Image: Quejío con acento francés

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Música

Quejío con acento francés

El festival de Mont de Marsan reúne a los grandes nombres del flamenco

3 julio, 2008 02:00

Eva Yerbabuena. Foto: J.F. Ferrer

La pequeña localidad francesa de Mont de Marsan servirá de punto de encuentro para el cante y el baile flamencos. De la mar al fuego, con José de la Tomasa, será la obra cumbre de esta convocatoria.

Entre los festivales flamencos hay algunos que, independientemente de la calidad de sus propuestas y de la excelencia artística, nos atraen también por razones -paralelas o complementarias, incluso ajenas a su naturaleza musical- que les otorgan un valor añadido. Mont de Marsan, en el suroeste de Francia, es una localidad que supera escasamente los 30.000 habitantes, aunque ostenta la capitalidad del Conseil General des Landes, en la región de Aquitania. Desde hace dos décadas organiza su festival, una circunstancia que vive con la ilusión de los grandes sucesos, al que acude un público fervoroso, llegado de la mayor parte del territorio, incluso de París, Lyon o Marsella. Uno de los principales motivos que explican este ilusionado entusiasmo radica en el elevado número de españoles, o descendientes de españoles, que habita la zona como consecuencia, por una parte, del éxodo que provocó la represión franquista al término de la guerra civil, y por otra, de la emigración que se originó a mediados del siglo pasado, sobre todo de ciudadanos andaluces que recalaron en esas regiones en busca de mejor fortuna. Además, las numerosas colonias gitanas que estaban aposentadas en el norte de áfrica, una vez que se produjo la descolonización, buscaron de igual modo refugio en el sur de Francia.

Reencuentro musical

ésta es una de las peculiaridades más llamativas del Festival Arte Flamenco de Mont de Marsan, que se celebra este año del 7 al 12 de julio: un público emocionado que acude al reencuentro con su tierra a través de la música y la danza. "Es la coyuntura que genera un enorme caldo de cultivo, un ambiente muy especial para la sensibilidad flamenca, que ha ayudado a que este evento cultural funcione con fuerza y se supere en cada convocatoria", declara Javier Puga, su director artístico. José de la Tomasa, uno de los grandes maestros clásicos de la actualidad, es otro de los pioneros del festival francés, donde ha actuado en varias ocasiones, entre ellas en 1998 durante la conmemoración de su décimo aniversario. En esta oportunidad ofrece junto a Juan el Lebrijano el mano a mano Las voces de la experiencia y asimismo aparece en De la mar al fuego, simbolizando a Triana con la seguiriya de Cagancho. "Oyen la música de otra manera", dice José, "con un respeto y una educación ejemplares. Los que hemos cantado allí, notamos ese calor y ese cariño tan necesarios para desarrollar cualquier manifestación artística".

Comienza el festival con una versión "remozada y perfeccionada del ya fantástico", según Puga, A cuatro voces, de Eva Yerbabuena, para continuar con el baile de Rosario Toledo y su espectáculo "Los aires de Cádiz", un recital de La Susi, el concierto, muy esperado, de dos grandes de la guitarra sevillana, Manolo Franco y Niño de Pura, las representaciones de A mi aire, protagonizada por Juan de Juan, y A fuego lento, de Andrés Peña y Pilar Ogalla. Pero, efectivamente, es De la mar al fuego el acontecimiento principal, la obra cumbre que en esta ocasión personifica la vigésima programación de Mont de Marsan. Un viaje iniciático que nos lleva, paso a paso y de la mano de sus intérpretes más acreditados, por cuatro demarcaciones altamente significativas del arte flamenco, manifestadas en sus cantes y bailes: Cádiz, Jerez, Utrera-Lebrija y el sevillano barrio de Triana. Ahí estarán Mariana de Cádiz y El Junco, Luis el Zambo, Concha Vargas, Carmen Ledesma, Milagros Mengíbar, y, otra vez, José de la Tomasa, Lebrijano y Andrés Peña, con Tomasito, que servirá de enlace entre las distintas secuencias, sin olvidar la figura más querida por el público francés y más representativa del festival, la cantaora Pepa de Benito, que lo inauguró en 1989, compareciendo en todas sus ediciones, salvo en una, por problemas de salud. "Siempre nos proponemos encontrar un terreno armónico donde figuren tanto el cante como el baile y la guitarra, intentando igualar su presencia en los distintos escenarios, de la misma manera que buscamos un equilibrio entre las generaciones consagradas, cercanas en muchos casos a los conceptos tradicionales, y las nuevas tendencias", afirma Javier Puga, quien destaca la novedad del flamenco de calle, un punto de encuentro itinerante por plazas y espacios públicos.