Image: Lo mejor de la ópera en España

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Música

Lo mejor de la ópera en España

Bilbao y Oviedo levantan el telón

6 septiembre, 2000 02:00

Tina Kiberg y Paul Elming en la "Walkyria" que se verá en Bilbao

Afortunadamente, cada vez son más los teatros, aparte del Real y el Liceo, en los que se funciona por senderos que están muy alejados de la improvisación, el bolo y el capricho

Del mismo modo que la afición operística es un fenómeno que va creciendo a pasos agigantados, cada vez son más los teatros españoles, aparte del Real y el Liceo, que, afortunadamente, circulan ya por senderos alejados de la improvisación, el bolo y el capricho. A continuación les proponemos un pequeño viaje por algunos de los acontecimientos operísticos más señalados de nuestro país en la temporada que ahora empieza.

Barcelona: clásicos del siglo XX

De los diez títulos programados por el Liceo, queremos destacar dos del siglo XX: La mujer sin sombra de Richard Strauss, compleja alegoría sobre poético libreto de Hofmannsthal, que será servida por un equipo sólido encabezado por Eva Marton, Thomas Moser, Hanna Schwarz y Wolfgang Schüne, con dirección musical del práctico Peter Schneider y escénica de Andreas Homoki en producción de la ópera de Ginebra, y Billy Budd, sórdida tragedia marina contada con su penetrante eclecticismo por Britten, que incorpora a su buen reparto a Bo Skovhus, Philip Langridge y Eric Halfvarson y cuenta en el foso con un músico sensible cual Antoni Ros Marbà, que se acoplará a la escena diseñada para la ópera de Colonia por Willy Decker. Conviene hablar también del estreno de D. Q. (Don Quijote en Barcelona), farsa con música de J. Luis Turina y montaje de los fantasiosos componentes de La Fura dels Baus.

Bilbao: expansión germánica

La ABAO ha ido ampliando su radio de acción temporal y su número de títulos, en esta ocasión ocho. Pongamos como sugerencia primera La walkyria, segunda de las obras de la Tetralogía wagneriana iniciada el pasado año por la Asociación. La compañía de canto es bastante apañada, con Poul Elming, Nancy Gustafson, Robert Hale (algo pálido Wotan en El oro del Rin último), Nadine Secunde, Jane Henschel y Gudbjon Oskarsson en los papeles estelares. Un concienzudo alemán, Wolf Dieter Hauschild, estará en el foso junto a la Sinfónica de Szeged. Producción de Ginebra con la firma de Patrice Caurier y Moshe Leiser. Otra obra alemana, la romántica Der Freischötz de Weber, de quien tanto bebiera precisamente Wagner, es la segunda recomendación. La interrogación descansa en la soprano Miranda van Kralingen (Agathe), que se verá rodeada de un grupo de artistas de muy buen cariz: Roland Wagenföhrer (reciente Lohengrin en Bayreuth y Sevilla), Mª José Moreno, Pavlo Hunka y Walter Fink, sólidos bajos para servir a Kaspar y el Eremita. La producción, de los Campos Elíseos de París y la ópera de Lausana, controlada por el mejicano Francisco Negrin, lleva el apoyo de la Sinfónica de Bilbao y el maestro Stephan Anton Reck, nuevo en esta plaza.

Jerez: inteligencia y ahorro


El Teatro Villamarta viene realizando desde hace años una meritoria labor con lo que se dice cuatro cuartos y muy poca protección oficial. Pero en su breve pero suficiente escenario tienen ahora los buenos aficionados la oportunidad de contemplar esa tragedia tenebrosa y tan poco representada en España que es La dama de picas de Chaikovski, que estará a cargo de la modesta pero seria compañía del Teatro Helikon de Moscú, una de las entidades crecidas a la sombra del Bolshoi.

