Image: Gerardo Núñez

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Música

Gerardo Núñez

“Nos han premiado a los guitarristas de la calle”

1 mayo, 2008 02:00

Gerardo Núñez. Foto: Archivo

Acaba de ser reconocido por el Conservatorio Tchaikovsky con la medalla Rubinstein. Su guitarra y su flamenco han entrado en este "templo de la música culta" por la puerta grande. El Cultural ha hablado con el músico jerezano.

Con un dinamismo que para otros puede resultar frenético, pero que a él no parece afectarle, son numerosos los frentes en los que centra su actividad el guitarrista Gerardo Núñez (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1961), mostrando en todo momento una actitud equilibrada, algo que transmite de manera espontánea, tanto a la hora de tocar como a la de relacionarse con el mundo, aunque para una persona de sus características el escenario sea su medio natural. Y sin inmutarse, pues una de las peculiaridades de este músico excepcional es que a pesar de desarrollar una técnica de verdadero virtuoso, no se le mueve un músculo de la cara y corresponde a los aplausos con una sonrisa angelical después de habernos sobrecogido con el latido perturbador de su música, nada rutinaria, por cierto, sino torrencialmente creativa, elevándola al encantamiento de la máxima expresión artística.

Promover la música
Ahora acaba de recibir la medalla Rubinstein, un galardón a manera de reconocimiento otorgado por el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, que cada año distingue así la labor de un músico o una institución dedicada a promover el conocimiento de la música. Además, el Tchaikovsky, que cada año premia un trabajo musical, decidió en su última convocatoria reconocer una composición sinfónica inspirada en el flamenco y propuso a los candidatos la producción guitarrística de Gerardo Núñez como base para los numerosos trabajos que se presentaron. Un tribunal integrado por el propio intérprete jerezano y profesores del conservatorio moscovita, dio como ganadora una obra de la joven de 25 años Anna Muzychenko, que no utilizó como referencia un título determinado de Núñez, sino pasajes de distintas piezas, ensamblándolos hasta erigir un discurso armónico consistente, manteniendo el espíritu flamenco de los modelos originales.

Andrey Reznik, pianista titular del Festival Nacional Reyes de España y representante del Conservatorio Tchaikovsky, hizo entrega de la medalla en el transcurso de un concierto celebrado en la Casa de los Tiros, de Granada. "Fue muy hermoso", dice Gerardo Núñez, "pero cuando más me emocioné fue al oír en el Auditorio Manuel de Falla a una orquesta de 80 profesores, algunos de ellos venidos de Moscú, tocando mi música, pero trasladada al ámbito sinfónico. Es algo que me impresionó profundamente". Para el compositor e intérprete la medalla Rubinstein "es una ofrenda al trabajo de los guitarristas, desde Ramón Montoya hasta nuestra generación, que nos hemos dejado la piel estudiando y aprendiendo, y aunque mucha gente no sea consciente de ello, trabajando sin descanso para edificar la música flamenca y ampliar su horizonte hasta conseguir una guitarra de concierto apreciada en todo el mundo".

Hallazgos sonoros
La obra grabada de Gerardo Núñez es de una coherencia decisiva y su análisis nos convoca a sumarnos a la inquietante aventura de la inventiva en el transcurso progresivo de hallazgos sonoros ininterrumpidos, descubriendo distintas fórmulas expresivas en un proceso imparable. Con siete títulos publicados y un sinfín de colaboraciones en proyectos diversos, ante la crisis del sector y la dramática dificultad que encuentran los más jóvenes, se ha convertido en el valedor y guía de los nuevos guitarristas, que encuentran en la persona de Gerardo Núñez no sólo al maestro, sino la mano tendida y la ayuda imprescindible para hacer sus discos. Un estudio en su misma casa a las afueras de Madrid los acoge con una generosidad impagable. El Conservatorio Tchaikovsky, según Gerardo Núñez, "es uno de los templos de más prestigio de la música instruida, de la música culta, que, como contraste, nos premia a nosotros, que somos guitarristas de la calle, donde hemos aprendido con las únicas herramientas de la pura intuición y el oído atento y con una poderosa necesidad de crecer y colocar la guitarra flamenca a la altura de los grandes instrumentos del género clásico".