Alfredo García y Emilio Sánchez en "El caballero de la trsite figura". Foto: Manuel Podio

La Orquesta de la Comunidad de Madrid ha impulsado una iniciativa resumida en la expresión ópera Estudio que va a tener en estos próximos días plasmación práctica en el Teatro de la Abadía con el estreno absoluto de Bonhomet y el cisne de Eduardo Pérez Maseda y el primer reestreno de El caballero de la triste figura de Tomás Marco, que vio la luz en Albacete a últimos de 2005.

Pérez Maseda (Madrid, 1953) es uno de nuestros compositores más inquietos, siempre a la búsqueda de caminos que sondeen los comportamientos humanos, a los que a veces sitúa más allá de la realidad. Una preparación musical muy sólida y un instinto y sensibilidad muy certeros, que en parte daban sus frutos en su aproximación al mundo de San Juan de la Cruz a través de la ópera Luz de oscura llama de 1991, facilitan tal propósito. El primer acto, Swan, es una reelaboración de una antigua pieza. El segundo, La aparición, es música nacida directamente para la escena y constituye el desenlace de lo planteado en el acto inicial.

Según el autor, este díptico habla sobre la ópera y la esencia de la música a través de un lenguaje lleno de simbolismos. Un narrador (Pedro Casablanc), una soprano (Celia Alcedo), un contratenor (David Azurza) y un barítono (Isidro Anaya) sirven una historia compleja, de muchas lecturas, que estudia la posibilidad de obtener el placer inefable a través del asesinato. José Luis Temes es el director musical y Tomás Muñoz el escénico. Días 3 y 4 de junio.

La recreación, los días 17 y 18, de El caballero de la triste figura de Tomás Marco (Madrid, 1942) tiene el concurso de las entidades que participaron en el estreno albaceteño: Don Quijote de la Mancha 2005 y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que fue quien hizo el encargo en 2003. La larga trayectoria del compositor, actor de primera línea en las corrientes más vanguardistas de nuestra música, se resume en esta breve ópera, que cuenta alguno de los episodios de la novela desde un lenguaje sencillo y directo, claro y conciso, de muy animada rítmica y de una impronta poética muy cercana; posible en un creador que está encauzando con sapiencia y concretando con fortuna en los últimos tiempos sus distintas experiencias. La obra, que mantiene el sano equilibrio entre humor y destino que se refleja en la obra cervantina y reúne aspectos de mimo y de ballet al lado de los puramente vocales, es un espectáculo completo, en un solo trazo. María José Suárez (narradora), Alfredo García (Quijote), Emilio Sánchez (Sancho) y María Rey-Joly (que interpreta diversos papeles) son los solistas vocales, a los que se une 10 & 10 Danza, con coreografía de Mónica Runde. José de Eusebio dirige al pequeño e insólito conjunto instrumental de la ORCAM y Guillermo Heras gobierna la escena.