El Festival de Granada tiene como compositor residente a Mauricio Sotelo, un músico esencial de nuestra vanguardia. Es un referente en la composición a nivel internacional y dueño de un catálogo de obras que es la mejor muestra de su calidad como autor de música en la que el lenguaje de tradición oral se integra con la vanguardia más elaborada. El compositor madrileño (1961) ha movido el cotarro con habilidad, ha buscado nuevos caminos y animado el panorama con iniciativas siempre interesantes.
Su inquietud ha sido y es beneficiosa, y su unión durante años al poeta José Ángel Valente ha promovido algunas partituras de alta densidad emocional.
Su conexión con el mundo del cante jondo ha sido fundamental. Lo mismo que su apertura a la veta lírico-dramática que vertebra últimamente sus pentagramas, destilados a partir de una rica formación vienesa más tarde pasada por el refinado cedazo de Luigi Nono. Influencias que ha sabido sintetizar con inteligencia y conocimiento y sobre todo personalidad.
Sotelo, en efecto, es una de las mentes más fantasiosas de nuestra música y se mueve como pez en el agua en ese mundo complejo de las sugerencias tímbricas y los motivos de extracción jonda, creando con un candente lirismo imágenes sonoras de elevada espiritualidad que proyectan a estratos muy altos las concepciones ideológicas valentianas. Recordamos a este respecto obras de evidente condensación lírica como Lecciones de tinieblas, que contaba con el arte, hoy tan llorado, de Enrique Morente, y El rayo de tiniebla, que incorporaba a otro cantaor de fábula, Arcángel.
En Granada podrán escucharse, en distintos días y sedes y por diversos intérpretes, varias de sus últimas creaciones: los cuartetos de cuerda n.º 3, "La memoire incendiée" (este lunes 27, por parte del Cuarteto Cosmos) y Nº 4, Quasals vB-131, Bulería para viola sola, Entra el alba en la Alhambra... Aunque lo más interesante, por supuesto, es el estreno absoluto de Cantos antiguos del flamenco para viola solista y orquesta, que ha de festejar como se merece el centenario del Congreso de Cante Jondo y que es el título de un famoso disco de Morente. Nos dice Sotelo al respecto: “Una de las cosas sobre las que hablé mucho con él y con Valente fue la idea de la interioridad. Un no cantar hacia fuera a gritos, sino cantar hacia dentro, hacia la más profunda interioridad. Ese abismarse hacia dentro”.
Será la insigne violista Tabea Zimmermann quien lleve la voz cantante en la nueva partitura, en la que colaborará, junto a la Orquesta Ciudad de Granada y su Joven Academia, su titular Lucas Macías. Y será ella también la que tome parte del protagonismo en el poema sinfónico Don Quixote op. 35 de Richard Strauss, una obra monumental, que discurre a lo largo de algunos de los episodios más señalados de la obra cervantina. El caballero andante está representado por la voz del violonchelo, que tañe el canadiense Jean Guihen-Queras. Será en la noche del 29 de junio.
Como ‘aperitivo’ se tocará El Albaicín de la Suite Iberia de Albéniz en la original y colorista orquestación de Francisco Guerrero, que pone del revés la partitura pianística y la dota de una agresividad muy propia del compositor de Linares.