Dave Holland, el explorador libre
El contrabajista Dave Holland se reencuentra con otra gloria del jazz británico, el saxofonista Evan Parker, en el doble disco Uncharted Territories, marcado por la libre improvisación y la creatividad sin bridas.
18 mayo, 2018 02:00Dave Holland
Hay quienes afirman que el jazz ha muerto. Son muchas las voces que certifican desde hace tiempo la muerte del género, sin ser conscientes de la larguísima vida que le queda por delante. Disquisiciones al margen, resulta evidente que al jazz le quedan muchas emociones por descubrir, por más que los lenguajes sean reconocibles. El contrabajista británico Dave Holland (Wolverhampton, 1946) lleva en esta aventura de explorar nuevos sentimientos jazzísticos desde que Miles Davis, uno de sus mayores padrinos, le señalase el campo abierto, encarando mil y una aventuras con distintas alma y piel. Ahora se reencuentra con su paisano Evan Parker (Bristol, 1944), un saxofonista entregado desde siempre a la vanguardia y su más allá, la libre improvisación. Ambos lideran la publicación de un disco que estos días llega a nuestras estanterías, de título revelador, Uncharted Territories, registrado en el sello del contrabajista Dare2 Records.La pareja había coincidido a finales de los años 60 en el disco y proyecto Spontaneous Music Ensemble, un colectivo de músicos del sur de Londres adscrito a la improvisación, liderado por el baterista y trompetista John Stevens y el también saxofonista Trevor Watts. Desde entonces Holland y Parker se habían venido amando desde la distancia, hasta el año pasado, en el que el contrabajista alternó sus dúos con el pianista Kenny Barron con diálogos sin itinerarios con el saxofonista, actuando en salas como la londinense The Vortex Jazz Club. De aquellas sesiones surge este disco que luego completan el pianista Craig Taborn y el baterista y percusionista Ches Smith. La ampliación de la reunión se hacía necesaria para ensanchar esos territorios inexplorados, echando mano de estos viejos escoltas.
Uncharted Territories es un doble álbum con un total de 23 composiciones, de las cuales veinte son piezas agitadas desde el más puro y genuino espíritu libertario y liberador, pasajes donde el hallazgo está a la vuelta de cada fraseo, de cada experimentación sonora, que a veces se entrega entre rugidos y otras entre susurros. Completan el lote una versión del Q&A incluido en el álbum de Holland de 1972 y dos temas de Ches Smith (Thought on Earth y Unsteady As She Goes) y veinte piezas de improvisación libre en diferentes formatos y con distinto protagonismo instrumental. El viaje es un recorrido inesperado sometido a un contraste armónico y rítmico constante, a una pelea continua con lo conocido, resultando un trabajo con una gran carga creativa, reservada para oídos inquietos y exigentes; absténgase, pues, los aficionados acomodados.
Dave Holland es hoy una de las personalidades jazzísticas más carismáticas y fundamentales, enarbolando la bandera de su creatividad desde distintos proyectos, bien en dúo, big band o formaciones como el cuarteto Prism o el reciente Aziza, donde se acompaña de otro saxofonista sin molde, Chris Potter. Evan Parker, por su parte, ha sido durante cinco décadas una pieza cardinal en el desarrollo del free jazz europeo y la libre improvisación, teniendo en su haber multitud de iniciativas de afilada imaginación, caso de su Electro-Acoustic Ensemble, así como colaboraciones junto a otros capitanes de la vanguardia como Barry Guy.
Hacía tiempo que no encontrábamos a Dave Holland tan joven, una vez que Evan Parker parece vivir en una adolescencia jazzística permanente. El reencuentro entre ambos les sienta bien, y al jazz de hoy que se sueña en el mañana.