Música

Jordi Cervelló, más allá del tiempo

La Orquesta Ciudad de Barcelona estrena su Divertimento

9 enero, 2003 01:00

La Orquesta Ciudad de Barcelona, dirigida por Hans Graf, estrena el 10 de enero el Divertimento para pequeña orquesta de Jordi Cervelló, uno de los compositores catalanes más respetados de la actualidad.

Son varias las generaciones de compositores catalanes que se han ido solapando con fuerza configurando un bloque creativo del más alto nivel. Uno de sus más interesantes representantes es Jordi Cervelló. Nacido en Barcelona en 1935, fue alumno favorito de Josep Maria Romá. Su obra se ha ido desarrollando con inteligencia y calidad desde el estreno de Cuatro movimientos para cuarteto de cuerda, su primera composión, llevada a cabo en 1968.

Después han venido piezas de indudable trascendencia, como la Fantasía concertante para violín y orquesta (1970), quizá influida por su maestro, Eugen Prokop, creador del Festival de Pollença; Anna Frank, un simbol (1972), inspirada por el Diario de Anna Frank, estrenada en 1984 en Nueva York; la Balada (1973), requerida por el Concurso Internacional "Arthur Rubinstein" de Israel, como homenaje al célebre pianista; el Concerto Grosso para orquesta de cuerda (1981); Cimento di luce e tenebra, estrenado en 1987 por la English Chamber o Un cant a Pau Casals (1991), para orquesta de cellos, encargado por la Olimpiada Cultural.

Cervelló, como ha resaltado Francesc Taverna-Bech, es uno de los esos casos poco frecuentes hoy, a quien"le interesa plasmar por medio de los sonidos sus reflexiones y experiencias acerca de una situación social o de un evento histórico (Diario de Anna Frank), meditar también ante un paisaje (Cimento di luce e tenebra), o incluso reflejar un concepto tan científico como es la catálisis". Así el ejemplo de Cervelló puede ser el de aquel artista independiente que, como ha resaltado el propio Taverna, está más allá del tiempo, pero no por ello alejado de su entorno, sino más bien profundamente ligado a él, y "lo manifiesta y expresa con su más sincero y emocionado sentimiento, es decir, sin artificio, ni propósito de impresionar con espectaculares alardes sonoros".