Romero

La tecnología puede emplearse para amplificar la consciencia corporal mediante un intercambio visual y sonoro en tiempo real". Más allá de sus beneficios en coreografía, Romero cree que "deberíamos preguntarnos qué está aportando hoy la danza a la tecnología, porque hay gran interés en el desarrollo de diseños interactivos basados en gestualidad corporal". Las artes del movimiento, insiste, "pueden contribuir al desarrollo de sistemas que exploren el cuerpo en toda su extensión y complejidad". La tecnología les permite acercar los dos ámbitos en los que se ejecuta o conoce la música: "Por un lado, el análisis: fijar lo que se sabe que se sabe", y también "el conocimiento implícito asociado al movimiento corporal: lo que no sabemos que sabemos". Esa bipolaridad fue el germen de su Matrimonio del Cielo y el Infierno, recién creada en Naves Matadero y que en los próximos meses visitará, entre otros lugares, el Museo Universidad de Navarra en Pamplona.

El coreógrafo de origen español José Montalvo (Toulouse, 1954) lleva décadas integrando la videocreación; en 1997 estrenó su ya célebre Paradis en la que los bailarines comparten escenario con reproducciones de su propia imagen mientras se asoman o esconden detrás de la pantalla, en una pieza llena de humor e ingenio. "Al principio usar el vídeo era como un juego porque siempre me había encantado el cine y era una forma barata de hacerlo. Después me di cuenta de que es una cadena que puede unir unas cosas con otras", dice Montalvo. que ha sido galardonado con un Premio Lawrence Olivier. Creador de una coreografía para 250 jóvenes en la parisina Plaza de la Concordia que conmemoró el centenario de la Primera Guerra Mundial, Montalvo sigue experimentando. Los bailarines de su reciente Carmen (s) -que podrá verse del 3 al 6 de mayo en la Scène nationale des Gémeaux (Sceaux, Francia) y más tarde, en Luxemburgo- cantan y bailan flamenco, hip-hop, danza tradicional coreana o ballet y sus voces, en varios idiomas, están amplificadas por micrófonos inalámbricos.

Carmen (s). Foto: Patrick Berger

La cordobesa Sol León, afincada desde 1987 en el Nederlans Dans Theater (NDT), del que hoy es Coreógrafa Residente y Asesora Artística, también emplea proyecciones y otros recursos junto a Paul Lightfoot, actual director de la compañía. "Cuando empezamos a usar audiovisuales en Silent Movie o Shoot the Moon, era importante para nosotros tanto estética como simbólicamente; era parte de la raíz del mensaje que queríamos transmitir. La evolución tecnológica es muy rápida y todos sentimos su avance en el día a día, pero tenemos que tener clara la razón para emplearla y cómo hacerlo". Admira las mejoras en el campo de la iluminación y a pesar de los posibles excesos, no adivina un detrimento de la coreografía en sí misma. "Esta integración con la tecnología ayuda a la expresión y creo que la danza ha dejado de ser un pasatiempo para convertirse en una forma de compartir todo lo que afecta al planeta. También puede admirarse la danza por su maestría técnica, pero hoy debería ser un arte amplio, universal… y si es gracias a otras disciplinas artísticas, ¡genial! ¡Todo está en constante transformación!". León reconoce que en los últimos años ha aumentado su interés por estos recursos: "Abrazaré cualquier herramienta que contribuya a la belleza y tenga un uso justificado en escena". Subtle Dust, su nueva creación con Paul Lightfoot puede verse entre los días 8 y 12 de mayo interpretada por la NDT2, agrupación joven de la compañía titular, en Haarlem, Nimega y Heerlen (Holanda).

