Orfeo publica un recital de la soprano berlinesa Gundula Janowitz, en 1972 en el Festival de Salzburgo. Escogió para la ocasión obras de Schubert y de su amigo Anselm Höttenbrenner (1794-1868). Janowitz, con 35 años recién cumplidos y en un estado vocal excepcional, dicta una emocionante lección de canto y comunicación, siempre con la complicidad del pianista Irwin Gage. El silencio concentrado del auditorio revela la intensidad del momento. La homogeneidad en todos los registros, la cuidada dicción, los agudos luminosos, a veces angelicales, y el control de la respiración son proverbiales. La guinda la pone con Einsamkeit, para Schubert su mejor composición.