Madrid: novedades y primicias

Dos de los acontecimientos del Real son sin duda Parsifal y Guerra y paz, obras que suponen casi absoluta novedad por estos pagos. Viene servida la composición wagneriana, suerte de transfigurado testamento de elaborado cristianismo, por buenos mimbres. El ídolo de las multitudes Plácido Domingo está bastante cómodo en la tesitura más bien central del hombre puro, y la producción, original de la ópera de Amsterdam y retomada ahora por el coliseo madrileño en coproducción con el Covent Garden, aparece signada por el interesante Klaus Michael Gröber, que siempre tiene cosas que decir. Algunos interrogantes se plantean en relación con Agnes Baltsa, insólita Kundry, y García Navarro, protagonista en el foso. El reparto es excelente, con Franz Grundheber, Kurt Rydl o Matti Salminen.

La monumental obra de Prokofiev vendrá representada en la producción del Mariinski de San Petersburgo construida por el relevante Andrei Konchalovski y dirigida musicalmente por el fogoso e intenso Valeri Gergiev. Apuntaremos también el estreno de la cuarta ópera de Luis de Pablo, La señorita Cristina, encargo del Teatro Real, gobernada desde el foso por José Ramón Encinar y dirigida escénicamente por Francisco Nieva, habituales colaboradores del compositor bilbaíno. Buenos cantantes hispanos -Víctor Torres, María José Suárez, Francesc Garrigosa, Francisco Vas, Pilar Jurado- se sitúan junto a la mezzo americana Victoria Livengood.

En el Festival de Verano, la Staatsoper de Berlín hará una nueva visita bajo el mando de su titular, Daniel Barenboim, que presentarán Fidelio de Beethoven y Los Maestros Cantores de Wagner.

Oviedo: pasiones románticas

Ninguna novedad especial en la selección de cinco títulos de los Amigos de la ópera. Destaquemos el de Wagner, aunque sea uno de los más interpretados: El holandés errante. El americano Robert Hale es el protagonista, acompañado por la siempre eficaz danesa Eva Johansson, el sueco Güsta Winbergh, otrora blanquecino tenor mozartiano, y el alemán Hans Tschammer, voz sólida, más de barítono que de bajo. Esta producción del Festival de Savonlinna será gobernada en lo musical por el aseado maestro vienés Friedrich Haider.

A este romanticismo wagneriano de primera época corresponde un romanticismo donizettiano de la temprana madurez, el de Anna Bolena, que dio al músico de Bérgamo el gran espaldarazo hacia la fama. El espinoso papel principal está encomendado a la siempre segura, pese a la cortedad de su carrera, soprano lírica alicantina Ana María Sánchez. La eficaz y arrebatada mezzosoprano italiana Elisabetta Fiorillo le dará réplica junto al cumplidor tenor lírico-ligero José Bros y el ascendente barítono -que no bajo, que es lo que pide el Rey Enrique- Simón Orfila. Fabiano Mónica empuña la batuta en esta fantasiosa producción -como casi todas las suyas- de Stefano Poda para los Amigos de la ópera de Sabadell.

Sevilla: cuarteto irregular

Sólo cuatro títulos este año en el cartel del Teatro de la Maestranza: I puritani, La traviata, El caballero de la rosa y Los cuentos de Hoffmann. Ninguna de las producciones, por unas causas o por otras, parece a priori que pueda llegar a ser redonda. La obra belliniana tiene la ventaja de contar, en un montaje del Teatro de Avignon de Charles Rosbaud, con la Elvira de la soprano Mariella Devia, quizá la mejor servidora hoy de la parte: más por su seguridad de ataques, su eficaz dibujo de volatas, su dominio general de la coloratura y su extensión y limpidez de emisión que por la intrínseca belleza de su instrumento de lírico-ligera. Un reparto español, a excepción del Giorgio Walton de Giacomo Prestia -el Oroveso de Norma de la pasada temporada-, con José Sempere, Carlos álvarez, Maite Arruabarrena y Miguel ángel Zapater, puede dar buen juego a las seguras órdenes de Gómez Martínez.

Cabe comentar, por razones en realidad ajenas a lo puramente artístico, el espectáculo que sin duda van a constituir las representaciones -nada menos que seis frente a las cuatro habituales- de la ópera verdiana, en las que el Teatro parece haberse volcado confiadamente. Tomen nota: director musical: Plácido Domingo; directora de escena: su mujer, Marta Ornelas; Violetta: Ainhoa Arteta.