Jone San Martín (San Sebastián, 1966) ofrece el día 29, en los Teatros del Canal, Legítimo/Rezo, una conferencia bailada que parte de su trabajo con el coreógrafo estadounidense William Forsythe. "Más que servirse de la tecnología para ilustrar danza, él la usa como elemento externo de inspiración que influye en la manera de improvisar", explica.
"Forsythe es como un niño juguetón, con él nunca prevaleció la tecnología sobre el trabajo del bailarín". Jone San Martín
"A Forsythe le interesan las relaciones complejas: la del bailarín con su propio cuerpo pero también su diálogo con el mundo exterior". Con los años ha desarrollado técnicas de creación e interpretación entre las que destacan sus populares Improvisation Technologies, una herramienta informática pensada para visualizar su técnica de improvisación empleando figuras imaginarias a partir de los estudios realizados por Rudolf Laban en las primeras décadas del siglo XX. Otros recursos fueron apareciendo; el coreógrafo proporcionó auriculares a sus bailarines en una de sus últimas obras para la Forsythe Company, aunque él rehusó aclarar qué escuchaban ya que su ballet no representa esa obra en particular. "Era Hamlet -explica San Martín- en una grabación de los años 60. Ese recurso lo uso yo ahora en Legítimo/Rezo. El público no lo percibe, pero yo sí; es una especie de traducción simultánea a través de la danza".

Un campo de minas

Más lejos llegó Forsythe en Decreation, de 2003, You made me a monster o Clouds after Cranach, ambas de 2005, que distorsionaban la voz de los bailarines, y en Kammer/Kammer, de 2000, con 8 cámaras en el escenario "de las que podíamos manipular 2, y las demás estaban fijas o eran manejadas por los técnicos desde la cabina. Lo más interesante era que teníamos ángulos muertos y en ocasiones el público sólo veía a un bailarín, mientras los otros 25 nos escondíamos. Era como bailar en un campo de minas", recuerda divertida. "Forsythe -dice San Martín- es como un niño juguetón que a veces se aburre de las cosas y las deja de lado. Con él nunca prevaleció la tecnología sobre el trabajo del bailarín, y eso se lo agradezco mucho; sólo era una herramienta". El coreógrafo ha desarrollado últimamente sus Choreographic Objects: instalaciones metafóricas diseñadas a partir de los patrones de creación desarrollados con sus bailarines durante años. Un exhaustivo compendio sobre la obra de Forsythe puede verse en Rennes (Francia) hasta el 6 de mayo, donde el Teatro Nacional de Bretaña, el Museo de la Danza y Les Champs Libres reúnen danza, instalaciones y vídeos que desmenuzan sus vínculos con la danza neoclásica, posmoderna y contemporánea.

Silent Screen. Foto: Rahi Rezvanni

Este fin de semana, en Taiwan, la coreógrafa Blanca Li muestra Robot!, con 7 autómatas eléctricos NAO que interaccionan con 8 bailarines. Lejos de encontrar en ellos posibilidades ilimitadas, Li explica que "los robots son completamente dependientes. Comprobé lo imperfectos que son porque al principio había problemas constantemente. Las NAOS se manejan por wifi y hay un técnico controlándolas en vivo". Para ella fue importante crear una obra que pueda eliminar el miedo a las máquinas. "Creo que el público se va del teatro con menos temor. Somos dependientes de la tecnología en lo cotidiano; aprenderemos a vivir con esta adicción, pero nadie puede saber cómo será nuestra vida dentro de diez años".

@ElnaMatamoros

Imprenta acústica

Este año, el Consejo de la Danza de la UNESCO ha difundido un manifiesto por cada continente y sus autores -Salvia Sanou, Georgette Gebara, Willy Tsao, Ohad Naharin y Marianela Boan- se reúnen en el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana. En los Teatros del Canal de Madrid, las compañías residentes, Lucía Lacarra, talleres para jóvenes y mayores, y el estreno de Wrapped de Inbal Pinto y Avshalom Pollack Dance Company enmarcan una celebración plural y participativa. Grand Applause de Jorge Dutor y Guillem Mont de Palol ocupa Naves Matadero desde este viernes al domingo; en ella espacio, musicalidad y cuerpo cuestionan los canales tradicionales de creación o difusión artística con humor. Allí seguirá la danza del 11 al 27 de mayo con Imprenta acústica… (14 borrones de una)…, aparición de Mónica Valenciano. Además, Danza a Escena se extiende a 11 Comunidades Autónomas hasta diciembre con una agenda que abarca danza contemporánea, flamenco, danza-circo o danza urbana, coordinado por la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública.