Música

La Fura, Wagner en clave ecológica

La 'Tetralogía' en Valencia

26 abril, 2007 02:00

Un momento de La Walkiria. Foto: Eva Ripoll

Los acontecimientos líricos se suceden sin respiro, lo que constata la positiva evolución de la ópera en los últimos años. Sin embargo, la apuesta que estrena el Palau de les Arts de Valencia este sábado eleva aún más el listón. Por primera vez, se presenta una nueva producción de la Tetralogía en España a cargo de La Fura dels Baus. En el foso, Zubin Mehta habrá de paliar las inexperiencias de su orquesta, frente a prestigiosas voces -Matti Salminen y Peter Seiffert- y jóvenes intérpretes -el finés Juha Uusitalo y la norteamericana Jennifer Wilson-, con papeles "imposibles". El Cultural analiza las claves del proyecto y José María Irurzun, ex vicepresidente de la ABAO bilbaína, repasa el "boom" de la Tetralogía en el mundo.

El Palau de les Arts se la juega. Cuando el público y la crítica de media Europa asistan al estreno el sábado de El oro del Rhin, prólogo de la Tetralogía, todos sus responsables estarán con los dedos cruzados ante semejante desafío. Y es que resulta demasiado osado plantear, en el primer año de programación, una nueva producción de la obra magna de Wagner. Dos días más tarde, sin apenas respiro, La walkiria ocupará el mismo escenario que se completará con Sigfrido, en 2008, y El ocaso de los Dioses, en 2009. El Cultural analiza las claves fundamentales de este proyecto.

Mayoría de edad. La ópera en España ha crecido y se hace mayor. El impulso de los últimos años ha compensado una amplia travesía de ayunos. Algo que ha sido considerado como milagroso, teniendo en cuenta que sólo el Liceo contaba con una programación estable hace sólo tres décadas. Sin duda, la Tetralogía es la culminación de este proceso, lo que implica requerimientos tan grandes que sólo se cumplen cuando las estructuras funcionan. Las presentadas en Barcelona y Bilbao eran de alquiler y la que se vio en el Real -coproducción cogida por los pelos- ya había sido estrenada previamente en la Staatsoper de Dresde. Ahora, en Las Palmas, Gergiev se trae el paquete completo desde San Petersburgo. De ahí, que Valencia de un paso que, pese a los medios puestos a su disposición, no esté exento de algunos peligros.

Montaje arriesgado. El mayor problema para cualquier director artístico viene de la elección del responsable del montaje, algo muy complicado, ya que algunas apuestas apoyadas en nombres de prestigio han fallado. La Tetralogía es tan difícil que el cineasta Lars von Trier se bajó del tren en marcha en el mismo Bayreuth, mientras que Willy Decker, un reconocido maestro, no cuajó en su versión del Real. Valencia apostó por una lectura española. Barajando todas las posibilidades, Helga Schmidt y Zubin Mehta se decantaron por La Fura dels Baus, avalada por su radical aproximación a la Condenación de Fausto en Salzburgo. "Tras asistir a este montaje, no tuve la menor duda de que era lo más apropiado", comenta Schmidt, directora artística del Palau. Una opinión a la que Mehta se sumó entusiasmado: "Tenía claro que si iba a afrontar la Tetralogía tenían que ser La Fura. Habían transmitido la esencia dramática de la obra de Berlioz como nadie. Así que mi primera condición fue ésa".

¿Un Wagner furero? El grupo, pese a su indudable prestigio, tiene una limitada experiencia operística. En su haber, cuenta con éxitos evidentes como la citada Condenación y sus versiones de Janacek y Bartok en París. En su debe, la controvertida Flauta Mágica del Real planteaba graves dudas ante una obra de las dimensiones de la Tetralogía, llena de poesía romántica, pero a la vez sustentada en un lenguaje relativamente lejano a la sensibilidad del hombre actual. Las posibilidades del Palau de les Arts se adaptan, como anillo al dedo, sin embargo, a la concepción y a sus requerimientos multimedia.

