Miscelánea
Españoles en Bolonia, Mozart sacro en el Palau catalán, La JONDE con la Octava de Bruckner
8 abril, 2004 02:00Juan Diego Flórez y Stefania Bonfadelli
Publicado el 8 de abril de 2004Españoles en Bolonia
Cada vez es más fructífera la relación del Rossini Opera Festival de Pésaro con nuestro país. Prueba de ello es el éxito que obtuvo el pasado agosto la producción del director catalán Lluís Pasqual de Le comte Ory, que supo dotar a la escena de la agilidad y comicidad que encierra la obra, penúltima creación del compositor a partir de Il viaggio a Reims. Prácticamente el mismo equipo se da cita la próxima semana en el Teatro Comunale de Bolonia. El maestro Jesús López Cobos se turnará con el que ha sido su colaborabor álvaro Albiach para guiar a un elenco de altura encabezado por el siempre fiable tenor peruano Juan Diego Flórez y la soprano Stefania Bonfadelli (ambos en la imagen en el montaje de Pésaro). Junto a ellos figuran los barítonos Bruno da Simone y Bruno Praticó.
Mozart sacro en el Palau catalán
Los títulos religiosos llenan por estas fechas las salas sinfónicas. El Palau de la Música Catalana recibe el próximo miércoles a la Orquesta Nacional de Andorra y al Coro de Cámara de la casa para hacer frente al Requiem de Mozart. El maestro Jordi Casas se pondrá al frente de un reparto español en el que figuran la soprano Montserrat Martí, la mezzo Maite Arruabarrera, el tenor Josep Bros y el bajo Stefano Palatchi. Un día antes, la mezzo Teresa Berganza visita la sala barcelonesa acompañada por el Octeto Ibérico de violonchelos que, junto a su director Elías Arizcuren, interpretarán obras de Guastavino, Villa-Lobos, Falla y Montsalvatge.
La JONDE con la Octava de Bruckner
La Joven Orquesta Nacional de España es por tercer año consecutivo conjunto residente de la Semana de Música Religiosa de Cuenca. Hoy mismo acude a su cita conquense para hacerse cargo de la Octava Sinfonía en do menor de Anton Bruckner, dirigida por Antoni Ros Marbà, más de una década ausente del festival. Será, tras la Séptima (1990) y Novena (2002), la tercera obra sinfónica del compositor austríaco que se interpreta en Cuenca. La obra, estrenada en Viena en 1892 bajo la batuta de Hans Richter, se escuchará en la segunda versión de 1890 del propio autor, muy dado a revisar sus partituras indefinidamente. Se trata de su obra más ambiciosa, teniendo en cuenta que no llegó a completar la Novena. Sus amplias dimensiones se ven corroboradas por una orquestación más numerosa y por unos desarrollos que preludian la estética mahleriana. La obra de Bruckner, al ser considerados una respuesta a la fe de su autor, suele programarse en este tipo de festivales de música religiosa.