Image: La Orquesta del Concertgebouw estrena la versión de Berio

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Música

La Orquesta del Concertgebouw estrena la versión de Berio

Bajo el signo de Turandot

2 enero, 2002 01:00

Robert King. Foto: Mercedes Rodríguez

El próximo lunes comienza el XVIII Festival de Canarias, el acontecimiento musical más destacado del invierno. El estreno del tercer acto de Turandot de Puccini, en revisión de Berio, y la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam con Chailly se convierten en sus protagonistas

En su XVIII edición, que transcurre desde el próximo lunes al 24 de febrero, el Festival de Música de Canarias parece haberse remozado en parte. No es que los problemas, limitaciones, desequilibrios o paradojas se hayan desvanecido. La muestra continúa siendo muy costosa, se centra prácticamente en sólo dos de las islas, hay demasiados días en blanco y la programación sigue sin tener un norte concreto y definido, una nervadura. Aunque este año las cosas se presentan de manera bastante más racional y plausible.

Para empezar, se puede hablar de un nexo que, aunque leve, aglutina de alguna forma todo el curso de actos. Es la presencia de la Orquesta del Concertgebouw de ámsterdam que, al mando de su titular, Riccardo Chailly, da nada menos que cuatro conciertos en Las Palmas y otros cuatro en Santa Cruz de Tenerife (21-29 de enero). Con programas de relieve en los que el nombre de Mahler, uno de los autores que siempre ha hecho muy bien el conjunto holandés, está muy presente. Escuchar a esta agrupación mítica y a una batuta en buena forma ha de constituir una hermosa experiencia. Y más que lo será seguir su interpretación de una de las obras que se erigen en centro del certamen y que acapara la atención: el tercer acto de la ópera Turandot de Puccini, que como se sabe quedó incompleto. El Festival ha tenido la feliz idea de encargar un nuevo cierre a Luciano Berio, uno de los grandes compositores actuales, que ha planteado unitariamente su trabajo, de manera que lo que se podrá oír es una música que tiene tanto de Puccini como de Berio. El músico de Oneglia ha hecho ya excelentes arreglos y recreaciones de los pentagramas de otros. Eva Urbanova, Barbara Frittoli, Vitali Taraschenko y Eldar Aliev son voces muy estimables que cantarán los papeles principales.

En torno a este incuestionable acontecimiento se distribuyen otras cosas, pobladoras de un ecléctico entramado, que no dejan de tener su interés. Por ejemplo, las dos actuaciones de la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa con el veterano Paavo Berglund al frente, que acomete programas muy suyos, con Nielsen, Grieg, Sibelius y Shostakovich en sus atriles. Achúcarro toca el Concierto para piano del segundo. Quizá podría haberse pedido que el zurdo director programara otras sinfonías menos sobadas que las respectivas Quintas de los dos últimos compositores. Mahler, favorecido este año en los carteles, es la base de otros dos conciertos (en realidad, cuatro, ya que, como se sabe, se repiten en las dos islas principales), los de otra Orquesta de radiofónica, la de Colonia, que actúa con su titular, el irregular Semyon Bychkov, que anuncia la Sinfonía nº 3 y La canción de la tierra, con el aditamento de la traviesa Sexta Sinfonía de Shostakovich.

No son desdeñables otras sesiones sinfónicas de las que son protagonistas la Filarmónica de Gran Canaria, con Klee (Emperador de Beethoven por Leonskaja) y Leaper o Robert King con sus conjuntos. Mención final para las novedades absolutas, que revelan que la dirección del Festival no se duerme. Aparte de Berio, tenemos el de Artefactum 33 de Roca, el de una partitura de García Román y el de una ópera de cámara, El encargo político de Siemens, a cargo del grupo del inquieto Germán Torrellas.