Apuesta ecologista. El acercamiento de la Fura a la Tetralogía camina en una línea posmoderna, tras una abundante -cuando no sofocante- sucesión de acercamientos ideológicos y politizados. Según Carles Padrissa, uno de los cerebros del grupo catalán, "es posible entender la Tetralogía como la degradación suicida de la naturaleza, a manos de un hombre técnico, y como una espiral destructora donde tienen cabida la guerra, el negocio y la explotación irracional de los recursos naturales". Pero Padrissa considera que hay otra lectura paralela que vendría "de la pérdida de la identidad individual y cultural del hombre de hoy, masificado, manipulado por sí mismo y por los demás, devorado por un medio propagadístico, que mediatiza sus decisiones y le hace suplantar sus intereses de individuo irrepetible por los políticos, económicos y pseudosociales".

Reto para el foso. La Tetralogía se ha visto en España en varias ocasiones, incluida la propia Valencia, donde se pudo escuchar, en versión de concierto, bajo la dirección de Manuel Galduff. Pero, salvando la reciente visita de Gergiev a Las Palmas, que se trajo a su orquesta de la mano, ésta es la primera vez que nuestro país asistirá a la lectura de una de las batutas que figuran en el Gotha actual, Zubin Mehta, quien tendrá que vérselas con una orquesta de excelentes cualidades, pero novata en estas lides. No hace tanto, sería impensable que, ni a golpe de talonario, un director de su prestigio quisiera abordar un proyecto de estas dimensiones con una formación sin experiencia. Mehta es consciente de ello, pero, con la seguridad que le dan miles de horas de foso, afirma que el éxito llegará si logra que el conjunto consiga "respirar con los cantantes". La orquesta "ha de ayudar desde el principio, balanceando las dinámicas y facilitando que la voz corra bien. Algo que estoy seguro de que hará", afirma el maestro hindú.

Cuadratura del círculo vocal. Como La Tetralogía demanda tal despliegue de voces, resulta casi imposible cuadrar un reparto compacto, teniendo en cuenta la competencia internacional paralela. Mehta no duda en calificar al conjunto que tiene en Valencia de "fantástico" al estar formado por artistas experimentados y con gran prestigio, como Matti Salminen y Peter Seiffert, y por nombres prácticamente desconocidos, como Juha Uusitalo y Jennifer Wilson. Schmidt señala que, tras múltiples audiciones, "afronté los riesgos y preferí optar por ellos como ya hice, en su día, con Plácido Domingo. Ante lo que estoy viendo, creo que no me he equivocado", apostilla.

La experiencia necesaria. La figura más reconocida por los aficionados operísticos es la de Matti Salminen, que ha participado en varios montajes en nuestro país. De hecho, se le valora después de treinta años de presencia como"el bajo" wagneriano por excelencia, y asimismo, es uno de los nombres más aplaudidos en todo el mundo. En este proyecto, afrontará, por la insistencia de Schmidt y Mehta, nada menos que cuatro roles diferentes: Fasolt y Hunding, en El oro del Rhin y La walkiria; Fafner en Sigfrido en 2008, y Hagen en El ocaso de los dioses en 2009. Hombre discreto, que rehuye el mundo mediático, tiene a sus espaldas cientos de representaciones wagnerianas. "Reunir un reparto adecuado es más difícil porque antes la Tetralogía sólo se programaba en una docena de teatros y ahora, hay cuatro o cinco ‘sonando’ al mismo tiempo. Cantantes buenos que afronten Wagner, los ha habido antes como los siguen habiendo ahora. El problema es que están más repartidos".

Un joven dios. El finés Juuha Uusitalo es todo un desconocido, por lo que su presencia en el impactante rol de Wotan en las dos primeras jornadas del Anillo -a las que habrá de sumarse como Caminante en Sigfrido- ha levantado ya múltiples comentarios. En realidad, es una apuesta del tándem Mehta-Schmidt, avalada, en gram medida, por una voz de noble registro y una presencia "adecuada" a su papel como "el padre de los dioses" de la saga nórdica. Uusitalo cuenta además, con una experiencia previa musical como instrumentista en el foso de la ópera de Finlandia que puede paliar su falta de años para un papel como éste. "Indudablemente, cuando tocaba en la orquesta, entendía que Wagner concebía voces e instrumentos como un todo. Ahora, lo constato desde la escena", explica. Ante su segunda Tetralogía completa, no duda en señalar que "en las voces no hay reglas. Si estás preparado, puedes afrontar cualquier papel. Cantar Bach o Wagner puede ser igual de difícil. Basta con que tengas los medios apropiados".

El papel imposible. Aunque todavía falta un año para saber si se ha superado el reto del rol de Sigfried, con La walkiria ya aparece el temible papel de Brönnhilde, una de las más duras experiencias para cualquier cantante que se precie. La norteamericana Jennifer Wilson daba un salto cualitativo cuando sustituía, hace apenas dos años, a Jane Eaglen en el Metropolitan -aunque ya estaba en la cartera del proyecto valenciano- levantando del asiento al público neoyorkino que asistía atónito, sin hallarle ni una falta a una persona que resolvía con inteligencia y madurez la falta de ensayos. "En Wagner, la voz debe trabajarse como si fuera otro instrumento. Pero no se puede descuidar el texto, tan bello y poético que sigue tan vivo como cuando se escribió", reflexiona. Ahora, con apenas cuarenta años, en plena cresta de la ola, se muestra identificada con el montaje de La Fura dels Baus. "La forma de presentar hoy a Wagner requiere un concepto multimedia como éste", comenta.

Proyección mundial. Cualquier teatro aspira a ser reconocido en el mundo. Esta Tetralogía viajará a Florencia y al Maggio Musicale. Además, si la Fura conoció el éxito internacional gracias a la difusión de su versión de la Condenación de Fausto de Salzburgo vía el Canal Arte, el Palau de las Arts valenciano quiere apostar por esta Tetralogía de Wagner como imagen de un nuevo coliseo lírico, por lo que la comercializará próximamente en formato DVD en alta definición HD.

El boom de la Tetralogía

En este mes de abril, se anuncian dos tetralogías wagnerianas en España, una completa y la otra, que presenta su primera tanda: el Anillo que ha traído a Canarias el Teatro Mariinsky de San Petersburgo con Valeri Gergiev a la cabeza, y el Oro del Rhin y La Walkiria que abrirán en Valencia una nueva producción. Habría que añadir que, en los últimos siete años, se han podido ver y escuchar en teatros españoles cuatro distintas Tetralogías completas. Una de ellas --la del Festival de Música de Canarias- en versión de concierto. Madrid, Barcelona y Bilbao las ofrecieron en versión escénica. Podríamos preguntarnos cuáles son las razones que explican esta proliferación, algo no exclusivo de España.

Hasta hace 25 años, la Tetralogía estaba casi reservada a países germánicos. Hoy, parece que un teatro no tiene importancia en el mundo si no la ofrece a su público. Recientemente, se han podido ver en Burdeos, Toulouse, París y están en marcha en Estrasburgo y Lisboa. En primera instancia, quizá podría pensarse que esta popularización se debe a los efectos de una política cultural inteligente. Aunque quizás la razón venga de que para el espectador ocasional determinadas partes de la complejísima obra se le hacen muy largas y complicadas, por mucho que conozca el resumen argumental. Con los sobretítulos se ha resuelto el problema y hoy el público entiende perfectamente lo que está pasando en escena, cosa tradicionalmente reservada a los auténticos fanáticos.

En estas circunstancias, ¿cómo Mehta no va a querer exhibirse en Valencia con su interpretación, como ya lo hiciera en Munich? ¿Cómo Gergiev va a dejar escapar esta oportunidad? Y la lista podría ser más larga. Algo parecido pasa con los directores de escena. En España, hemos visto los trabajos de Willy Decker (Madrid), Harry Kupfer (Barcelona) y Caurier y Leisher (Bilbao). En la actualidad, Robert Carsen (Colonia) y David McVicar (Estrasburgo) muestran su particular visión. La Fura seguramente no incurrirá en la osadía de cambiar el libreto, como hiciera en La Flauta Mágica. La moda del Anillo ha llegado incluso a que se compita en su duración. Así, Colonia lo acaba de representar en dos días y el pueblecito austriaco de Erl mantiene el liderazgo al haberlo escenificado en sólo un día. JOSé M. IRURZUN